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Tecnociencia

Un escudo de selva

ERIC STONERLa Amazonia brasileña incluye 595 áreas de protección, que albergan el 54% de lo que resta de bosque. Allí está el 56% del carbono almacenado en la mayor selva tropical del planeta, el elemento químico cuyo destino debe monitorearse con miras a mitigar los cambios climáticos. Las áreas protegidas impiden que buena parte del carbono amazónico vaya a parar a la atmósfera. Un grupo coordinado por Britaldo Soares-Filho, del Centro de Sensoriamiento Remoto de la Universidad Federal de Minas Gerais, evaluó el impacto de las áreas protegidas y arribó a la conclusión de que son importantes, pero no suficientes (PNAS).

El grupo verificó que entre las áreas protegidas, únicamente las zonas militares no limitan el desmonte, excepto Serra do Cachimbo, una barrera verde ubicada en el límite de Mato Grosso y Pará. Tierras indígenas, áreas de protección integral y las de uso sostenible tienen efecto benéfico, sobre todo las indígenas, pues inhiben el desmonte, no solamente en la propia área, sino también en su entorno. Los autores sugieren preservar áreas ricas en diversidad para elevar las posibilidades de mantener la selva a largo plazo. Un modelo econométrico llama la atención también sobre los aspectos económicos. El uso sostenible de la tierra debe ser rentable para asegurar la adhesión de los propietarios locales.

 

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