Aunque el hidrógeno representa una gran promesa como fuente de propulsión para automóviles, su utilización es limitada, entre otros factores, debido a la ausencia de un sistema eficiente y seguro de almacenamiento. Los científicos han desarrollado métodos para guardar el hidrógeno en recipientes metálicos, pero el sistema sólo funciona a temperaturas que hacen inviable su uso en automóviles. Investigadores de la Universidad de Bath, en Reino Unido, descubrieron un material conformado mayormente por un metal pesado, el rodio, que utilizado en tanques de metal, almacena y libera el hidrógeno a temperatura ambiente. La cantidad de hidrógeno provista aún es pequeña – lo que hace que el hallazgo pueda convertirse en proveedor auxiliar de combustible, una especie de tanque de emergencia. “Es una tecnología con un enorme potencial”, afirma Andrew Weller, profesor de química de la Universidad de Bath.
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