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Ingeniería biomédica

Un implante vital

El primer stent brasileño, elaborado con láser, hará caer el costo de las terapias cardíacas

El dominio de la tecnología de producción de stents coronarios puede llevar a Brasil a formar parte del grupo de países que fabrican estos dispositivos, que se insertan en venas o arterias mediante cirugías de angioplastía, con el objetivo de desobstruirlas, para que la sangre fluya normalmente. El primer paso rumbo a la producción nacional de estas prótesis se dio a comienzos de marzo en Instituto del Corazón (InCor) de São Paulo, con la implantación de un stent en la arteria de un conejo. El desarrollo de esta pequeña pieza metálica estuvo a cargo de la empresa paulistana LaserTools, que la produjo empleando para ello haces de láser. Este procedimiento representó el comienzo de un largo proceso de ensayos clínicos, que culminarán con pruebas en seres humanos, al cabo de aproximadamente un año. Recién entonces, en caso de que los resultados sean satisfactorios, el dispositivo será habilitado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para su uso comercial. Confiamos en que esto ocurra en dos o tres años. Hasta entonces, deberemos sortear algunos obstáculos, dice el físico e investigador Spero Penha Morato, socio de LaserTools. La fabricación de este implante es de gran importancia, pues existe actualmente en Brasil una demanda anual del orden de los 90 mil stents coronarios, y todos los dispositivos implantados son importados.

La fabricación de stents en LaserTools forma parte de los objetivos de esta empresa desde hace siete años. Nos dimos cuenta de la posibilidad de producir estos implantes metálicos biocompatibles desde la creación de la empresa, en 1998, dice Morato. Pero, para desarrollar este dispositivo, tuvimos que crear una red de socios, pues el corte con láser, que es nuestra especialidad, es tan solo el primer paso hacia la fabricación del producto. Luego vendrá la fase de desarrollo para llegar a un stent igual o superior a los modelos importados, que vienen recubiertos por fármacos, dice el investigador. Este recubrimiento sirve para evitar la proliferación del tejido de la cicatriz de la pared de la arteria, que puede causar una nueva obstrucción del vaso, aun con la presencia del stent.

Un equipo multidisciplinario
La primera alianza se estableció al comienzo de 2003 con la empresa Scitech Medical, de la ciudad de Goiânia, especializada en la comercialización de stents. Al final de aquel año, leyendo un artículo de la revista Pesquisa FAPESP (de la edición 94, de diciembre de 2003), tomé conocimiento del trabajo del profesor Marcelo Ganzarolli de Oliveira, del Instituto de Química de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), que desarrolla películas de polímeros, que se emplean para recubrir stents, y le propuse integrar nuestro equipo, que también incluye al equipo del InCor, recuerda Morato. En aquella época, LaserTools iniciaba su segundo proyecto en el marco del Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP, volcado exclusivamente a la creación de implantes médicos biocompatibles, como stents coronarios y periféricos (indicados para implantes en otras arterias del cuerpo), distractores (elongadores óseos), pantallas de titanio (sirven para la integración ósea y se utilizan en ortopedia y cirugía bucomaxilar) y clips para aneurismas e implantes de columna, todo cortado con láser. El desarrollo de estos dispositivos dio origen a una nueva unidad de negocios, que terminó transformándose en la empresa Inovatech Medical, que producirá los stents, afirma Morato. Al igual que LaserTools en sus comienzos, Inovatech tiene su sede en el Centro Incubador de Empresas Tecnológicas (Cietec), instalado en la Ciudad Universitaria de São Paulo.

Desde el primer proyecto del PIPE, iniciado en 1998, LaserTools desarrolla procesos de láser para varios segmentos industriales, al margen de grabados con relieve. El stent y otros productos biomédicos marcan por lo tanto una nueva fase de la empresa. Son productos delicados, para implantes en el cuerpo humano, que requieren un proceso de producción minucioso. Cada pieza, que mide 18 milímetros (mm) de longitud por 1,8 mm de ancho, se corta en forma de una malla metálica muy delgada, elaborada a partir de un tubo de acero inoxidable con especificaciones especiales. El espesor de la pared de la malla es de cerca de 100 micrones (1 micrón es la milésima parte de un milímetro) y los cortes con láser para la transformación del tubo en la malla se efectúan con una precisión de 20 micrones. Una vez cortados, se decapa al stent químicamente para la extracción de la oxidación que va apareciendo en el transcurso de la producción. La siguiente etapa consiste en un tratamiento térmico en alto vacío, destinado a aliviar las tensiones que ocasiona el corte con láser y también de un electropulimento, para darle el acabado final. Por último, el dispositivo pasa por un proceso de esterilización y luego de ello está listo para su implante o para ser recubierto por una capa de polímero.

El stent implantado en un conejo en marzo en el InCor es un modelo sencillo de acero, sin ningún tipo de revestimiento. El dispositivo permanecerá durante 30 días dentro de una arteria del conejo, de un calibre similar a una coronaria humana, y luego lo retirarán para su evaluación. En la primera fase de ensayos, se implantarán en nueve conejos tres diferentes tipos de stent: de acero sin recubrimiento, de acero recubierto con polímero y de acero revestido con polímero embebido con drogas. Se prevé también que se harán pruebas con stents elaborados con otras aleaciones metálicas y con diseños diferenciados. Una vez concluidos los implantes en conejos, el siguiente procedimiento consistirá en probar las mallas metálicas en coronarias de cerdos. En estos animales, la evaluación del stent se realizará seis meses después del implante.

Ensayos refinados
Estas etapas experimentales, que se extenderán durante aproximadamente un año, son fundamentales para la adecuada conducción, desde el punto de vista científico, del desarrollo de este tipo de dispositivo. Los estudios en animales de experimentación, conejos y luego cerdos, son muy importantes para estimar la seguridad y la eficacia del dispositivo sometido a prueba. Sirven también para refinar la tecnología de confección del dispositivo en desarrollo, afirma el médico Pedro Lemos, del Servicio de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del InCor, responsable del implante. Recién una vez pasada la fase de estudios en animales, cuando arribemos a una conclusión con relación al formato final del stent, pasaremos a la fase de ensayos clínicos en pacientes, que se extenderá por lo menos durante seis meses, dice Lemos.

El precio del stent nacional no ha sido aún definido, pero, según Spero, cuando se los saque al mercado serán mucho más baratos que sus similares importados, que cuestan entre 4,5 mil reales (los modelos de acero) y 15 mil reales (con revestimiento de fármacos). Su valor dependerá del volumen que se saque al mercado, afirma el investigador, que espera producir lo suficiente como para atender la demanda nacional y exportar a los países vecinos del Mercosur y otros países.

El Proyecto
Implantes metálicos biocompatibles (nº 02/02134-0); Modalidad Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinador Spero Penha Morato – LaserTools; Inversión R$ 64.940,00 y US$ 133.510,00 (FAPESP)

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