Los envases plásticos de refrescos y de agua desechados pueden ocupar el lugar de ladrillos, de bloques cerámicos y de concreto en el sistema de construcción denominado Casa PET, concebido en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC) con el objetivo de aprovechar un material abundante y durable para hacer viviendas de interés social. Las paredes de la casa se arman con paneles prefabricados de 65 y 85 centímetros de ancho por 265 centímetros de altura, compuestos de columnas verticales de botellas plásticas – elaboradas en poli (tereftalato de etileno) o PET –, cortadas y encajadas, reforzadas con entrelazados planos de acero y revestidos con cemento.
Las instalaciones eléctricas e hidráulicas se ponen durante la fabricación de los paneles. Esta investigación, que tiene por objeto la construcción de una casa en planta baja de 57 metros cuadrados, con dos dormitorios y posibilidades de ampliación, se inició en 2003, y es el tema de la tesina de maestría de la arquitecta Thaís Lohmann Provenzano, dirigida por el profesor Fernando Barth, del Laboratorio de Sistemas Constructivos de la referida universidad. “La levedad y la rigidez de los paneles prefabricados facilitan la fabricación, el transporte y el montaje de las viviendas”, dice Thaís.
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