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Tecnología

Tras el rastro del Trypanosoma

Nuevo test detecta con mayor precisión la presencia de anticuerpos de la enfermedad de Chagas en la sangre

miguel boyayan

El electrodo inmoviliza a los antígenos del protozoariomiguel boyayan

Investigadores de la Universidad Estadual de São Paulo (Unesp) de Araraquara y de la Universidad de São Paulo (USP) acaban de desarrollar una metodología inédita para el diagnóstico serológico del mal de Chagas, una enfermedad que afecta a alrededor de 6 millones de brasileños y a unas 10 millones de personas en el resto de las Américas. Para efectuar el diagnóstico, la principal ventaja de este método, que utiliza un inmunosensor amperométrico (el resultado aparece en la lectura de la corriente eléctrica), es su precisión: el dispositivo detecta en el suero sanguíneo cantidades muy pequeñas de anticuerpos del parásito causante de la afección: un protozoo llamado Trypanosoma cruzi.

Estos anticuerpos son producidos por el organismo de la persona cuando ésta ha sido infectada. Los estudios realizados por los investigadores de la Unesp y de la USP han demostrado que la nueva metodología es mucho más sensible y precisa que el test inmunoenzimático Elisa (Enzime Linked Immunosorbent Assay), ampliamente utilizado para realizar este tipo de diagnóstico.

Otra ventaja del nuevo test reside en la rapidez de procesamiento. El análisis demora unos 40 minutos, tiempo bastante inferior al de los tests serológicos convencionales. El inmunoensayo Elisa, realizado en una placa de poliestireno, demora hasta dos horas. El nuevo procesamiento también puede efectuarse a temperatura ambiente, mientras que los kits competidores deben ser procesados en ambientes climatizados. Asimismo, el empleo del inmunosensor en tests serológicos facilita la repetición, en caso de muestras dudosas.

“El inmunosensor será un importante instrumento de salud pública en los países en los cuales la enfermedad es endémica”, afirma la química Hideko Yamanaka, profesora del Instituto de Química de la Unesp y coordinadora del equipo de inventores. El nuevo método además poder emplearse en laboratorios de análisis clínicos para el diagnóstico en pacientes, también podrá usarse en bancos de sangre. Según Hideko, el inmunosensor dotará de mayor agilidad a la admisión de donadores, reduciendo los casos de transmisión de la enfermedad por transfusiones.

Más barato
Los restantes integrantes del equipo que desarrolló el inmunosensor son el bioquímico Antonio Aparecido Pupim Ferreira, alumno de doctorado dirigido por Hideko; el profesor Walter Colli, del Instituto de Química de la USP; y el biomédico Paulo Inácio da Costa, de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Unesp. Los dos últimos participaron del desarrollo del inmunosensor en calidad de colaboradores. Los cálculos de los investigadores indican que la nueva tecnología saldrá por un precio similar al de los kits comerciales Elisa. No obstante, ésta tendrá una gran ventaja comparativa: el kit comercial posee una placa con 96 tests, y una vez abierto el embalaje, aquéllos que no son usados deben ser descartados. “En el caso del nuestro, podremos configurar el inmunosensor de la manera que sea conveniente para atender a los requerimientos de los laboratorios”, dice Hideko. Esto llevará a que el valor unitario del inmunosensor pueda ser inferior al Elisa.

En función de su carácter inédito, la nueva tecnología ha sido registrada en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) con el apoyo del Núcleo de Patentes y Licencias de Tecnología (Nuplitec) de la FAPESP. Y ya se han iniciado las tratativas con la industrias que suministran los kits a los laboratorios de análisis clínicos para la producción del nuevo test. “Los entendimientos se hallan todavía en una fase preliminar. Como son mayoritariamente empresas multinacionales, estamos solicitando una patente internacional del inmunossensor, para facilitar las negociaciones”, afirma Hideko.

Transductor electroquímico
El inmunosensor amperométrico desarrollado por los investigadores fue seleccionado como el segundo trabajo más relevante de la 1ª Muestra de Tecnología de la Unesp, realizada entre los días 28 y 30 de octubre en São Paulo. Llamó la atención el hecho de que el dispositivo se base en la interacción entre antígeno y anticuerpo, bajo la forma de un biosensor con un componente biológico activo (antígenos de T. cruzi) íntimamente acoplado a la superficie de un transductor, que convierte una señal biológica en una señal eléctrica.

Para crear este nuevo test, los investigadores utilizaron un transductor electroquímico (o electrodo) disponible en el mercado y usualmente empleado en análisis químicos de varias sustancias en las áreas biológica, clínica y industrial, además de ser utilizado también en el monitoreo y el control de algunos contaminantes ambientales.

“Nuestro trabajo consistió en efectuar modificaciones en ese electrodo, alterando químicamente su superficie, para que fuera capaz de inmovilizar a los antígenos del protozoario y que se volviera selectiva a los anticuerpos anti-Trypanosoma cruzi“, comenta el farmacéutico y bioquímico Antonio Pupim Ferreira. “En otra palabras: que tuviera capacidad para reaccionar con los anticuerpos presentes en el suero de los portadores de la enfermedad de Chagas.”

Un mal que se transmite en la transfusiones

La enfermedad de Chagas, descrita en 1908 por el científico brasileño Carlos Chagas, y también conocida como tripanosomiasis americana (terminología adoptada por la Nomenclatura Internacional de Enfermedades – NID) continua sin contar con métodos de cura definitiva y sin vacunas. Es una enfermedad infecciosa y parasitaria causada por el protozoo Trypanosoma cruzi, transmitido por insectos hematófagos de la especie Triatoma infestans, popularmente conocidos como vinchucas. En la actualidad, la transmisión ocurre principalmente en las transfusiones sanguíneas.

“De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la transmisión vectorial fue controlada, en función de las exitosas políticas públicas implementadas en los países afectados por el mal”, afirma el profesor Walter Colli, de la USP. Las acciones se concentran en las obras de saneamiento básico, en el combate contra el insecto transmisor y en la mejora de las viviendas en el campo, ya que la vinchuca suele esconderse en las grietas de las paredes de adobe o madera.

La transmisión clásica ocurre cuando la vinchuca pica a un individuo infectado por la enfermedad. El insecto se convierte entonces en hospedador del parásito. Después, al alimentarse con la sangre de una persona sana, la vinchuca defeca y deposita el protozoario sobre la piel de la víctima, que al rascarse lleva a que el parásito ingrese al torrente sanguíneo. Si la enfermedad no es diagnosticada a tiempo -en su fase aguda, cuando todavía tiene cura-, entra en una fase crónica, que es cuando el Trypanosoma se instala en los músculos, especialmente en el corazón, provocando insuficiencia y arritmia cardíaca, que pueden ocasionar la muerte. Otro medio de infección sucede en la transmisión de madre-hijo, durante el embarazo. La única forma de diagnosticar la presencia del protozoo en el organismo es mediante el análisis de sangre.

EL PROYECTO
Inmunosensor Amperométrico para la Enfermedad de Chagas
Modalidad
Programa de Apoyo a la Propiedad Intelectual (PAPI)
Coordinadora
Hideko Yamanaka – Instituto de Química de la Unesp Araraquara
Inversión
R$ 12.000,00

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