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Política C&T

Un mercado que se expande

Biominas constata que el 51% de las empresas tiene hasta siete años

La Fundación Biominas, por solicitud del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), llevó a cabo una amplía investigación para identificar y clasificar a las empresas de biotecnología en operación en todo el país. Constató que Brasil alberga a 354 empresas, en su mayoría con menos de siete años, con una facturación estimada entre 5,4 y 9 mil millones de reales. Juntas, estas empresas generan un total de 27.825 puestos de trabajo. Esta radiografía del sector va a servir de apoyo en la planificación de políticas e inversiones públicas en el sector. Hasta ahora, el único censo disponible había sido realizado por la Asociación Brasileña de Biotecnología (Abrapi) y por el Instituto Internacional de Emprendimientos en Biotecnología (IICA), en 1993.

El parque biotecnológico brasileño cobró impulso a partir de 1994. La mitad de las empresas que hoy operan en Brasil, contabilizadas por la investigación, fue creada después de ese período. Biominas recolectó datos de 304 de las empresas del sector y las clasificó por región, sector del mercado, grado de madurez, tamaño, facturación, inversiones en IeD y pedidos de patentes, entre otras informaciones. En una segunda fase de la investigación, la fundación escuchó a 50 empresas seleccionadas, trazando un perfil más detallado del sector.

Se pudo constatar que São Paulo, Minas Gerais y Río de Janeiro concentran el 81% de las empresas de biotecnología del país. Por lo menos un 57% de los emprendimientos paulistas son de gran porte y se enmarcan en la categoría de proveedores y empresas multinacionales. En Minas Gerais predominan las empresas nacionales, la mayoría volcada a las áreas de salud humana, animal y vegetal. En Río de Janeiro, el sector está equilibrado entre multinacionales y empresas nacionales del área de salud humana.

Tiempo de maduración
La investigación observó que el parque biotecnológico brasileño está constituido por empresas extremadamente jóvenes: 28% sonstart up , con hasta tres años de operación, y un 23% de éstas fueron clasificadas como nuevas, con edades entre cuatro y siete años. Por lo menos, un 78% de ellas fueron clasificadas como micro y pequeñas empresas. Las empresas maduras, con más de siete años en el mercado, representan el 49% del sector. Otro dato significativo revelado por la investigación es que un quinto de las empresas del sector aún está incubado.

Cabe destacar, que Minas Gerais es el estado que más ha invertido en incubadoras de biotecnología, o de incubadoras que atiendan a estas empresas: por lo menos un 45% de las empresas incubadas están instaladas en dicho estado. En São Paulo y en Río de Janeiro, este porcentaje es de 8%. Biominas estima que el conjunto de las empresas de biotecnología en el país genera un total 27.825 puestos de trabajo. De ese total,un 74% están en las microempresas, un 10% en las pequeñas, el 6% en las medianas y el 10% en las grandes empresas.

Resultados financieros
La Fundación calcula que el sector factura entre 5,4 y 9 mil millones de reales, valor que corresponde a entre el 0,9% y el 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. Destaca, sin embargo, que esos números son aproximados y que la metodología del cálculo pode ser revisada. Las grandes corporaciones -multinacionales y públicas, entre ellas- son responsables por el 91% del valor proyectado. Algunas de ellas llegan a facturar hasta 300 millones de reales/año. En contrapartida, el 56% de las empresas fueron clasificadas en el rango de facturación de hasta 2 millones de reales y, entre estas, un 8% aún no facturaba efectivamente.

El tiempo de maduración de la empresa está directamente relacionado con los resultados financieros, observa la investigación. En el caso del sector de biotecnología, la maduración de las empresas es lenta. Hasta las empresas con hasta siete años de existencia aún se encontraban, en el período en que fue realizada la investigación, en fase de desarrollo y no habían colocado sus productos en el mercado. Esa característica de las empresas exige financiación para inversiones y capitalización.

Biominas registró la necesidad generalizada de recursos, tanto en las grandes como en las microempresas, de forma tal que permita el necesario equilibrio durante su largo ciclo de maduración marcado por elevados costos de desarrollo y producción. De las 50 empresas estudiadas, 23 cuentan o ya contaron con recursos externos. Pero solamente tres de ellas utilizan recursos del capital de riesgo, contando con el apoyo de ocho inversionistas privados. La baja capitalización pone en riesgo el aprovechamiento de las capacidades y de las potencialidades tecnológicas y de innovación.

En la evaluación de los empresarios escuchados por Biominas, la financiación y la capitalización son uno de los puntos más sensibles del sector. Aquéllos vinculados a empresas de afuera de São Paulo recordarán el buen ejemplo dado a empresas de tecnología por los programas Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE) y Alianza para la Innovación Tecnológica (PITE), sugiriendo que esos modelos fuesen adoptados por agencias de fomento nacionales.

Otro cuello de botella para el desarrollo señalado por los empresarios consultados fue el alto nivel de tasas e impuestos que inciden sobre las micro, pequeñas, medianas o grandes empresas que trabajan con equipamientos e insumos importados. También fueron señalados problemas como la necesidad de reglamentación del acceso a la biodiversidad brasileña, de una legislación de transgénicos, de integración de las actividades coordinadas por los diversos ministerios involucrados, entre otros.

Innovación
La investigación evaluó también el grado de absorción de la tecnología de las empresas tomando como medida la internalización de IeD y la cooperación con las universidades e institutos de investigación. Se constató que 90% de las empresas investigadas ha realizado un desarrollo tecnológico propio y 93% posee relaciones formales o informales con los sectores académicos y de investigación. Las empresas pequeñas, con hasta diez puestos de trabajo, tienden a tener entre el 50% y el 100% del equipo en actividades de IeD. En el otro extremo, las empresas grandes poseen entre el 5% y el 6% del equipo abocado a estas actividades.

Las empresas del sector invierten grandes sumas en la innovación. Las organizaciones investigadas presentaron 47 patentes, de las cuales, 21 concedidas y 26 solicitadas. El promedio es de una patente por empresa. Pero solamente una, con solamente tres años de existencia, fue responsable por la solicitud y obtención de 13 patentes. Ésta, por otra parte, es una empresa capitalizada, con inversión de capital de riesgo. Por lo menos 34 de las instituciones investigadas tienen planes de exportación, siendo el Mercosur, América Latina y la Unión Europea los principales mercados que están en la mira. De hecho, un 28% de ellas ya ha iniciado negocios con el exterior.

Cuellos de Botella
A partir de esos resultados, la Fundación Biominas efectúa una serie de sugerencias al MCT. La primera de ellas señala la necesidad de expandir y diversificar instrumentos de financiación a empresas de biotecnología en el país. La segunda sugiere un continuo ordenamiento y perfeccionamiento de las actividades de reglamentación por parte de las esferas públicas competentes. La ausencia de reglamentación o la morosidad en su implantación contribuyen a la retracción de las inversiones y ponen en riesgo a las exportaciones. Finalmente, la fundación identifica el exceso de tributación como un problema crítico para las empresas.

Criterios de clasificación
Las 354 empresas brasileñas de biotecnología registradas por la Fundación Biominas fueron analizadas, evaluadas y clasificadas en nueve categorías: salud humana (diagnósticos, fármacos, fitofármacos, vacunas, etc.); multinacionales, empresas públicas, fármacos, genéricos y agro; proveedores (equipamientos, insumos y piezas de repuestos); agronegocios (mejoramiento de plantas, transgénicos, productos forestales, plantas ornamentales y medicinales, bioinsecticidas, biofertilizantes inoculantes); industriales (química fina y enzimas); biomateriales, biomedicina, consultora en biotecnología (salud humana, animal y vegetal) – identificación genética y análisis de transgénicos -; salud animal (veterinaria, reproducción animal, animales domésticos, vacunas y probióticos); medio ambiente (biorremediación, tratamiento de residuos, análisis); instrumentales complementarios para la biotecnología (software, bioinformática y e-commerce) y en sinergia (biomateriales, biomedicina, consultora en biotecnología).

En el sector de salud humana, fueron identificadas 24% de las empresas. En el sector de proveedores de equipos, insumos y piezas de repuestos, fueron encontradas 17%. Los agronegocios contaban con un 12% y las empresas del sector de química fina y enzimas, un 6%. El 5% de ellas fue clasificada como en sinergía, sector que incluye al área de biomateriales, biomedicina y a la consultora en biotecnología, entre otros menos representativos. Las multinacionales y empresas públicas de fármacos, genéricos y agro representaron un 22%.

 

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