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PROPIEDAD INTELECTUAL

Una vidriera de nuevas tecnologías

Las patentes emergentes de proyectos de investigación financiados por la FAPESP ahora están agrupadas en una nueva página de la Biblioteca Virtual de la Fundación

Patentes_246Las patentes que resultan de los proyectos de investigación financiados por la FAPESP tienen ahora un nuevo espacio de consulta pública: la página de propiedad intelectual de la Biblioteca Virtual (BV) de la FAPESP, que está disponible en la web a partir del mes de agosto (). Este banco de patentes, que se creó con el propósito de ampliar el impacto científico y económico de las investigaciones científicas realizadas en universidades, institutos de investigación y empresas, contenía 913 registros hasta el final de julio: 749 solicitudes de patentes remitidas al Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI), el organismo del gobierno federal encargado del análisis y la concesión de marcas y patentes en Brasil; 97 patentes caducadas, rechazadas o abandonadas, y 67 patentes concedidas. De ese total, hay 21 solicitudes que se están analizando o ya fueron aprobadas en la United States Patent and Trademark Office (USPTO), la oficina de marcas y patentes de Estados Unidos.

“Es una buena vidriera para difundir los resultados de las investigaciones patrocinadas por la FAPESP”, dice la abogada Patrícia Pereira Tedeschi, asesora técnica de la Dirección Científica de la FAPESP. Ella comenzó a armar ese banco de datos en 2010 tomando informaciones de las bases online del INPI, de la USPTO y de los informes de proyectos de investigaciones patrocinadas por la FAPESP. Ella cree que la base de datos crecerá rápidamente, a medida que los investigadores informen sobre las patentes surgidas de sus proyectos que no han sido registradas en el estudio inicial.

Una patente asegura el derecho de exclusividad para la explotación comercial de una invención. Tal como se explica en la página de la BV, la “garantía de propiedad intelectual es el primer paso para asegurar que la inversión en investigación se traduzca en nuevos productos y procesos”. La etapa siguiente es la identificación de una institución o empresa capaz de transformar la invención en un producto comercial y generar beneficios económicos para los inventores y titulares de la patente.

El ciclo que abarca desde el descubrimiento en una universidad o instituto de investigación hasta la consecución de un producto que atienda las necesidades de un mercado de consumo ya se ha completado varias veces. En 2003, el físico Vladimir Jesus Trava Airoldi, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) y fundador de Clorovale Diamantes, empresa afincada en São José dos Campos, le entregó a la FAPESP un cheque por valor de 4.150,45 reales, que fue el primer retorno por royalties de una patente financiada por la Fundación. A partir de trabajos efectuados en centros públicos de investigación, Clorovale había desarrollado y comenzaba a producir brocas odontológicas con punta de diamante artificial para tratamientos dentales (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 87). Entre 2003 y 2015, la explotación de las patentes se incrementó y, para 2015, le aportó alrededor de 130 mil reales a la Fundación, que recibe beneficios variables, según la inversión realizada y la modalidad del proyecto de investigación financiado, hasta un límite máximo del 33% del lucro sobre las ventas o sobre los valores recibidos por las instituciones que disponen de un Núcleo de Innovación.

En el banco de patentes de la BV, la FAPESP posee la titularidad de 49 registros de patentes, de los cuales, 34 ya han caducado, 12 se encuentran en análisis y 3 están vigentes. Y encabeza la lista de depositantes (autora de pedidos), con 388 solicitudes, seguida por la Universidad de São Paulo (USP), con 335, y la Universidad de Campinas (Unicamp), con 317. En la mayoría de los casos, la FAPESP es cotitular, junto a otras 35 universidades, incluyendo a las de otros seis estados (Río de Janeiro, Minas Gerais, Goiás, Pernambuco, Rio Grande do Norte y Paraná), a las que se suma el Distrito Federal, y otros cuatro países (Estados Unidos, Suiza, Italia y Polonia), reflejando la cooperación entre expertos de diferentes instituciones, además del estado de São Paulo. En la base de datos también figuran los registros de 27 empresas, 23 institutos de investigación, 22 investigadores individuales y 8 fundaciones.

El nuevo banco de patentes es un complemento a las bases equivalentes de universidades e institutos de investigación y permite que ella pueda realizarse de varias formas, incluyendo el acceso rápido a las páginas del INPI mediante una descripción detallada de la patente y de su desempeño histórico. El banco de patentes es una iniciativa del Núcleo de Patentamiento y Licencias de Tecnología (Nuplitec) de la FAPESP, que se creó en el año 2000, cuatro años después de haberse aprobado la actual Ley de Patentes, con la finalidad de apoyar la protección de la propiedad intelectual y el licenciamiento de los derechos sobre los resultados de investigaciones financiadas por la FAPESP. Hasta ese entonces, recuerda Pereira, la mayoría de las universidades no contaban con presupuesto, equipos y procedimientos consolidados para desempeñarse en esa área en forma adecuada. Esa situación cambió en 2004, con la aprobación de la Ley de Innovación, que obligó a los centros de investigación a constituir sus núcleos de innovación tecnológica y a ocuparse de sus posibles patentes.

En 2011, la FAPESP promovió una revisión en su política de apoyo a la propiedad intelectual, pasando a evitar la titularidad, pero manteniendo la posibilidad de recibir beneficios generados por las patentes resultantes de ayudas y becas financiadas por la Fundación. De ese modo, la negociación de licencias, realizada por la institución que albergó la investigación se realiza en forma más fluida. En la actualidad, la Fundación interviene en esa área por medio de tres modalidades del Programa de Apoyo a la Propiedad Intelectual (Papi). La primera y la segunda apoyan la protección de la propiedad intelectual emergente de proyectos FAPESP solicitada por investigadores individuales, con el apoyo de sus instituciones, o del núcleo de innovación de las mismas. La tercera, financia pasantías en el exterior para los equipos de los núcleos de innovación tecnológica, con el propósito de perfeccionar sus prácticas de trabajo. La política de propiedad intelectual de la FAPESP se encuentra disponible en la página principal del Papi.

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