El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump anunció su pretensión de recortar un 18% el presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en inglés) para el próximo año fiscal. La principal agencia de investigación médica del país perdería 5.800 millones de dólares. Su presupuesto actual ronda los 32 mil millones de dólares. El anuncio fue realizado el 29 de marzo, pocos días después que Trump enviara al Congreso su propuesta de presupuesto, con restricciones a otros organismos de la administración que invierten en investigación, tales como el Departamento de Energía y la NASA (vea el gráfico). El plan, que afronta resistencias y todavía debe votarse en el Senado, causó consternación en la comunidad científica. “Recortar la financiación a la investigación científica es lo mismo que apagar los motores de un avión en el momento del despegue”, dijo Jason Rao, director de asuntos internacionales de la Sociedad Americana de Microbiología en una entrevista concedida a la revista Nature, que se manifestó contraria a esa propuesta en un editorial publicado el 17 de marzo. En el marco de una audiencia en la Cámara de Representantes –la Cámara de Diputados del país‒, el Secretario de Salud y Servicios Sociales, Tom Price, reconoció que el papel que desempeñan los NIH es “increíblemente importante”, pero sostuvo que el presupuesto de la agencia puede reducirse con el objetivo de evitar ineficiencias. “Alrededor del 30% de los recursos de los NIH terminan por aplicarse para cubrir gastos indirectos de los proyectos”, dijo Price. En la propuesta del gobierno, los únicos departamentos cuyos presupuestos pueden aumentar son los de Seguridad Interna, Defensa y el del Asunto de los Veteranos.
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