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Ingeniería Biomédica

Una mirada aguzada

Un sensor efectúa un diagnóstico más detallado de las imperfecciones visuales

Las cirugías destinadas a corregir problemas de visión tales como el astigmatismo, la miopía y la hipermetropía, constituyen una práctica usual en los consultorios oftalmológicos brasileños. Estas intervenciones se llevan a cabo en la actualidad con la ayuda de medidas personalizadas de cada ojo del paciente, basadas en informaciones obtenidas durante los estudios prequirúrgicos mediante el empleo de aparatos llamados wavefront -o frente de onda-, que analizan la luz que llega al globo ocular. Actualmente, todos los aparatos de este tipo utilizados en Brasil son importados. Pero en poco tiempo más esto puede cambiar, porque Eyetec Equipamentos Oftálmicos, una empresa de la ciudad de São Carlos (São Paulo), se apresta a disputar este mercado con un nuevo aparato, también basado en la tecnología wavefront, pero con un sensor que se vale de un principio distinto que los otros.

“En vez de varias pequeñas lentes cuadraditas, simétricas, dispuestas una al lado de la otra, se creó una lente circular, con foco continuo, que señala la deformación del ojo punto por punto”, dice el oftalmólogo Paulo Schor, jefe del Sector de Bioingeniería Ocular de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp). “El mapeo que hace el nuevo sensor en cada punto del ojo permite hacer diagnósticos más detallados, lo que aumenta la precisión y la flexibilidad de las cirugías”.

Schor y el también oftalmólogo Wallace Chamon le elevaron la propuesta de desarrollar este instrumento en Brasil al docente Jarbas Caiado de Castro Neto, del Grupo de Óptica del Instituto de Física de la Universidad de São Paulo (USP) de São Carlos, y uno de los socios de Eyetec. La empresa contó para ello con un financiamiento de la FAPESP en el marco del Programa de Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE), un proyecto que tiene a Castro Neto como coordinador. El nuevo aparato se patentó en Brasil y en el exterior y recibió informalmente el nombre de sensor Castro, en homenaje al profesor de la USP que diseñó esta innovadora solución tecnológica .

Estrellas y galaxias
El sistema wavefront se usó inicialmente, y durante mucho tiempo, en la astronomía, para el análisis y la corrección de las distorsiones de la luz de las estrellas y las galaxias, permitiendo que, aun a miles de años luz, pudieran verse en la Tierra con excelente calidad. En 1994 se vislumbró la posibilidad de que la tecnología wavefront se emplease también en oftalmología. Este año, un grupo de investigadores de la Universidad de Heidelberg, Alemania, publicó un primer trabajo que abordaba el uso de sensores ópticos para medir las deformidades visuales. Fue el puntapié inicial para que los instrumentos oftalmológicos que emplean esta tecnología empezasen a  desarrollarse  en en Europa y EE.UU.

Los sensores de frentes de onda disponibles comercialmente están compuestos por centenas de pequeñas lentes llamadas lentículas, similares al ojo de un insecto. Una microcámara ubicada detrás de las lentículas produce puntos espaciados, distribuidos de manera regular. La regularidad determina si la imagen que llega a la retina y por consiguiente forma la visión es o no es normal, porque, para un ojo sin problemas, es posible identificar la distribución regular de los puntos. Pero en los ojos con defectos o irregularidades no es posible identificar dicha regularidad. Cálculos y gráficos realizados  por un software apuntan la forma exacta del frente de onda que sale del ojo. Así es posible hacer las medidas de astigmatismo, miopía e hipermetropía, y también de las irregularidades más sutiles. “Nosotros partimos del principio de que las irregularidades del ojo tienen una simetría circular”, dice Castro. Por eso se crearon varias lentes circulares, para mapear los problemas punto por punto. Cuando la luz se ubica en el fondo del ojo durante el examen, sigue la simetría y capta todos los matices, apuntando el sitio exacto donde se encuentra la irregularidad. “La innovación tecnológica consiste en la capacidad de mapear los defectos oculares en cada punto, con alta precisión y simplicidad”, dice Schor.

La visión ideal
Antes de que la técnica de frente de onda se utilizara en cirugías refractivas, así llamadas porque cambian el grado o refracción del ojo del paciente, la única posibilidad era corregir problemas tales como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía mediante la alteración de la curvatura ocular a más o a menos. “Hoy en día, se cambia la forma de la córnea para mejorar la calidad y la cantidad de la visión”, dice Castro.

El analizador del frente de onda define y corrige el grado del paciente de manera mucho más precisa que los tradicionales aparatos utilizados para dar las medidas de las recetas de gafas, mensuradas en múltiplos de 0,25 grado. Como el sensor óptico captura y cuantifica las deformidades que las imágenes de los objetos sufren al ser observadas por cada punto en el ojo, la corrección hecha mediante la cirugía puede mejorar la visión nocturna en algunos pacientes, porque las pupilas se dilatan en la oscuridad y las irregularidades existentes en la periferia de la visión se hacen más evidentes durante este período. El examen realizado en el período prequirúrgico reproduce un mapa tridimensional de las irregularidades ópticas, que es transferido al láser al momento de la cirugía. Como resultado de la utilización del wavefront, las imágenes pasan a captarse sobre la retina con mayor resolución y nitidez, sin irregularidades o aberraciones sutiles, antes no detectadas ni corregidas. Y muchos pacientes, luego de la cirugía refractiva, pueden tener una calidad de vista superior que con la cirugía convencional.

Pero los avances obtenidos con el equipamiento wavefront nacional, que mapea las irregularidades en cada punto del ojo, producto de la alianza entre investigadores de la Unifesp y de la USP, no son el único resultado del trabajo conjunto de los dos grupos de investigación. El primero de éstos fue el desarrollo de un aparato destinado medir la curvatura de la córnea, el topógrafo corneano, lanzado por Eyetec en 1998 para su uso en cirugías de miopía. “En aquella época sólo existían similares importados, que eran muy caros para el mercado brasileño”, dice Schor. Se vendieron alrededor de 400 unidades de ese topógrafo en el mercado nacional. “Si se lo importase, cada topógrafo le costaría al país alrededor de 20 mil dólares. Por tanto la economía de divisas fue de aproximadamente 8 millones de dólares”, contabiliza Castro. El trabajo que resultó en el aparato fue también una de las bases para afianzar el Sector de Bioingeniería Ocular en la Unifesp hace seis años, creado para desarrollar tecnologías multidisciplinarias. Con el nuevo sensor, que se encuentra en fase de ensayos preclínicos, los socios auguran también buenos resultados, ya que, además de la innovación, debido a que  el producto no está asociado a un tipo de láser específico, como los otros aparatos en uso actualmente, puede vendérselo para hacer diagnósticos, y utilizarse en los consultorios y clínicas oftalmológicas.

El Proyecto
Desarrollo de instrumental para la determinación de aberraciones oculares utilizando la medida de wavefront (nº 00/06810-4); Modalidad Programa Innovación Tecnológica en Pequeñas Empresas (PIPE); Coordinador Jarbas Caiado de Castro Neto – Eyetec; Inversión 325.750,00 reales y 12.250,00 dólares (FAPESP)

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