El fragoroso y persistente bullicio que emana del tránsito vehicular, de la actividad industrial, de las obras de construcción y de la circulación de aeronaves puede causar daños a la salud más allá de la pérdida de audición. El informe intitulado “Ruido, llamas y desequilibrios: nuevos temas de interés ambiental”, publicado en 2022 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), apunta que, en Europa, la exposición prolongada al ruido ambiental tiende a contribuir al desarrollo de 48.000 nuevos casos de cardiopatías isquémicas por año, causando unas 12.000 muertes prematuras. Los mapas del ruido, una herramienta que se utiliza para realizar un análisis acústico del espacio urbano, identificar puntos críticos y aportar a la creación de medidas de control, aún son incipientes en las ciudades brasileñas. Una investigación que llevó a cabo la arquitecta Bianca Carla Dantas de Araújo, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), revela que, hasta ahora, solamente cuatro municipios han completado la elaboración de este tipo de documentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a los niveles de ruido superiores a 65 decibeles (dB) como contaminación, con un potencial significativo para afectar a la salud humana. En este sentido, el informe del Pnuma advierte que los niveles de ruido recomendables, es decir, 55 dB para los ambientes exteriores en las zonas residenciales y 70 dB donde hay tránsito y zonas comerciales, son superados en ciudades de diversas partes del mundo, entre las que puede enumerarse a Argel, en Argelia, Bangkok, en Tailandia, Damasco, en Siria, y Nueva York, en Estados Unidos. Este análisis no incluyó a Brasil. También pone de relieve que la exposición a ruidos bruscos e intensos, como los de disparos o fuegos artificiales que emiten más de 140 dB (véase el gráfico abajo), puede provocar la rotura de la membrana timpánica del oído una pérdida inmediata de la audición.
“Además de los trastornos auditivos, cuanto mayores son los niveles de ruido a los que están expuestas las personas, mayor es el riesgo de que desarrollen problemas cardiovasculares y enfermedades metabólicas”, informa la fonoaudióloga Alessandra Gianella Samelli, de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP). La investigadora se propuso medir estos impactos en un proyecto financiado por la FAPESP, concluido en 2023. En el estudio, analizó los cambios que se operan en los individuos expuestos a diferentes niveles de ruido mediante exámenes electrofisiológicos, que evalúan el sistema nervioso autónomo, expuesto a la influencia de las variaciones hormonales y los neurotransmisores. Los resultados preliminares indican que la exposición a altos niveles de ruido provoca en las personas un aumento de la frecuencia respiratoria, del ritmo cardíaco y de la sudoración, asociados a un mayor malestar subjetivo. Según ella, el sistema nervioso autónomo regula el funcionamiento del corazón, el sistema respiratorio y el aparato digestivo. “Es como si una persona expuesta al ruido excesivo estuviera constantemente en estado de alerta”, compara. Con el paso del tiempo, esta situación genera un desequilibrio en el organismo que, una vez traspuesto cierto límite, puede causar problemas tales como infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares (ACV) y enfermedades metabólicas. Samelli explica que distintos estudios publicados en 2011 en el documento intitulado Burden of disease from environmental noise, de la OMS, han puesto en evidencia esta asociación.
Investigador del ruido urbano desde hace unos 20 años, el sociólogo portugués Carlos Fortuna, de la Universidad de Coímbra, en Portugal, sostiene que la contaminación acústica hace que los habitantes de las ciudades vivan sumidos en una “bruma sonora”, que desdibuja los sonidos específicos de los barrios y dificulta la comunicación entre la gente. En una entrevista concedida a Pesquisa FAPESP, el estudioso comentó que la acústica de las ciudades europeas empezó a cambiar a finales del siglo XIX. “Con la intensificación del proceso de industrialización, la sonoridad urbana, que antes se caracterizaba por las voces humanas y los sonidos de los animales, fue sustituida por los ruidos metálicos e industriales persistentes”, relata. Fortuna explica que, en Portugal, los municipios están obligados por ley a elaborar mapas del ruido urbano.
Una investigación realizada a partir de 2019 por Araújo, de la UFRN, se propuso identificar las ciudades brasileñas que implementaban acciones para mapear la contaminación acústica. El estudio constató que Belém (Pará) y Fortaleza (Ceará) fueron las primeras en elaborar mapas del ruido, entre 2002 y 2004, por iniciativa de sus alcaldías. En el caso de Natal [Rio Grande do Norte], la arquitecta Débora Nogueira Pinto Florêncio, defendió en 2018 su tesis doctoral en la UFRN, en la que elaboró el mapa sonoro del municipio. Ese mismo año, Cáceres (Mato Grosso) también elaboró un mapa acústico a instancias de su alcaldía. “Cuando la elaboración del mapa es obligatoria, como es el caso de las ciudades europeas con más de 250.000 habitantes, se crean las oportunidades y los contextos para hacerlo posible, pero cuando no es así, la iniciativa está sujeta al criterio del gobierno local”, comenta Araújo. Según la investigadora, la ciudad de Fortaleza, por ejemplo, fue mapeada por el gobierno municipal merced al trabajo de un técnico entendido en el tema, “que convenció al ejecutivo municipal de que el mapa sería una herramienta importante para la gestión del problema de la contaminación sonora”, dice.
Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESPUn apartamento frente a la autopista elevada presidente João Goulart, más conocida como Minhocão, en la capital paulista. El tránsito, sumado al bullicio que emana de los establecimientos industriales, los conciertos y espectáculos al aire libre son las principales fuentes de contaminación sonoraLéo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP
En 2016, la ciudad de São Paulo sancionó la Ley nº 16.499 para crear su mapa del ruido, que debería haber estado listo antes de 2023. Sin embargo, el documento aún no ha sido elaborado y la municipalidad prorrogó el plazo, emitiendo la Resolución nº 16/2024 para conformar un grupo de gestión a cargo de la creación del documento antes de 2030. El municipio de Río de Janeiro también promulgó una normativa en este sentido, la Ordenanza nº 7.479/2022, que obliga al Poder Ejecutivo a elaborar un mapa del ruido urbano. “Pese a las pocas iniciativas desarrolladas por los municipios para registrar el ruido ciudadano en su conjunto, muchas ciudades, principalmente en las capitales del nordeste y del sur del país, ya han mapeado algunos barrios específicos y calles puntuales”, dice la arquitecta. Entre estas ciudades puede citarse a Salvador (Bahía), Recife (Pernambuco), João Pessoa (Paraíba), Maceió (Alagoas), Santa Maria y Porto Alegre (Rio Grande do Sul). Los mapas del ruido se confeccionan valiéndose de un software que utiliza escalas de colores para indicar los sonidos más o menos intensos. Para elaborar estos documentos, los municipios deben contar con bases cartográficas georreferenciadas y enviar un equipo de técnicos a las calles para medir las fuentes sonoras y sus intensidades, así como el recuento de los vehículos en distintos puntos del municipio.
Esta herramienta es escasamente utilizada en Brasil, entre otros factores, según Araújo, de la UFRN, debido a la inexistencia de leyes nacionales y de una normativa técnica que la vuelva obligatoria. Sin embargo, recuerda la investigadora, a pesar de la ausencia de una legislación específica para los mapas del ruido, el país cuenta con tres normas técnicas que ayudan a regular la emisión de ruidos. Una de ellas es la NBR 15.575, de 2013, que aborda las cuestiones relativas a la vivienda, una de las cuales es la acústica. “La norma estipula que las fachadas de las viviendas deben estar construidas con un espesor y material específicos, que garantizan cierto aislamiento acústico en sus interiores”, por ejemplo. También está la NBR 10.152, de 2017, que establece los niveles de presión sonora interna que deben cumplirse en cada ambiente de las viviendas. Además, la NBR 10.151, de 2019, estipula que el ruido producido por fuentes sonoras ubicadas en áreas comunes, especialmente las residenciales, no pueden superar el límite de 55 dB durante el día y 50 dB en horario nocturno.
El jurista y doctor en derecho por la USP, Ericson M. Scorsim, autor del libro Sustentabilidade ambiental acústica – Propostas regulatórias para cidades livres de ruídos excessivos (Editora do Autor, 2024), recuerda que en Brasil existen normas específicas, como es el caso de la Ordenanza nº 15.585/2019, de Curitiba (Paraná), que prohíbe el uso de pirotecnia dentro del perímetro del municipio. Otra legislación vigente en Curitiba es la 10.625, de 2002, que aborda el tema del ruido urbano, el bienestar y la tranquilidad pública. “Sin embargo, esta ley está desactualizada y merece una revisión”, comenta. En São Paulo existe la Ley del Silencio, reglamentada mediante el Decreto nº 57.443/2016, que controla el ruido emitido por los establecimientos comerciales, como bares, discotecas y restaurantes, por ejemplo, como así también por las fábricas y los templos religiosos. “Este tipo de ordenanzas incorporan avances importantes, pero es fundamental que se promulguen nuevas leyes con estándares más rigurosos para el control de la emisión de ruidos”, sostiene el jurista.
Rubens Cavallari / FolhapressMunicipios como el de São Paulo cuentan con leyes para regular el sonido emitido por los establecimientos comerciales, como bares y discotecasRubens Cavallari / Folhapress
Investigadores de los campos de la arquitectura y urbanismo e ingeniería se encuentran abocados a la búsqueda de soluciones para el problema de los ruidos urbanos. Según el ingeniero Sylvio Reynaldo Bistafa, profesor jubilado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la USP, la fuente principal de ruido de las ciudades es, en la actualidad, el tránsito, seguido por las plantas industriales, los conciertos y los espectáculos al aire libre. Uno de los casos recientes para el que diseñó alternativas es el de una fábrica de papel y pasta de celulosa, cuya maquinaria de producción estaba instalada al aire libre. Cuando la planta industrial se instaló en el Gran Porto Alegre, la zona era predominantemente rural. Empero, con el avance de la urbanización, la localidad, que antes albergaba solamente algunos pequeñas quintas y chacras, se llenó de viviendas. Los ruidos de la fábrica empezaron a molestarles a los vecinos, que recurrieron al Ministerio Público.
La empresa contrató a Bistafa para encontrarle alguna solución al problema, y él sugirió la instalación de una barrera acústica (es decir, un muro para la contención del sonido) alrededor de la planta industrial, como así también la instalación de barreras acústicas específicas en las maquinarias. Estas estructuras se construyen en acero galvanizado perforado, que posteriormente se pintan con pintura electrolítica y se rellenan con lana de roca. Son resistentes a la intemperie y tienen una alta capacidad de absorción del sonido.
“La empresa adoptó la barrera en el perímetro de la fábrica, pero no así en las maquinarias, que prefirió no modificar porque valían millones de dólares y de hacerlo, perderían la garantía y los costos de mantenimiento se tornarían inviables”, explica. Con ello, los ruidos que ahora emite la planta industrial se encuentran dentro de los límites establecidos por la NBR 10.151 para el período diurno, pero no para el nocturno. De todas maneras, el Ministerio Público le permitió a la fábrica continuar con su operación, porque su cierre tendría un impacto económico negativo para la comunidad, ya que muchos de sus habitantes trabajan allí. “El caso muestra que la ingeniería de control del ruido tiene tanto potencial como limitaciones”, reflexiona el investigador.
A su vez, Araújo, de la UFRN, desarrolló su investigación doctoral financiada por la FAPESP en la FAU-USP, concluida en 2009, para hallar soluciones a los edificios que necesitan ventilación, iluminación natural y aislamiento de ruidos sin consumir energía. “El denominado cobogó, una estructura arquitectónica a menudo utilizada en paredes de edificios y viviendas y para dividir ambientes, ayuda a reducir el calor y la humedad, ya que permite una ventilación natural, pero, al mismo tiempo, por ser hueca, facilita el ingreso del ruido”, explica. En su estudio, Araújo diseñó un prototipo de cobogó que, además de proporcionar iluminación y ventilación natural a los ambientes, también reduce el ingreso de ruidos del exterior.
Actualmente, Araújo prepara la solicitud de patente del producto y trabaja en la actualización del mapa acústico de Natal, con una propuesta para colaborar con la alcaldía. Como subraya la arquitecta, el ruido urbano constituye el segundo peor tipo de contaminación, según la OMS, solo superada por la contaminación atmosférica. “Las ciudades necesitan diseñar estrategias de acción específicas para mitigar el problema o incorporar estas medidas en sus planes directores, que hoy son las principales herramientas de gestión del espacio urbano”, concluye.
Proyectos
1. Los efectos extraauditivos del ruido. Índices subjetivos y electrofisiológicos del estrés (nº 21/04542-9); Modalidad Ayuda de Investigación – Regular; Investigadora responsable Alessandra Giannella Samelli (USP); Inversión R$ 109.357,13.
2. Propuesta de desarrollo de un elemento de filtrado acústico (nº 05/59917-4); Modalidad Beca doctoral; Investigador responsable Sylvio Reynaldo Bistafa; Becaria Bianca Carla Dantas de Araújo; Inversión R$ 92.449,88.
Artículos científicos
BRASILEIRO, T. da C. et al. Mapas de ruído: Histórico e levantamento da atual produção brasileira. Acústica e Vibrações. 34 (51). 2019.
HILLESHEIM, D. et al. Prevalência e fatores associados a atividades que levam ao nervosismo no trabalho no Brasil: Estudo com dados da Pesquisa Nacional de Saúde, 2013. Revista Brasileira de Saúde Ocupacional. v. 48. 2023.
HILLESHEIM, D. et al. Perda auditiva induzida por ruído no Brasil: Descrição de 14 anos de notificação. Audiology – Communication Research, v. 27. 2022.
FORTUNA, C. O mundo social do ruído. Contributos para uma abordagem sociológica. Análise Social. Revista do Instituto de Ciências Sociais da Universidade de Lisboa. v. 55, n. 234. 2020.
Libro
SCORSIM, E. Sustentabilidade ambiental acústica – Propostas regulatórias para cidades livres de ruídos excessivos. Curitiba: Editora do Autor. 2024.
Documentos
Frontiers 2022: Noise, blazes and mismatches – Emerging issues of environmental concern. United Nations Environment Programme. Nairóbi, 2022. Office for Europe, 2011.
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