Una nueva especie de mamífero fue descubierta en una expedición de investigadores chinos y británicos y anunciada al comienzo de febrero en el marco del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (Pnuma). Se trata de un camello diferente a todos los tipos conocidos: éste bebe agua salada, tiene jorobas más separadas y es más peludo. Sobrevive entre las dunas de arena de Kum Tagh, en el desierto situado entre el Tíbet y China, una región tan remota que fue usada entre 1955 y 1996 para pruebas nucleares. Por tratarse de un mamífero, tipo de animal muy estudiado, el hallazgo ha sido considerado por los especialistas como el más importante en los últimos diez años. Ahora los científicos pretenden averiguar cómo resisten al agua salada órganos del animal tales como los riñones, el hígado y los pulmones. “Pruebas genéticas realizadas en estos animales indicaron una diferencia del 3% entre los genomas del camello doméstico y el salvaje”, dice John Hare, líder de la expedición y creador de la Fundación de Protección del Camello Salvaje. La población de esos animales es estimada en cerca de mil especímenes: es menor que la de los pandas gigantes. Y disminuiría aún más. Frecuentemente, para llegar a los pozos de agua salada, la única existente en la región, éstos deben atravesar áreas repletas de minas colocadas por los cazadores.
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