Si bien la doble hélice quedó consagrada desde su descubrimiento en la década de 1950, algunos segmentos del ADN pueden presentar tres cintas enrolladas en espiral. Para estudiar la posibilidad y la función de tal configuración, hacía falta una manera sencilla de detectarla en los cromosomas. Ahora ya no. Los genetistas Eduardo Gorab y Peter Pearson, de la Universidad de São Paulo, describieron de qué modo un colorante disponible comercialmente –el naranja de tiazol– puede reemplazar a los anticuerpos elaborados especialmente para detectar triples hélices de ADN.
En la foto, los anticuerpos (en rojo) y el colorante (en verde) se mezclan y resaltan en el cromosoma teñido de azul.
Imagen enviada por Eduardo Gorab, docente del Instituto de Biociencias de la USP
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