BIOLOGY.CLC.UC.EDULa toxina botulínica (TxB), una de las más potentes toxinas bacterianas conocidas, posee reconocida acción terapéutica, eficaz en el tratamiento de ciertos síndromes dolorosos. Sin embargo, algunas de sus indicaciones todavía se hallan en fase de comprobación respecto de su eficacia. El objetivo del estudio Toxina botulínica en el tratamiento del dolor, de Orlando Carlos Gomes Colhado, de la Universidad Estadual de Maringá, y de Marcelo Boeing y Luciano Bornia Ortega, de la Casa de Beneficencia de Maringá, en Paraná, fue revisar el historial, propiedades farmacológicas y aplicaciones clínicas de esa toxina, cuando es empleada para el tratamiento de dolores de diferentes orígenes. La TxB es producto de la fermentación del Clostridium botulinum (foto), una bacteria anaerobia Gram-positiva. Comercialmente, el producto existe bajo las denominaciones A y B, como agentes biológicos obtenidos en laboratorio. La TxB-B, una neurotoxina que posee alta afinidad por las sinapsis colinérgicas, ocasiona bloqueo en la liberación de acetilcolina por el terminal nervioso, sin alterar la conducción neural de señales eléctricas o la síntesis y almacenaje de acetilcolina. Está comprobado que ella puede reducir selectivamente la musculatura dolorosa, interrumpiendo el ciclo espasmo-dolor. La TxB-A es segura y bien tolerada en afecciones dolorosas crónicas, donde otros regímenes de farmacoterapias es sabido que pueden provocar efectos colaterales. Otra ventaja deviene de la reducción del uso de analgésicos y del tiempo de acción, entre tres y cuatro meses por dosis. Con todo, serán necesarias futuras investigaciones para establecer la eficacia de la TxB-A en afecciones dolorosas crónicas y su exacto mecanismo en el alivio del dolor, así como su potencial en tratamientos multifactoriales.
Revista Brasileira de Anestesiologia – Tomo 59 – Nº 3 – Campinas – Mayo/ Junio de 2009
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