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Especial

Un patrimonio científico libre de amenazas

Se están retomando las líneas de investigación paralizadas en el IAC

En junio del año pasado, los 250 investigadores del Instituto Agronómico de Campinas (IAC) celebraron los 113 años de la institución con una marca de 400 cultivos desarrollados y lanzados en el estado de São Paulo y en otras regiones del país, con relación a 130 productos agrícolas allí investigados. Sin embargo, hace cerca de siete años, todo el patrimonio científico, reunido en el IAC en más de un siglo de estudios, estaba amenazado, tal el estado de abandono y deterioro de los laboratorios, de su sede y de las estaciones experimentales. Muchas áreas y líneas de investigación estaban paralizadas. Para revertir este cuadro, desde la primera fase del Programa de Infraestructura los investigadores del instituto enviaron proyectos de reforma y modernización de sus laboratorios. En total, en las cuatro fases, se invirtieron en los laboratorios del IAC cerca de 6.1 millones de reales.

En un principio, se recuperaron 22 laboratorios instalados en los cuatro edificios de la sede y otros del Centro Experimental de Campinas. Se sustituyeron los tabiques divisorios de madera por paredes de cemento; se reformaron las redes eléctrica e hidráulica, así como el techo. Los bancos fueron renovados y se adquirieron los equipos fundamentales. En algunas áreas, esto posibilitó el reinicio de las actividades, tal y como ocurrió en Física del Suelo, desactivada antes de la reestructuración de los laboratorios de Análisis de Estabilidad de Agregados en el Suelo, Curva de Retención de Agua en el Suelo y Análisis Granulométrico. “No se puede concebir la evaluación de un sistema de manipulación sin la Física del Suelo”, dice la investigadora Sonia Carmela Falci Dechen, de la sección de Conservación del Suelo. “La reanudación de las investigaciones permitió el acceso a informaciones preciosas y parámetros importantes en el estudio de manipulación.” El granulómetro de láser, adquirido con recursos del Infra, analiza 100 muestras por hora; en el proceso manual, la media era de 50 determinaciones por mes.

Chorros monitorizadas
Construido hace 70 años, el edificio que alberga a Física del Suelo, localizado en el Centro Experimental, en Campinas, pasó a ser sede las cinco secciones de investigación del Centro de Suelos y Recursos Agroambientes. “Atendemos la demanda de todo el estado en esta área”, resalta la investigadora. Además, destaca la reforma total del campo de sistemas colectores de pérdidas por erosión, en un área externa vecina a los laboratorios. “Tenemos el único Sistema Colector de Pérdidas por Erosión funcionando ininterrumpidamente en América Latina”, se enorgullece. Los talhões son plantaciones delimitadas por barreras físicas, que suministran datos para orientar el manejo del suelo, con registros de pérdidas de agua y tierra de cada cultivo, en chorros. En el IAC, estas estructuras se construyeron en 1943 y nunca habían recibido ningún tipo de reparación. Además de reconstruir 80 de los 108 talhões – distribuidos en las estaciones experimentales de Campinas, Mococa y Pindorama -, el programa posibilitó la automatización del sistema en el Núcleo de Campinas.

“La principal ventaja de la automatización es que, ahora, tengo el chorro monitorizado minuto a minuto. Sé a qué hora comenzó a llover y durante cuánto tiempo, además de precisar el período crítico del mismo. En outra palabras, tengo muchas más informaciones para indicar qué tipo de cultivo es mejor para cada suelo”, señala Sonia Duchen.

Recursos genéticos
Las obras estimularon también otras actividades estratégicas del IAC. En la sección de Botánica Económica, el herbario fue protegido de hongos y el Laboratorio de Anatomía de Plantas recibió nuevos bancos de prueba y cabina. En el laboratorio de Biotecnología, además de las reformas, se adquirieron dos esterilizadores y dos invernaderos climatizados para los cultivos de tejidos.

El Proyecto Seringueira, desarrollado por el Centro de Café y Plantas Tropicales, consiguió recibir su primer laboratorio. Creado en 1992, las investigaciones solamente ser realizaban en el campo. Según el coordinador del proyecto, Paulo Gonçalves, fue tan sólo después del Infra que ganaron impulso. También el intercambio de recursos genéticos se intensificó con la construcción de un nuevo cuarentenario. Con la nueva casa de vegetación, especialmente proyectada para la cuarentena de plantas, el instituto intensificó el intercambio de germoplasma con otras instituciones de dentro y fuera del estado. Los recursos del programa también servirán para materializar equipos que hace mucho tiempo que eran necesarios, como el sistema de riego con cañería central, capaz de irrigar 70 hectáreas, implantado en el Núcleo Experimental de Campinas.

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