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Tecnociencia

Una microguitarra abre nuevos caminos

Hace seis años, un equipo de investigadores de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, logró construir la guitarra más pequeña del mundo. El problema es que de ella no salía ni una sola nota. Pero ahora, otros investigadores de la misma universidad construyeron otra guitarra y lograron extraer “sonidos” de ese microinstrumento. Este invento, de acuerdo con un comunicado de la universidad, sirvió para apuntar hacia la posibilidad de fabricar minúsculos aparatos mecánicos utilizando técnicas proyectadas para producir microcircuitos electrónicos. Con los sonidos producidos con la nueva versión, los físicos de Cornell han logrado probar que es posible proyectar nanoartefactos capaces de reemplazar componentes de los circuitos electrónicos para producir circuitos aún menores, más baratos y más eficientes desde el punto de vista de la utilización de la energía.

La nueva guitarra es alrededor de cinco veces más grande que la original, pero de cualquier manera es tan pequeña que su forma puede únicamente identificarse mediante el uso del microscopio. Sus cuerdas están elaboradas con barras de silicio, y miden entre 150 y 200 nanómetros de longitud por entre 6 y 12 nanómetros de ancho (1 nanómetro equivale a una milmillonésima parte de un metro, o el ancho de tres átomos de silicio de perfil), pero vibran a frecuencias 130 mil veces más altas que las de una guitarra común, aunque sin un sonido audible.

Para hacerlas vibrar, los investigadores se valen de haces de láser. Y al vibrar, ellas crean patrones de interferencia en la luz reflejada, que pueden ser detectados y convertidos electrónicamente en notas audibles. El aparato toca únicamente tonos simples, pese a que es posible “rasgar” más de una cuerda a la vez. Sucede que los tonos son determinados de acuerdo con la extensión de las cuerdas, y no por su tensión, como en una guitarra normal.

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