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Tecnociencia

Una fábrica de agujeros negros

Los agujeros negros son fenómenos cercados de misterio: imagínese una región del espacio en la cual la gravedad sea tan intensa que ni siquiera la luz pudiera escapar. ¿Qué sucedería si un fenómeno de esas características fuera fabricado acá en la Tierra? En 2007 se conocerá la respuesta, cuando el Large Hadron Collider (LHC), el nuevo acelerador de partículas del Consejo Europeo de Investigación Nuclear (CERN), esté funcionando en un área cercana a Ginebra, Suiza.

En el LHC, los investigadores efectuarán colisiones de haces de protones viajando a una velocidad cercana a la de la luz. Parte de la estupenda energía resultante de esas colisiones se convertirá en partículas sólidas elementales. De acuerdo con el equipo de George Landsberg, de la Brown University, autor del estudio publicado en Physical Review Letters (del 15 de octubre de 2001), esas partículas serán creadas en un espacio tan pequeño y con tal violencia que producirán miniagujeros negros mil veces menores en tamaño que un núcleo atómico.

Unas 100 veces por año, rayos cósmicos se chocan con la atmósfera terrestre con energía suficiente como para crear miniagujeros negros. Pero éstos rápidamente se “evaporan” en una corriente de partículas elementales conocidas como radiación Hawking. Si los físicos del CERN  detectan la radiación Hawking de los miniagujeros negros, será el primero paso para la unificación de los pilares gemelos de la física del siglo XX: la Teoría General de la Relatividad de Einstein y la mecánica cuántica.

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