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Tapa

Un golpe a la epilepsia postraumática

Un proyecto de la Unifesp solicita patente para un remedio a base de sales de escopolamina, sustancia utilizada normalmente para causar amnesia, que puede evitar la aparición de la enfermedad en víctimas de fuertes golpes en la cabeza

La primera droga con potencial para evitar el surgimiento de la epilepsia postraumática, manifestación de la enfermedad producto de fuertes golpes en la cabeza, está naciendo a partir de un estudio conducido por el equipo del médico Luiz Eugênio Araújo de Moraes Mello, del Laboratorio de Neurofisiología de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). En pruebas de laboratorio, el suministro de sales de escopolamina, medicamento originalmente utilizado para provocar amnesia, fue capaz de evitar la aparición de esa forma de epilepsia en un 15% de las ratas que sufrieron serios traumas en el cráneo.Los resultados fueron animadores incluso entre los roedores que no se curaron.

En dichos animales, las crisis convulsivas demoraron tres veces más en ocurrir o se manifestaron con menor frecuencia y de manera aislada, un patrón totalmente diferente al exhibido por los ratones no sometidos al tratamiento, que empezaron a tener crisis constantes y sucesivas en un mismo día. “Es bueno resaltar que, en los seres humanos, lesiones similares a las simuladas en los animales derivan en un cuadro de epilepsia en un 50% de los casos y no en el 100%, como sucedió con las cobayas”, afirma Mello, cuyo proyecto de investigación recibió cerca de 400 mil reales de la FAPESP y también cuenta con la participación de las becarias Cristina Massant y Simone Benassi. “Por eso, si pudiésemos extrapolar los resultados con los animales y llevarlos a los seres humanos, el índice de éxito de la escopolamina podría llegar al 30%.”

Mercado
A más tardar en un año, los resultados de los experimentos con sales de escopolamina en monos estarán concluidos y se iniciarán las pruebas en humanos. Confiado en su descubrimiento y precavido contra eventuales copias, el investigador ya efectivizó una solicitud de registro de patente del nuevo medicamento en Brasil y en más de 30 países. Para ello recibió 7,8 mil reales del núcleo de Patentamiento y Licencias de Tecnología (Nuplitec) de la FAPESP. El mercado de drogas contra la epilepsia mueve anualmente alrededor de 2 mil millones de dólares solo en Estados Unidos, Japón y Europa. Al ser un medicamento con un uso potencial bastante específico, la escopolamina podría representar una pequeña fracción de ese valor.

Las drogas actualmente disponibles en el mercado son eficientes en el control de las crisis convulsivas apenas en un 80% delos pacientes. Para el 20% restante, la única opción posible, en algunos casos, es quirúrgica, con la remoción de la porción del cerebro lesionada para la supresión del cuadro. “No existe hasta ahora ningún medicamento capaz de prevenir las crisis de epilepsia postraumática”, dice Mello.

En teoría, el mercado consumidor de la nueva droga en desarrollo es de 9 millones de personas en el planeta. Los médicos estiman que cerca de un 1% de la población mundial (60 millones de individuos) sufre algún tipo de epilepsia. En cerca del 85% de los casos, la enfermedad es desencadenada por factores genéticos o por la existencia de un tumor o una intervención quirúrgica en la cabeza. En el 15% de los pacientes, la enfermedad tiene su origen en traumas en la cabeza. Solamente esos pacientes – y no el universo total de enfermos – son candidatos a usuarios de las sales de escopolamina.

Según Mello, entre el 15% y el 50% de las víctimas de traumatismo de cráneo grave desarrollan epilepsia pasado algún tiempo. La aparición del problema depende del área y de la extensión de la lesión. “El riesgo de epilepsia en personas con traumatismo de cráneo es 13 veces mayor que el de la población en general”, afirma el médico. En Estados Unidos, 400 mil personas por año sufren lesiones en la cabeza, y el 5% de ellas, o sea, 20 mil individuos, desarrollan un cuadro de epilepsia postraumática. En Brasil, no existen estadísticas disponibles sobre el número de personas que sufren traumas en la cabeza y acaban tornándose víctimas de la enfermedad.

En las investigaciones con ratones, la administración por vía inyectable de sales de escopolamina se iniciada tres horas después de sucedido el traumatismo de cráneo y se extendió durante dos semanas. Los buenos resultados del tratamiento llevan a los médicos de la Unifesp a creer que este abordaje sería suficiente para prevenir la aparición de la epilepsia en un buen número de víctimas de lesiones en la cabeza.

La acción de la escopolamina
La escopolamina es una sustancia que actúa en los receptores sensibles a la acetilcolina, un neurotransmissor que realiza la conexión entre las neuronas. Esos receptores se dividen en dos tipos: los sensibles a la nicotina y los sensibles a la muscarina. La escopolamina actúa principalmente en el segundo grupo, en los llamados receptores muscarínicos, que existen en abundancia no sistema nervioso. Cuando actúa en esos receptores, la escopolamina causa amnesia temporaria en el individuo. La idea subyacente al uso de la sustancia para evitar la epilepsia postraumática explota precisamente esta capacidad de provocar la pérdida de memoria en el cerebro. “Creemos que la amnesia es una condición necesaria para bloquear el surgimiento de la epilepsia”, dice el investigador.

Mello explica este concepto, que tiene una lógica similar a la del coma inducido, que disminuye la actividad cerebral para minimizar lesiones en él: “Creo que, en ciertas ocasiones, la epilepsia es un aprendizaje. En esos casos, después de sufrir una lesión aguda, el cerebro se vale de mecanismos de emergencia para recuperarse, haciendo que las neuronas restantes se reorganicen para retomar sus funciones. Pero esta reorganización no siempre es perfecta, y el cerebro muchas veces sufre secuelas, como la epilepsia. Eso ocurre cuando la reorganización de las neuronas se efectúa de manera muy rápida y desorganizada. Con la escopolamina, estamos intentando hacer que ese reordenamiento sea lento y gradual, y por lo tanto más exitoso”.

Además de emplearse para provocar pérdida de memoria en los seres humanos, la escopolamina, asociada al butil, es usada en el tratamiento de espasmos. En ese caso, la sustancia derivada es la butil-escopolamina, que es el principio activo del Buscopan, medicamento del laboratorio alemán Boehringer Mainheim, desarrollado en los años 60.

Los buenos resultados de las investigaciones con sales de escopolamina suscitaron el interés de la industria farmacéutica. “Estamos en negociaciones con el laboratorio Novartis, que tiene medicamentos para tratar la epilepsia. Nuestra intención es que la empresa se haga cargo de las pruebas clínicas en humanos. Al fin y al cabo, ella tiene más know-how para eso”, dice Mello. En caso de las tratativas lleguen a buen puerto, los dividendos resultantes serán repartidos entre los investigadores, la FAPESP y la Unifesp. La expectativa del médico indica que, si todo sale bien, el medicamento podría ser comercializado en menos de cinco años.

El proyecto
Uso de Sales de Escopolamina para la Prevención de Epilepsias Postraumática  (99/11387-4); Modalidad: Auxilio a la investigación; Coordinador: Luiz Eugênio Araújo de Moraes Mello -Unifesp; Inversiones: US$ 158.876,00 y R$ 114.770,29

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