THIAGO FILADELPHOEl pico del tucán es un radiador más avanzado que el de los automóviles: además de disipar calor, ajusta su funcionamiento con el ambiente, según descubrieron los biólogos Augusto Abe y Denis Andrade, de la Universidad Estadual Paulista de Rio Claro, en colaboración con Glenn Tattersall, de la Universidad Brock, en Canadá (lea el artículo en la revista Science, edición del 24 de julio). Ellos filmaron tucanes de la especie Ramphastos toco mediante una cámara infrarroja capaz de generar imágenes térmicas en un espectro que va del amarillo, en las zonas más cálidas, al azul, en las más frías. Mientras registraban las imágenes, los investigadores calentaron el ambiente e hicieron volar a los tucanes dentro de una pajarera. Verificaron que con altas temperaturas y luego del ejercicio, la sangre fluye hacia el pico altamente vascularizado y disipa el exceso de calor, Con el frío, una constricción de los vasos reduce el flujo de sangre y el calor, precioso en esa circunstancia, no se pierde. La edad también es un factor crucial para el control de la temperatura corporal. Solamente las aves adultas son capaces de modular la cantidad de calor disipado por el pico, que no es tan desproporcionado en relación con el cuerpo en los tucanes recién nacidos. El descubrimiento puede ayudar a comprender la distribución, ecología y comportamiento de los tucanes –la especie Ramphastos toco es típica de la sabana brasileña, donde las temperaturas varían mucho entre el día y la noche. Es probable que el pico de otras aves, menor que el del tucán en relación con el tamaño del cuerpo, también funcionen como disipadores del calor.
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