El reciclaje de productos industriales es una actividad simpática para todos los sectores de la sociedad. No existe nadie no esté de acuerdo con la necesidad de reciclar latas de cerveza, envases plásticos, neumáticos, papeles de oficina y frascos de vidrio. Son productos que materializan la noción del desperdicio de arrojar a la basura algo aún aprovechable y refuerzan la consciencia ambiental en función de reducir la extracción de productos de la naturaleza tales como madera, minerales y petróleo.
Al margen de la voluntad general de los ciudadanos, el reciclaje en Brasil y en gran parte del mundo aún es incipiente. Una situación resultante, principalmente, de la falta de recolección selectiva de residuos en las ciudades. Por medio de este sistema, los productos plausibles de ser reciclados son separados en el trayecto que va desde la puerta del consumidor hasta la industria de reciclado. En Brasil, tan solo 135 municipios, de los más de 5 mil existentes, utilizan este sistema. Otro factor que limita el reciclaje es la falta de una tecnología que efectúe la transformación de muchos productos. En este apartado, la investigación académica tiene mucho que ofrecer y está ofreciendo innovaciones importantes, como veremos en las páginas siguientes.
Productos tales como latas de aluminio y objetos de vidrio cuentan con procesos adecuados de reciclaje que generan residuos capaces de retornar, bajo la forma de materia prima, a la línea de producción con el mismo objetivo inicial. Pero otros, como pilas y neumáticos, por ejemplo, aún están siendo estudiados para la obtención de tecnologías más eficaces de reciclaje. Por tal motivo, muchos investigadores analizan una amplia gama de posibilidades, desde el descubrimiento de nuevas técnicas hasta la transmisión de las informaciones ya existentes.
Clases en el campo
Algunos profesores dejan sus aulas y laboratorios en las Universidades y salen al campo para enseñar el oficio del reciclador. Es el caso del profesor Hélio Wiebeck, del Departamento de Ingeniería Metalúrgica y de Materiales de la Escuela Politécnicade la Universidad de São Paulo (Poli-USP). Wiebeck coordina un proyecto que pretende capacitar a los recolectores del basuralde Alvarenga, en São Bernardo do Campo, para participar del Programa de Recolección Selectiva de Residuos de la Municipalidad. “Este proyecto es uno de los mayores desafíos de mí vida, ya que implica, además del conocimiento técnico del tema, la participación de personas muy sufridas”, revela. El proyecto forma parte del Programa de Investigación en Políticas Públicas de la FAPESP y se iniciado en enero de este año.
“Efectuamos el análisis del mercado de material reciclable en la región y sugerimos cuál sería la mejor manera de procesamiento (enfardado, molienda, etc.) para los productos retirados de la basura. La colecta es realizada por la Municipalidad, en puntos de entrega voluntaria, en los cuales la población deposita los materiales reciclables”, explica Wiebeck. Así, los recolectores no necesitan recolectar los productos en los basurales. Del proyecto también participan, además de la Municipalidad de la ciudad, la Escuela Politécnica, el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae), el Instituto Polis, integrante del Fórum Nacional de Residuos y Ciudadanía, Plastivida, una entidad ligada a la Asociación Brasileña de la Industria Química (Abiquim) y el Programa Disque-Tecnologia de la USP.
Oportuno y deseable
El profesor Wiebeck también es responsable por el curso de reciclaje que dicta la Coordinación Ejecutiva de Cooperación Universitaria y de Actividades Especiales (Cecae) vinculado a la USP. Creado en 1994, el curso ya ha capacitado a más de mil personas. “El público asistente interesado está integrado por gente de diversos sectores”, dice. Entre ellos hay empresarios, obreros, estudiantes, investigadores, líderes comunitarios, médicos e ingenieros. El programa hace hincapié en el reciclaje del plástico. “Es el sector que ofrece las mejores oportunidades para los pequeños y medianos empresarios”, complementa. El curso y el proyecto de São Bernardo son ejemplos de actividades que se expanden en el país, aunque a un ritmo lento si se las compara con las posibilidades sociales y económicas del sector de reciclado. Oportunidades que, por una de esas paradojas de la vida, están en la basura.
Un ciruja en las calles de São Paulo
El paulistano Otávio Lemos, 45 años, habitante del barrio de São Miguel Paulista, en la zona este de São Paulo, perdió hace cuatro años su empleo en una parrilla donde trabajaba como ayudante. Después, no logró retornar más al mercado formal. La edad, para él, fue su mayor obstáculo. Después de mucho andar y buscar, descubrió con un amigo una nueva forma de ganar dinero: recogiendo latitas de aluminio por la calle. “Fue mi salvación”, cuenta. Actualmente, Lemos recolecta 32 kilos por semana. “Los fines de semana junto 22 kilos”. Lemos gana 250,00 reales en un mes de ‘buena cosecha’. Para ello, pasa las madrugadas entre los barrios de Jardins y Vila Madalena recogiendo su sustento.
Esta historia se ha vuelto común en varias ciudades de Brasil, y refleja, además del problema del desempleo, el descubrimiento del universo del reciclaje do aluminio como medio de subsistencia por parte de un gran número de brasileños. Según estimativas de la Asociación Brasileña del Aluminio (Abal), cerca de 150 mil personas viven de la recolección y el reciclaje de aluminio. Ganan entre dos y cuatro salarios mínimos por mes. En 2000, Brasil recicló el 78% de todas las latas para bebidas consumidas durante el año. En total, 102 mil toneladas retornaron al proceso de producción, con un crecimiento del 19% con relación a 1999.
EL PROYECTO
Implementación de Unidadesde Materias Primas Recicladas
Modalidad
Programa de Investigaciónen Políticas Públicas
Coordinador
Hélio Wiebeck – Poli-USP
Inversión
R$ 30.000,00, FAPESP, y R$ 15.000,00, Municipalidad de São Bernardo