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Memoria

Una innovación olvidada

Una invención de 133 años atrás, que modificaba el formato de la parte sumergida de los barcos, fue una de las primeras investigaciones tecnológicas brasileñas con repercusión en el exterior

Un formato innovador para la parte sumergida de los barcos, conocida como carena, obtuvo excelentes resultados en 1868, cuando fue inventado por el ingeniero naval Trajano Augusto de Carvalho, natural de Santa Catarina. Y no era para menos: su creación permitía que los barcos vencieran más fácilmente la resistencia del agua y aumentaba la velocidad, al mismo tiempo que reducía el consumo de combustible. También mejoraba la estabilidad y el gobierno del navío, proporcionaba una mayor capacidad de carga y disminuyendo el costo de construcción. Este desempeño espectacular fue comprobado en experiencias reales aplicadas en buques construidos con esas características en Brasil e Inglaterra, especialmente.

El profesor jubilado de la Escuela Politécnica de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Pedro Carlos da Silva Telles, estudioso del tema, afirma que la invención fue, probablemente, la primera investigación tecnológica con repercusión en el exterior, en donde también fue patentada. La innovación de la Carena Trajano, como fue llamado el invento en la época, modificaba el cuerpo de la proa (el frente) de los barcos: en lugar de las balizas abiertas en “V”, como era usual, utilizó el formato en “U”, con los costados prácticamente verticales. De esta forma, la línea de flotación adquirió el formato de cuña, con lo cual disminuía la resistencia al avance de la embarcación. Pero todo el reconocimiento por la innovación cayó en el más completo olvido.

Las únicas imágenes conocidas del sistema Trajano se encuentran en el Museo Naval de Río de Janeiro. Son acuarelas pintadas por su hijo – de su mismo nombre, el almirante Augusto Trajano de Carvalho – y tres medio modelos que representan los cuatro barcos construidos por el Arsenal de la Marina de la Corte con el nuevo formato. El primero de ellos, una corbeta, recibió el nombre de Trajano, por sugerencia del propio Emperador de Brasil, Don Pedro II, en homenaje al inventor.

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