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Bioenergía

Un centro avanzado

Un laboratorio de Campinas destinará recursos a despejar cuellos de botella en los estudios con alcohol de celulosa

eduardo cesarEl pasado 22 de enero se inauguraron las instalaciones del Laboratorio Nacional de Ciencia y Tecnología del Bioetanol (CTBE), un centro de investigación orientado al desarrollo del etanol de segunda generación, producido con celulosa. Dicho laboratorio fue concebido en 2007 y recibió 69 millones de reales en inversiones del gobierno federal. Algunas investigaciones en marcha cuentan con el apoyo de la  FAPESP, por un monto de dos millones de reales, de acuerdo con Marco Aurélio Pinheiro Lima, director del CTBE. Además de desarrollar proyectos de investigación relacionados con todas las etapas de producción del etanol, este centro pretende ofrecer una plataforma que puedan utilizarla investigadores de todo Brasil, y  también de Latinoamérica, en moldes similares a los del uso de las instalaciones del Laboratorio Nacional de Luz Sincrotrón (LNLS). El LNLS, el CTBE y el Laboratorio Nacional de Biociencias (LNBio) comparten el mismo campus en Campinas y son coordinados por una instancia creada recientemente por el gobierno federal: el Centro Nacional de Investigación en Energía y  Materiales (CNPEM).

Retos
De acuerdo con el director Marco Aurélio Lima, la idea de crear el laboratorio surgió de un estudio que relevó los desafíos de la producción brasileña de etanol para los próximos 15 años. Una de las metas consistía en responder qué debería hacerse en el país para producir etanol en condiciones de ocupar el lugar de un 10% de la gasolina consumida en el planeta en el año 2025. “Muchos de los cuellos de botella detectados requieren inversiones en ciencia para su resolución”, dice Lima. El centro firmó acuerdos de cooperación con el Imperial College, de Inglaterra, y la Universidad Lund, de Suecia, con los cuales desarrollará investigaciones conjuntas. También se suscribió un acuerdo con la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), relativo a estudios en el campo de la sostenibilidad del cultivo de la caña.

Presente en la inauguración, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva puso de relieve la importancia del CTBE para que Brasil dé un nuevo salto tecnológico. “Espero que este laboratorio pueda desarrollar todo su potencial para que podamos transformar el etanol en el combustible más utilizado del mundo”, dijo. Lula lamentó el aumento del precio del etanol combustible y criticó a los productores de las centrales que disminuyeron la producción de alcohol para fabricar más azúcar.  “Si le transmitimos al mundo la idea de que ni siquiera damos cuenta de nuestro mercado interno, no podremos venderle alcohol al mundo”, afirmó.

Para el gobernador de São Paulo, José Serra, el centro será un lugar propicio para la colaboración entre el gobierno federal y el estadual. “Para nosotros, la creación del CTBE es una grata noticia y se suma al esfuerzo de investigación que se lleva adelante en el estado en el terreno de la bioenergía”, dijo Serra. “En la práctica, la integración ya existe. Los tres directores del centro son investigadores de universidades estaduales paulistas. Uno es investigador de la USP y los otros dos de la Unicamp”, afirmó. Serra mencionó la creación del Centro Paulista de Investigación en Bioenergía, a finales de 2009, que integrará a los investigadores de las tres universidades y contratará más investigadores en temas de frontera, en el marco del Programa FAPESP de Investigación en Bioenergía (Bioen).

Según el director científico del CTBE, Marcos Buckeridge, la radio de acción de los trabajos del nuevo centro coincide con el del Bioen, que contribuirá con el laboratorio y  también se beneficiará con su infraestructura. “Se encuentra en formación un sistema brasileño de bioenergía que reunirá los trabajos de una elite de expertos de todo el país”, anuncia Buckeridge, quien también dirige el Instituto Nacional de Ciencia y  Tecnología del Bioetanol y es miembro de la coordinación del Bioen.

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