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Tecnociencia

Un vaso de miedos

Se ha definido una clara vinculación entre el alcoholismo y los trastornos psiquiátricos, en especial las fobias sociales. Uno de cada tres alcoholistas (el término ahora recomendado, en lugar de alcohólicos) presentó el trastorno depresivo grave, la misma proporción de portadores de fobias específicas, de acuerdo con un trabajo coordinado por Mauro Barbosa Terra, dela Fundación Facultad de Ciencias Médicas de Porto Alegre, y publicado en Comprehensive Psychiatry. En una muestra de 300 alcoholistas ingresados en tres hospitales de Porto Alegre, uno de cada cuatro tenía fobia social, casi la misma cantidad sufría de trastorno de ansiedad inducido por el alcohol y uno de cada cinco, de trastorno de ansiedad generalizado — y solamente uno de cada cuatro estaba bajo tratamiento. Otros estudios ya habían mostrado que los alcoholistas presentan una prevalencia de fobia social dos veces más alta que en la población en general. El trabajo de Terra, además de levantar indicaciones que pueden ayudar a explicar la abstinencia, la recaída y la adhesión al tratamiento, da una idea clara de la dimensión del casamiento entre los dos problemas. Los entrevistados contaron que mejoran de los síntomas fóbicos cuando beben y empeoran durante la abstinencia; por lo tanto, el alcohol puede servir como automedicación.

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