LUCIANO FAUSTINO / WIKIMEDIA COMMONSEn el extremo sur del litoral paulista, Ilha Comprida representa una vasta barrera de arena entre el Atlántico y la región continental que se extiende entre Cananeia y la desembocadura del río Ribeira de Iguape. Con 64 kilómetros de longitud y 4 de ancho, esta isla, uno de los balnearios mejor preservados del estado, se encuentra creciendo a un ritmo acelerado durante los últimos tiempos. Literalmente. Se está volviendo más ancha y más larga. Un estudio realizado por geólogos de la Universidad de São Paulo determinó el índice de crecimiento de la isla desde que comenzó a formarse hace 6 mil años. La reducción de 3,5 metros en el nivel del océano y la acumulación de arena transportada desde el continente hacia el mar propiciaron que la isla aumentara 10 manzanas por año entre 5.200 y 1.900 años atrás. Desde entonces, el ritmo de expansión se triplicó, y explotó durante los últimos 200 años. Actualmente la isla crece a un ritmo de 90 manzanas anuales (Marine Geology, en prensa). El grupo atribuye esa aceleración reciente a la interferencia humana. La desaparición de la vegetación a lo largo de los ríos y la apertura de un canal artificial – el Valo Grande – en Iguapé, propician que la isla crezca.
Edición impresa
Actual | Anteriores
