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Literatura

Una autora múltiple

Un conjunto de investigaciones y una exposición sobre Carolina de Jesus muestran la versatilidad de la escritora brasileña más allá de su célebre Quarto de despejo

La escritora en el aeropuerto de Viracopos, en Campinas, camino a Uruguay para la presentación de Quarto de despejo, en 1961

Archivo / Estadão Conteúdo

En el barrio de Parelheiros, en la ciudad de São Paulo, Carolina Maria de Jesus (1914-1977) buscaba sosiego para escribir un nuevo libro. Por primera vez desde el lanzamiento de Quarto de despejo [cuarto de desechos], que en 1960 la llevó repentinamente a la fama, se había apartado del bullicio de la vida pública y se sentía madura. “Estoy más esclarecida, más culta; estudié, mejoré mi portugués”, declaró al periódico O Globo, en una entrevista publicada en febrero de 1970. Su primer libro, que se erigió en fenómeno de ventas, evocaba entonces una experiencia amarga a ojos de la autora, quien solamente adquirió “fama de rica sin tener dinero”, como ella misma dice. En la calma de una quinta en las afueras de la ciudad, siguió escribiendo crónicas, cuentos, poemas, proverbios, obras de teatro y letras de marchinhas de Carnaval. Sin embargo, la mayor parte de esa producción tuvo una repercusión definitivamente menor al libro que la convirtió en una celebridad.

En la exposición titulada Carolina Maria de Jesus: Um Brasil para os brasileiros, en cartelera hasta enero de 2022, en el Instituto Moreira Salles (IMS), en São Paulo, pueden verse ejemplos de la versatilidad de la escritora. La muestra, fruto de dos años de investigaciones, reúne alrededor de 300 piezas, entre fotografías, videos y otros documentos que revelan aspectos de su trayectoria poco conocidos por el público. “La difusión de esta colección pretende reforzar la importancia de su legado como intérprete de Brasil”, dice la historiadora Raquel Barreto, una de las curadoras de la exposición.

En la muestra, sus escritos y su propia letra pueden reconocerse en distintos formatos, tales como manuscritos, proyecciones en paredes y afiches. Durante la investigación, se recurrió a los originales de la autora, gran parte de ellos conservados en el IMS y en el Archivo Público Municipal de Sacramento, el municipio del estado de Minas Gerais donde nació Carolina de Jesus. “El propósito es presentar la voz y la escritura originales de la autora, dado que, hasta hace poco, al publicárselos, sus libros sufrían modificaciones”, informa Barreto. También puede escucharse el único disco que grabó, intitulado Quarto de despejo, editado en 1961 tras el éxito de su libro homónimo.

A pesar de la sonrisa, el retrato de Carolina en la tapa del disco no difiere demasiado de otras imágenes conocidas de la escritora casi siempre cabizbaja y con los cabellos cubiertos por un pañuelo. Este accesorio se convirtió en un símbolo asociado a la estigmatización de la artista. A los efectos de deconstruir el estereotipo de esa Carolina de Jesus “de la favela”, la exposición incluye retratos en los que se muestra altiva, con el pelo suelto y vistiendo ropa elegante.

“Incluso tras la publicación de gran parte de sus manuscritos a partir de 1990, la mayoría de las interpretaciones académicas han girado, durante mucho tiempo, alrededor de Quarto de despejo”, analiza la historiadora Elena Pajaro Peres, quien estudia la obra de la escritora desde su doctorado, obtenido en 2007 en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP).

El acceso a la producción literaria de Carolina de Jesus permitió que Pajaro Peres pudiera identificar nuevos aspectos. “Su obra abre espacio a una mejor comprensión de la expresión creativa vinculada a la historia de las diásporas africanas y de las mujeres negras en la etapa que siguió a la emancipación”, escribió en un capítulo del libro Mulheres na história: Inovações de gênero entre o público e o privado [Mujeres en la historia: Innovaciones de género entre lo público y lo privado] (Literar, 2020).

Pajaro Peres llegó a esta conclusión durante una pasantía de posdoctorado que realizó en el Instituto de Estudios Brasileños (IEB) de la USP y en la Universidad de Boston (EE. UU.), con el apoyo de la FAPESP. En textos redactados a partir de los años 1940, Carolina relata que, en su infancia, oía las historias que le contaba su abuelo, que había sido esclavizado y estaba orgulloso de ser hijo de africanos que venían de Angola.

En cuanto arribó a la capital paulista, en 1937, Carolina trabajó en la casa del cardiólogo Euryclides de Jesus Zerbini (1912-1993). Aprovechaba su tiempo libre para visitar redacciones de periódicos, donde ofrecía sus textos para publicar. En sus memorias, ella relata que desde niña había entrado en contacto con el pensamiento de José do Patrocínio (1854-1905) y del abolicionista Luiz Gama (1830-1882), a partir de lecturas colectivas y en la escuela. También le fascinaban los poetas románticos del siglo XIX y la literatura de folletín.

“Puede verse que Carolina de Jesus produjo su arte reelaborando, de manera creativa, las prácticas y saberes a los que tuvo acceso durante su vida”, dice Pajaro Peres. A partir de ahí, dice, puede trascenderse la perspectiva que la ubica como una escritora de la carencia, una autora improbable, un fenómeno sorprendente o incluso un “milagro”.

En total, en Brasil se publicaron aproximadamente 10 libros de Carolina de Jesus. Además de denunciar las condiciones socioeconómicas de penurias, la autora desarrolló una escritura de ficción con características de las novelas radiales. “Varios de los personajes creados por la escritora son mujeres vanidosas, fuertes y sensibles. Esto aparece, por ejemplo, en los textos de Dr. Silvio y Obrigado senhor vigário”, apunta Pajaro Peres.

Colección José Ramos Tinhorão / Colección Instituto Moreira Salles Portada del disco editado por Carolina de Jesus, quien cantaba y tocaba la guitarraColección José Ramos Tinhorão / Colección Instituto Moreira Salles

Pueden identificarse otras contribuciones de Carolina de Jesus más allá de la autenticidad de su narrativa y del hecho de haber escrito sobre la miseria, destaca la crítica literaria Raffaella Fernandez, autora de A poética de resíduos [ (Aetia, 2019), fruto de su doctorado en la Universidad de Campinas (Unicamp). “Lo singular de la literatura de Carolina es la riqueza de su inventiva a partir de la movilización de lo escaso, de lo simple, que apela a diversos discursos literarios, retazos de ideas y cosas tal vez consideradas ‘menores’” argumenta.

Para la investigadora, más allá de relatar su propia opresión, Carolina conseguía ensayar metáforas, producir crónicas, crear ambientes bucólicos y explorar una temática lírica. Este era el enfoque estético del mundo que ella quería que el público conociera después del éxtasis de Quarto de despejo. La imposibilidad de dar a conocer esa escritura al público la llevó a percibir que su reconocimiento como artista no sería fácil. En la década de 1960 también publicó con dinero propio otros dos libros: Pedaços da fome y Provérbios [Retazos de hambre y Proverbios].

Desde la óptica de Fernandez, el actual “rescate” de Carolina de Jesus puede explicarse, en parte, por el impulso que han cobrado los movimientos negros y por el surgimiento de nuevas editoriales interesadas en la publicación de obras de autores negros. “Este contexto literario y extraliterario ha contribuido a que la escritora haya recobrado visibilidad en los últimos tiempos”, dice Fernandez, quien es miembro del consejo editorial de Companhia das Letras. Esta editorial se ha dedicado, desde principios de año, a publicar textos inéditos y reediciones de las obras de Carolina de Jesus, entre ellas, Casa de alvenaria, de 1961.

Para Barreto, la renovación de los estudios la obra de Carolina de Jesus está vinculada con el ingreso de una nueva generación de investigadores negros en las universidades públicas de Brasil (véase el artículo). “Son personas que están aportando nuevos enfoques sobre su obra y se dedican a rescatar su colección”.

Desde que comenzó a escarbar en la colección de Carolina de Jesus, hace 20 años, Fernandez ha reunido evidencias concretas de cuan complejo era su proceso creativo. “La producción de Carolina es el resultado de una mezcla de géneros literarios y no literarios, que abarca desde la poesía romántica hasta la denuncia social, haciendo uso de la norma culta y de la oralidad”.

A partir de manuscritos inéditos y releyendo otros no utilizados por el periodista Audálio Dantas (1929-2018), quien dio a conocer los diarios de Carolina de Jesus y organizó la primera edición de Quarto de despejo, Fernandez pudo acceder a relatos y pensamientos inexplorados de la autora. Uno de los retos principales fue tener que lidiar con un patrimonio maltrecho. “La conservación de los manuscritos es de suma importancia para poder publicar obras inéditas y facilitar su investigación”, dice Fernandez.

Gran parte de la colección de Carolina de Jesus se conserva en el Archivo Público Municipal de Sacramento. El material fue donado en los años 1990 por su hija, Vera Eunice de Jesus Lima. “Ahora ella está arrepentida de haberlo donado, porque el gobierno municipal no implementó un tratamiento de archivos adecuado para preservar los documentos”, dice el investigador Sérgio Barcellos, autor de Vida por escrito (Bertolucci, 2015), resultado de su posdoctorado en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj).

Por un lapso de dos años, Barcellos mapeó la colección de Sacramento. A instancias de Vera Eunice Lima, el académico envió al gobierno del municipio una guía para mejorar las condiciones de almacenado de los documentos. Hasta ahora no se ha implementado casi nada. Recientemente, el Ministerio Público aceptó una denuncia realizada por la hija de la escritora.

Archivo / Estadão Conteúdo Ceremonia de entrega del título de socia honoraria de la Academia de Letras de la Facultad de Derecho de la USPArchivo / Estadão Conteúdo

“La escritora de la favela”
De la noche a la mañana, Carolina de Jesus se convirtió en “la escritora de la favela”, tal como comenzó a llamarla la prensa, tras la publicación de Quarto de despejo. Sin embargo, su trayectoria creativa había comenzado mucho antes de que la conociera Dantas. Desde niña, la pequeña Bitita –el apodo que recibió en su infancia– había mostrado entusiasmo por las letras. Aunque tan solo cursó dos años de educación formal y pasó su juventud trabajando en casas de familia, su interés por la lectura y la escritura se profundizaron con el paso del tiempo. Poco después de haber empezado a trabajar en la casa de Zerbini, cansada de recibir órdenes, decidió convertirse en recolectora de papel. En la favela de Canindé, donde construyó su propia casilla y crió a sus tres hijos, conoció la miseria. “Antes de Carolina de Jesus, otros autores brasileños, como Graciliano Ramos [1892-1953], por ejemplo, también habían escrito sobre la pobreza. Pero nadie lo había hecho desde la propia miseria”, reflexiona el sociólogo Mário Medeiros, autor de A descuberta do insólito (Aeroplano, 2013), producto de su doctorado sobre la literatura negra, realizado con el apoyo de la FAPESP. Quarto de despejo cobró protagonismo al denunciar la realidad de las favelas, hasta entonces poco conocida por el público.

“El diario de Carolina de Jesus aporta reflexiones sociológicas importantes sobre el momento que atravesaba Brasil”, dice Medeiros, docente del Departamento de Sociología de la Unicamp. “El libro fue publicado en el auge del desarrollismo, impulsado por el gobierno de Juscelino Kubitschek [1956-1960] y el esfuerzo en aras de la industrialización”.

Los diarios de Carolina de Jesus, dice Medeiros, pusieron en jaque al triunfalismo y el optimismo que caracterizaron al proceso de modernización del país. “Quarto de despejo demostraba que toda aquella modernidad no resolvía el dilema del racismo ni la desigualdad social”. A pesar del éxito del libro –que vendió 50.000 ejemplares a solo un mes de su lanzamiento– a su autora se la mantuvo al margen de la literatura brasileña.

Hoy en día, teniendo por delante su vasta colección, es posible dimensionar con más claridad la importancia de la literatura que ella produjo, pondera Fernandez. “En la obra de Carolina hay una representatividad fundamental, en el sentido de que sus escritos dialogan con otras mujeres negras insertas en las redes de la diáspora en América Latina”, dice la investigadora. La escritora recorrió un largo camino hasta llegar a la capital paulista. Pasó por varias ciudades del interior, en busca de una vida mejor. “Por lo tanto, hay una comunión de valores e intereses entre la literatura de Carolina de Jesus y la trayectoria de varones y mujeres en proceso de inmigración, es decir, de sus tránsitos por diversos territorios y culturas”.

Con todo, el interés por la escritora y su obra quedó asociado al carácter “excéntrico” de la autora: una mujer negra, semianalfabeta, haciendo una denuncia social. Es por eso que algunos entendidos dijeron que el best seller eclipsó a otros de sus libros, que la prensa recibió con indiferencia. “Ella quedó atada a Quarto de despejo, como si no estuviera autorizada a proseguir su carrera como la escritora prolífica y versátil que era”, dice Fernandez.

Un aspecto que relega su obra al ámbito de lo pintoresco puede ser el hecho de que sus textos no estaban sujetos al estándar normativo de ningún género prestigioso de la literatura brasileña. A comienzos del decenio de 2000, el escritor paulistano Ferréz llegó a identificar en Carolina de Jesus una gran inspiración para la difusión de la denominada literatura marginal en Brasil. Así y todo, tan solo suelen alabarse sus aspectos políticos y sociológicos.

Además, el proceso de reedición de sus obras ha estado signado por controversias al respecto de la decisión de la editorial Companhia das Letras de mantener la gramática original de la escritora, con todas sus desviaciones de las normativas estándar, en particular, en lo que hace a la ortografía. La iniciativa fue objeto de críticas dentro del ambiente académico.

“Algunos expertos sostienen que eso sería una manera de perpetuar la imagen exótica de Carolina, pero no se trata de eso”, dice Fernandez. “Ella se apropia de la gramática de una manera singular, y eso forma parte del proceso de creación de su poética de residuos, al captar discursos y recursos. Esta publicación también le permite al lector una aproximación a la pluma original de Carolina de Jesus”.

Colección Instituto Moreira Salles Manuscrito de la escritoraColección Instituto Moreira Salles

La mirada de la prensa alemana
En Alemania, obras como Quarto de despejo y Casa de alvenaria han contribuido a desplazar del imaginario la noción de Brasil como un lugar de naturaleza exuberante y armonía entre razas, sostiene Raquel Alves dos Santos Nascimento, quien realiza un doctorado en estudios de traducción en la FFLCH-USP. “Las reseñas publicadas por la prensa alemana en la década de 1960 no eran propiamente análisis literarios del libro en sí mismo”, dice Alves dos Santos, quien investiga la difusión del universo caroliniano en ese país europeo.

“Ellos recomendaban su lectura para que el público alemán se informara al respecto de una realidad hasta entonces desconocida, como si la escritura de Carolina de Jesus fuese una especie de periscopio que permitiera al europeo vislumbrar la miseria del tercer mundo”. En este sentido, dice la investigadora, el exotismo asociado a la realidad brasileña dejó paso al “exotismo social de la favela”.

El caso es que Carolina de Jesus solamente deseaba escribir, sin importarle si era dentro de la favela o en una casa de mampostería en la zona norte de São Paulo, adonde se mudó cuando pudo salir de Canindé. “Ella nunca se posicionó como representante de ninguna minoría y mantenía una relación tensa con el movimiento negro”, enfatiza Medeiros, remarcando la complejidad de la escritora.

“Los manuscritos revelan que ella fue influenciada por autores abolicionistas y, al mismo tiempo, tenía aprecio por la llamada literatura edulcorada, en la cual los príncipes salvan a las princesas en apuros. Este contraste aparece en varios de sus libros”, dice Barcellos.

Carolina de Jesus abandonó Canindé en 1960. Al año siguiente, la favela sería gradualmente desmantelada, a instancias del gobierno municipal.  “Irónicamente, un proceso similar al que posibilitó la formación de la favela al ‘desechar’ allí a los residentes desalojados de los conventillos”, dice la urbanista Gabriela Pereira, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Federal de Bahía (FA-UFBA), autora del libro Corpo, discurso e território: A cidade em disputa nas dobras da narrativa de Carolina Maria de Jesus [Cuerpo, discurso y territorio. La ciudad en disputa en los pliegues de la narrativa de Carolina Maria de Jesus] (Anpur, 2019).

La escritora es citada en el primer párrafo del plan de desmantelamiento de las favelas, publicado por la Municipalidad de São Paulo en 1962. Según dicho documento, el impacto causado por Quarto de despejo marcó “el despertar de la ciudad a este grave problema urbano y social: la favela”. Para Pereira, el análisis de la obra de Carolina proporciona los medios para pensar en la constitución de la ciudad en la que la escritora vivió y por la que se movió. “Ella consiguió conectar el pasado esclavista con las desigualdades que aún estructuran nuestros territorios”.

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