Reproducción BOND OF UNION, M.C.ESCHERLa articulación entre las fundaciones estaduales de apoyo a la investigación científica (FAP’s, sigla en portugués) alrededor de programas conjuntos crece. Después del lanzamiento de la Red Malaria, que reunirá a investigadores de siete estados en torno de estudios colaborativos sobre la enfermedad y de los convenios firmados entre la FAPESP y las fundaciones de Minas Gerais (Fapemig) y de Maranhão (Fapema), al menos tres nuevas iniciativas empiezan a articularse. Éstas comprenden el desarrollo de biocosméticos en la Amazonia, la seguridad en las transfusiones de sangre y la investigación sobre el dengue. Existen temas de interés común a diversos estados y las fundaciones han desarrollado su musculatura como para celebrar tales colaboraciones, dice Mario Neto Borges, presidente del Consejo Nacional de FAP’s (Confap) y de la Fapemig.
La iniciativa más reciente se puso en marcha en abril, cuando la Confap dio los primeros pasos hacia la formación de la Red Dengue, que abarcará a FAP’s de 15 estados, entre las cuales se encuentra la FAPESP. La propuesta inicial prevé que las fundaciones inviertan un total de 10 millones de reales en la investigación de la enfermedad, que se sumarán a otros 10 millones del gobierno federal, 5 de éstos del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y otros 5 millones del Ministerio de Salud. Los pliegos, que se discutirán entre los socios, se emitirán este mismo año. El CNPq lanzó el desafío de crear esta red y las fundaciones lo aceptaron, dice Mario Neto Borges.
La Red Amazónica de Investigación en Desarrollo de Biocosméticos (RedeBio) dará a conocer su llamado este mes. Se invertirán 6,8 millones de reales, divididos entre las FAP’s de Amazonas, Pará y Maranhão y los gobiernos de Tocantins y Amapá en el desarrollo de productos derivados de tres insumos encontrados en la región: la castaña, el babasú y la andiroba. Las investigaciones contempladas deben abarcar a investigadores de al menos tres estados de la red. La idea es ampliar los recursos de la red con dinero privado. Tan pronto como se definan los proyectos, consultaremos a empresas interesadas en invertir en ellos, dice Odenildo Sena, director presidente de la FAP del Amazonas (Fapeam).
En tanto, la Red Brasileña de Investigaciones en Seguridad Transfusional, financiada por siete fundaciones estaduales de apoyo a la investigación científica y por el Ministerio de Salud, apunta a aumentar la seguridad de los usuarios de bancos de sangre en el país. Las fundaciones implicadas son las de Minas Gerais (Fapemig), Pernambuco (Facepe), São Paulo (FAPESP), Río de Janeiro (Faperj), Santa Catarina (Fapesc), Amazonas (Fapeam) y Distrito Federal (FAP-DF). Los hemocentros de cada estado se encargarán de desarrollar investigaciones que desemboquen en una mejora de la calidad de la sangre mediante la aplicación de tecnologías tendientes a hacer transfusiones más seguras. De acuerdo con la presidente de la Fundación Hemominas, Anna Bárbara Proietti, la Red Brasileña de Seguridad Transfusional funcionará en sistema cooperativo, con proyectos de investigación multicéntricos. Vamos a invertir en diferentes frentes de investigación capaces de aumentar la seguridad de las transfusiones, dice Anna Bárbara. Según ella, los esfuerzos abarcarán desde la búsqueda de métodos seguros de captación de donadores hasta el desarrollo de marcadores serológicos. Minas Gerais, São Paulo y Pernambuco están un paso al frente, pues ya participan en el Estudio Multicéntrico Internacional de Donadores de Sangre (Reds), financiado por el Instituto de Investigaciones de Sangre de California, Estados Unidos.
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