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Trazan un perfil de los partidos políticos brasileños

Una investigación revela que el escenario partidario del país es coherente con la composición socio-ocupacional de los bloques legislativos

Aquéllos que piensan que el cuadro político-partidario en Brasil es fragmentado y frágil, sin consistencia ideológica o programática, se equivocan. Al contrario: ese escenario tiene contornos nítidos y congruentes con su representación parlamentaria. Una radiografía de la composición socio-ocupacional de los miembros del actual poder legislativo en la Cámara de Diputados (1999-2003), realizada por Leôncio Martins Rodrigues con el apoyo de la FAPESP, ha demostrado que los partidos son fuertes, estructurados y muy enraizados en la sociedad. Prueba de ello es que, en las elecciones de octubre de 1998, el origen y el status socioeconómico del candidato tuvieron su peso en la elección de los partidos.

Esta investigación, cuyos resultados saldrán publicados por la Editora de la Universidad de São Paulo (Edusp) en junio, bajo el título de Partidos, Ideologia e Composição Social, analizó las ocupaciones y profesiones de los parlamentarios de los bloques de los seis mayores partidos con representación en la Cámara de Diputados: el Partido del Frente Liberal (PFL), el el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), Partido Progresista Brasileño (PPB), el Partido de los Trabajadores (PT) y Partido Democrático Laborista (PDT, sigla en portugués). “Para evitar perder el tiempo en un debate no esencial para este estudio”, justifica Martins Rodrigues, los partidos fueron agrupados de acuerdo a su orientación ideológica a partir de criterios comúnmente utilizados por gran parte de los investigadores y por los medios de comunicación: PFL y PPB, a la derecha; PSDB y PMDB, en el centro; y PT y PDT, a la izquierda. “Esperábamos encontrar, como de hecho ocurrió, una proporción significativamente diferente de grupos ocupacionales en el seno de los bloques partidarios”, afirma. Los datos revelaron que los partidos de derecha tienden a reclutar representantes en los estratos de ingresos más altos: entre empresarios y funcionarios de alto escalón de la administración pública; en los partidos de izquierda prevalecen los asalariados de clase media y los profesores y maestros, y los partidos de centro, pese a ser más heterogéneos, son integrados principalmente por profesionales liberales, ejecutivos y directores de empresa.

 Sociología política de los partidos
Martins Rodrigues, que es profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), ya había observado la consistencia ideológica de los bloques en la Cámara de Diputados en 1987, cuando realizó un análisis socio-político de los partidos y diputados que, a la época, integraron la Asamblea Nacional Constituyente. Los resultados de ese estudio fueron publicados en Quem É Quem na Constituinte. En la investigación sobre el actual legislativo, la gran novedad está la metodología para la recolección de los datos. “En mi primer estudio, los propios parlamentarios indicaban sus profesiones u ocupaciones. Ahora el gran trabajo de investigación consistió en localizar las ocupaciones y profesiones de los diputados”, cuenta.

Las informaciones sobre los parlamentarios de los partidos seleccionados fueron extraídas de la publicación Deputados Brasileiros 1999-2003 – Repertório Biográfico, editada por la propia Cámara de Diputados; del Dicionário de Política Brasileira, de la Fundación Getúlio Vargas; y de una cuidadoso análisis de 401 declaraciones de bienes que los por entonces candidatos presentaron ante los Tribunales Regionales Electorales de sus estados. “Estas informaciones de patrimonio son públicas y de libre acceso para cualquier interesado”, subraya. La ocupaciones o profesiones fueron a partir de allí clasificadas de acuerdo con la carrera de cada legislador. “Hice una especie de modelo para estandarizar la recolección de datos. Existe una matriz de clasificación que me permitió observar la congruencia entre las informaciones provenientes de las distintas fuentes. El principal criterio fue la última profesión declarada antes de que el candidato entrara a la política, siempre y cuando éste hubiera ejercido efectivamente dicha profesión”. Ese patrón de clasificación permitió, por ejemplo, identificar a los parlamentarios reclutados en la administración pública federal y estadual y a los profesores, dos categorías que generalmente no aparecen en las investigaciones y que, como Martins Rodrigues constató, tienen un papel prominente en la composición de los bloques de la Cámara. Esta metodología de investigación probó ser estratégica para la tarea que el investigador se aprestaba a realizar. “Más que ciencia política, yo quería hacer una sociología política de los partidos brasileños.”

El análisis socio-ocupacional de los bloques reveló el perfil de los seis mayores partidos políticos brasileños. En el PPB y en el PFL, los empresarios constituyen la categoría predominante (un 68% y un 61%, respectivamente). En el PFL también es importante la presencia de parlamentarios reclutados en la alta burocracia federal y estadual. Los integrantes de ambas siglas provienen de las franjas patrimoniales más altas.

El perfil socio-económico del PMDB es menos nítido. La fracción de empresarios es predominante, pero no es mayoritaria, y la proporción de profesionales liberales, de diputados que ejercían profesiones intelectuales y de profesores también es elevada. Por otro lado, la proporción de peemedebistas en la franja de alto patrimonio (16%), pese a ocupar el tercer lugar entre los partidos analizados, se encuentra muy distante de la del PFL (29%) y del PPB (22%). “Esa distribución de fuerzas entre las categorías socio-ocupacionales sugiere, en comparación con otros partidos, una organización con más dificultades para la definición de sus intereses, y para el mantenimiento de la cohesión ideológica y la disciplina interna, y también con más conflictos entre sus facciones”, evalúa Martins Rodrigues.

La composición social dominante en el PSDB está integrada por la intelectualidad de ingresos altos y sectores empresariales preponderantemente urbanos que, pese a ser minoritarios, tienen un papel importante en la composición del bloque en la Cámara de Diputados. “Las fracciones de la intelligentsia que, en estos últimos años, ascendieron política, económica y socialmente, están unidas a una fracción de clases empresariales ilustradas”, explica. Pero la facción intelectual es predominante y parece darle el tono al partido, aclara.

La intelectualidad también es la categoría socio-ocupacional predominante en el PT. En este caso, ésta aparece junto a una fracción importante, empero minoritaria, de las clases populares, aquí definidas como siendo formadas por trabajadores, empleados no manuales y labradores. Prácticamente no hay empresarios en el seno del bloque del partido. “La composición dominante estaría integrada por la intelligentsia y por sectores de las clases trabajadoras que ascendieron por intermedio de los sindicatos –generalmente los de los metalúrgicos– y empleados no manuales –generalmente bancarios”, afirma Martins Rodrigues. El análisis de esas categorías sociales, desde el punto de vista del patrimonio, sugiere que la intelligentsia petista, diferentemente de la tucana (tucanos –tucanes– así son llamados los integrantes del PSDB), tiene origen en los estratos más bajos y en las clases medias relativamente cultas. “Se trata, por lo tanto, de grupos con una marcada incongruencia de status antes de su ascensión a la clase política, lo que explicaría la preferencia por un partido de izquierda y la alianza con sectores de las clases trabajadoras en ascensión”, analiza Martins Rodrigues.

El bloque del PDT está integrado por pocos empresarios. Ninguno de sus parlamentarios fue reclutado en las clases trabajadoras y un número inexpresivo los constituyen ex  funcionarios del sector público. La composición social predominante está formada por un grupo de profesionales liberales, seguido de un pequeño grupo de empresarios urbanos.

La evaluación de los niveles de escolaridad de los parlamentarios refuerza la caracterización de los seis partidos. Por lo menos un 82% de los diputados tiene curso superior, dado que, de acuerdo con el análisis de Martins Rodrigues, esto indica que las personas de baja escolaridad tienen pocas posibilidades de llegar a la Cámara de Diputados. Del total de los bloques analizados, solamente un 4% no ha completado el secundario. “Los partidos situados más a la izquierda, comparativamente, tienen más parlamentarios con maestría y/ o doctorado completo que los partidos de derecha”, dice. El PT tiene el mayor porcentaje de diputados con posgrado y, contradictoriamente, es también el que tiene la mayor proporción de legisladores con más baja escolaridad. “La discrepancia en la formación de los parlamentarios petistas puede explicarse por la fuerte presencia, por una parte, de profesores en su bloque, y por otra, por el número de trabajadores manuales calificados y trabajadores con baja escolaridad”, explica.

El PPB, que congrega a la mayor proporción de empresarios y de diputados con patrimonio elevado, es el segundo partido, luego del PT, en porcentaje de legisladores sin curso superior. Es interesante registrar que, en los seis partidos, la proporción de diputados graduados en derecho es mucho mayor que la de los que poseen otros diplomas de nivel superior.

Ingresos y status
Los partidos también son diferentes cuando se tiene en cuenta el patrimonio declarado de sus legisladores. Martins Rodrigues analizó la declaración de bienes de 401 de los 503 diputados. “No se trata de una muestra, ya que seis unidades de la Federación quedaron excluidas”, advierte. No obstante, esos datos sugieren tendencias. Más de la mitad de los 401 diputados se encuentra en la franja de patrimonio medio-bajo (entre 200 mil reales y 500 mil reales) y bajo patrimonio (menos de 200 mil reales). En la franja de alto patrimonio se encuadró el 16% del total de los congresistas. También en este análisis, Martins Rodrigues observa que, acorde cómo se va de la derecha hacia la izquierda del espectro ideológico, el porcentaje de diputados en las franjas de valor patrimonial más elevado tiende a decrecer en el interior de los bloques. El PFL y el PPB, que tienen bloques expresivos de empresarios, tienen más diputados en las franjas superiores de patrimonio.

Los partidos con menos empresarios, observa, tienen una proporción más baja de parlamentarios con patrimonio elevado, como el PMDB y el PSDB. Y los partidos con insignificante representación empresarial reúnen diputados con patrimonios más bajos. “Bajo esa óptica, y de manera caricaturesca, el PFL y el PPB serían la ‘clase alta’ de los partidos; el PMDB y el PSDB, la ‘clase media’; y el PDT y el PT, la ‘clase baja’”. Sin embargo, el investigador hace una salvedad: el PDT, desde el punto de vista patrimonial, está más cerca del PSDB y del PMDB que del PT, lo que sugiere una caracterización del PDT como centro-izquierda.

Martins Rodrigues también observó que el monto del patrimonio de los diputados tiende a crecer con el tiempo de Cámara: un 41% de los legisladores con bajo patrimonio estaba en la primera composición legislativa federal. En el otro extremo, un 31% de los que tenían cuatro o más mandatos estaba en la franja de alto patrimonio. “Hay muchas señales indicativas, aunque no se desprenden de esta investigación, de que la propia actividad política, aun cuando es ejercida según todos los cánones de la respetabilidad y la decencia, posibilita no solamente un aumento del poder, de influencia y de status, sino también un aumento de los ingresos y del patrimonio”, subraya.

Las luchas políticas
El conjunto de los datos analizados muestra que los seis partidos no son iguales entre sí, no solamente con respecto a sus ideología, sino también con relación a los segmentos sociales en ellos representados. “Esa faz sociológica permite decir que los conflictos partidarios y las luchas políticas en la Cámara de Diputados tiene un coeficiente elevado de correspondencia con las composiciones sociales de los partidos.”

Martins Rodrigues, al largo de todo este trabajo, dialoga con autores brasileños y brasilianistas (estudiosos de Brasil), cuestionando evaluaciones pesimistas que afirman que el sistema partidario brasileño está signado por la indisciplina, la infidelidad partidaria y las alianzas fuera de lugar, por ejemplo. Se apoya en investigaciones recientes para afirmar que las alianzas no son aleatorias. “La mayoría de las veces éstas se concretan entre partidos con alguna afinidad ideológica: partidos de derecha entre sí; partidos de derecha con partidos de centro-izquierda; partidos de izquierda entre sí y partidos de izquierda con partidos de centro-izquierda.”

En la investigación, Martins Rodrigues, que es profesor titular jubilado de Ciencia Política de la Universidad de São Paulo, fue más lejos: analizó la composición socioeconómica de los bloques de los 18 partidos con representación en la Cámara de Diputados desde el punto de vista de las regiones y estados que éstos representan. “Existen muchas diferencias con relación a los niveles de modernización de las regiones del país y al respecto de las configuraciones políticas regionales”, justifica. El supuesto era que, en las áreas con niveles más bajos de modernización y desarrollo, los estratos altos representan a la fracción mayoritaria de la clase política. Pero la relación entre grados de modernización y composición de la clase política local reveló ser más compleja. Martins Rodirgues constató, por ejemplo, que el grupo empresarial tiene más peso en el sur del país que en el sudeste, pese a que esa región es más desarrollada y modernizada. “El factor determinante es la fuerza de cada partido en la región y en los estados”, afirma. Y explica: si un segmento ocupacional es expresivo en un partido, y el partido es fuerte en la región, ese segmento ocupacional tenderá también a ser bastante representativo en el bloque de la región o del estado.

En el norte nuevo, tal como él califica a la región formada por los estados de Acre, Roraima, Amapá, Rondônia y Tocantins, los empresarios representan la mitad del bloque, seguidos por los grupos formados por ex funcionarios públicos. En el norte antiguo, Amazonas y Pará, prevalecen los empresarios.

En el nordeste, a expensas de los matices regionales, los empresarios también constituyen el grupo de mayor peso y esa es la región que cuenta con la participación más elevada de esa categoría de ocupación en la Cámara de Diputados. En el conjunto de los bloques, no existe ningún diputado reclutado entre las clases trabajadoras.

En la región sudeste, el bloque con mayor proporción de empresarios es el de Minas Gerais. En la representación de Minas también llama la atención el número de diputados federales que fueron directores de bancos estatales y el hecho de que el bloque no cuenta con ningún representante de las clases trabajadoras. El bloque de São Paulo está integrado por un 40% de empresarios y posee la mayor proporción de diputados profesores. El bloque de Río de Janeiro reúne el mayor número de representantes salidos del sector público. En Espírito Santo, las fracciones mayoritarias son las de los empresarios y profesionales liberales.

En los estados del sur es baja la proporción de parlamentarios provenientes del sector público, y el bloque con mayor representación de empresarios es el de Paraná. En Santa Catarina, es significativo el número de diputados que ejercían, antes de su mandato, profesiones liberales tradicionales, y en Río Grande do Sul, se destaca el número de ex profesores. En el centro-oeste, casi la mitad de los diputados son o fueron empresarios.

El examen de las diferencias regionales en las composiciones socioeconómicas de los bloques muestra un cuadro complejo que, como Martins Rodrigues dice, “no se deduce directamente de los niveles de desarrollo económico y de modernización locales”. Pero los niveles de desarrollo económico y de modernización pueden contribuir, preservada la prudencia, en la comprensión del desempeño de los partidos y de las facciones ideológicas en las diferentes regiones. Los partidos ubicados más a la derecha tienden a obtener mejores resultados en las regiones menos desarrolladas, en este caso el norte y el nordeste. Y los partidos de centro y de izquierda tienden a lograr mejores resultados en las regiones más modernizadas, especialmente en el sudeste. “El aspecto que más llama la atención, cuando se focaliza la fuerza regional de cada partido, medida de acuerdo con la proporción de escaños obtenidos en cada área, es la preponderancia absoluta del PFL en el norte y en el nordeste. De esas regiones proviene el 44% de los legisladores pefelistas”, observa Martins Rodrigues. En el sudeste, el desequilibrio en la fuerza de los partidos no es tan marcada: el PPB, el PMDB, el PSDB y el PT tienen en sus bloques en la Cámara de Diputados más del 40% de los escaños ocupados por representantes de esa región.

Metodologías
Martins Rodrigues evalúa la dimensión de la influencia regional de los partidos políticos utilizando diferentes metodologías, de manera tal de eliminar ciertos desvíos de análisis referentes al tamaño de las circunscripciones y las diferencias en la proporción de los diputados por región. Confirma la posición preponderante del PFL en el norte y en nordeste; del PSDB en el sudeste y del PMDB en el sur, seguido de cerca por el PPB y el PT. En el centro-oeste, los mejores resultados quedaron del lado del PMDB y del PSDB.

Desempeño electoral
Martins Rodrigues va aún más lejos: evalúa comparativamente el desempeño de las seis siglas a lo largo de las tres últimas elecciones y de ese análisis destaca aspectos significativos. El PSDB y el PT fueron los dos partidos que experimentaron el crecimiento más fuerte y más constante. También fue constante, aunque menor, el crecimiento de los bloques del PFL en la Cámara. Los datos registraron una pequeña declinación del PPB y una fuerte y constante declinación del PMDB y del PDT. “Puede verse que, coincidentemente, hubo un crecimiento de cada una de las leyendas de una de las tendencias ideológicas –derecha, centro e izquierda–, es decir, del PFL, del PSDB y del PT. Los otros partidos de esos mismos campos ideológicos perdieron espacio parlamentario”, observa.

Los resultados sugieren que, en la consolidación del sistema partidario brasileño, cada uno de los tres campos ideológicos amenaza a ser ocupado por un solo partido. En el bloque de derecha, el PFL parece estar venciendo el embate con el PPB. “Ambos son partidos formados mayoritariamente por empresarios. Pero el PPB de Paulo Maluf, en São Paulo, formado por una nueva elite de empresarios, intentó pasarles por arriba a las viejas elites con tradición en la actuación política y acabó por no tener una inserción fuerte en las elites tradicionales”, analiza. En el bloque de izquierda, un punto a favor del PT. “El partido nació con una base sindical fuerte y actualmente es una especie de democracia cristiana de izquierda. Los militantes surgidos de los pequeños partidos de izquierda también ayudan al PT a crecer. Entretanto, el PDT no tuvo base sindical. Actualmente se está dando un proceso de masificación y fortalecimiento de los sindicatos  y el PT fue el canal de representación de ese estrato.”

En la conclusión de este capítulo, arriesga un pronóstico: consolidación del PMDB como partido de tamaño medio; continuación de la declinación del PDT; consolidación de la supremacía del PFL en el campo de la derecha; ligera declinación del PPB; crecimiento del PSDB; avance del PT en el campo de la izquierda en detrimento del PDT. Confía también en la reducción del número de partidos efectivos en la Cámara de Diputados, pese a la persistencia de los pequeños partidos.

El Proyecto
La Composición Social del Liderazgo de Seis Partidos Brasileños (99/08363-6); Modalidad: Línea regular de auxilio a la investigación; Coordinador: Leôncio Martins Rodrigues – Centro de Ciencias Humanas y Sociales – Unicamp; Inversión: R$ 32.807,00

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