Imprimir Republish

Tecnociencia

Tempestad sobre la Amazonia

Una secuencia de tempestades tropicales intensas, con vientos que salen de las nubes y llegan a la superficie de manera explosiva, a velocidades de hasta 145 kilómetros por hora, derribó millones de árboles en la Amazonia en enero de 2005. Con base en imágenes de satélite y observaciones de campo, el grupo coordinado por Robinson Negrón-Juárez y Jeffrey Chambers, de la Universidad Tulane, de Estados Unidos, arribó a la conclusión de que un fenómeno meteorológico conocido como línea de inestabilidad, que consiste en un aglomerado de tempestades de alrededor de 1.000 kilómetros de longitud y 200 de ancho, cruzó la Amazonia en sentido sudoeste-nordeste, esparciendo pesadas lluvias y vientos explosivos que abrieron claros de hasta 30 hectáreas y causaron muerte y destrucción en las ciudades de Manaos, Manacaparu y Santarém (Geophysical Research Letters). Según Carlos Raupp, investigador de la Universidad Estadual Paulista (Unesp) que participó en este trabajo, la cantidad de árboles caídos puede equivaler al 23% del total de dióxido de carbono (CO2) que la Selva Amazónica capta de la atmósfera en un año. “En general, un clima más cálido puede traer aparejado más tempestades severas, porque la atmósfera logra retener más vapor de agua”, dice Raupp. Así, líneas de inestabilidad como la de enero de 2005 pueden causar estragos peores en la Amazonia en el futuro.

Republicar