La historiadora Emília Viotti da Costa, una referente de la historiografía brasileña y latinoamericana, y de los estudios sobre la esclavitud y la diáspora africana, siempre consideró a la docencia como una actividad fundamental. La historiadora y brasileñista Barbara Weinstein, de la Universidad de Nueva York (NYU), inició el doctorado en la Universidad Yale en 1973 con la intención de estudiar a Argentina. Acabó optando por investigar sobre Brasil luego de asistir a las clases impartidas por Emília Viotti en esa institución estadounidense. “Ella me demostró que el país ofrecía un abundante campo para el estudio de temas de la historia del trabajo y que era imposible entender a la clase obrera sin estudiar la trayectoria de los empresarios”, recuerda. Emília Viotti da Costa falleció el 2 de noviembre, a los 89 años, como consecuencia de un fallo multiorgánico.
Había nacido en São Paulo y era profesora emérita de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP) desempeñándose durante 26 años como docente de historia de América Latina en la Universidad Yale. Su amiga Sylvia Bassetto, docente del departamento de Historia de la USP, recuerda que Emília, desde sus primeras experiencias en la escuela básica hasta convertirse en profesora emérita en Yale, en 1999, atribuía a su condición de docente el estímulo a la vida intelectual.
La investigadora defendió su tesis de libre docencia sobre el trabajo esclavo en la USP, en 1964, intitulada “Esclavitud en las zonas cafeteras, aspectos económicos, sociales, políticos e ideológicos de la transición de la servidumbre al trabajo libre”, que trajo una renovación en los estudios sobre la Abolición. En 1966, su estudio fue publicado por la editorial Difusão Europeia do Livro (Difel) bajo el título Da senzala à colônia.
La historiadora Barbara Weinstein explica que Da senzala à colônia forma parte de una camada de estudios que buscan reducir el énfasis en las cuestiones morales, políticas e ideológicas, resaltando los factores sociales y económicos del proceso de la Abolición. “Emília Viotti fue una de las primeras en reconocer el rol de los esclavos en el proceso de emancipación, especialmente por medio de las fugas en masa de las plantaciones de café, a partir de 1885”, analiza.
Su carrera en el exterior colaboró para formar investigadores que se tornaron brasileñistas
El exilio en Estados Unidos
Como reconocimiento al valor de ese trabajo, la historiadora fue invitada para impartir la cátedra inaugural de la que entonces era la facultad de Filosofía, Ciencias y Letras (la actual FFLCH) en 1968, el año del Acto Institucional Número 5 (AI-5). En esa ocasión criticó el proyecto universitario del régimen militar. La profesora titular del Departamento de Historia de la USP, Maria Helena Rolim Capelato recuerda que, inmediatamente después del AI-5, Emília Viotti fue cesanteada de la USP a causa de las críticas vertidas durante esa clase inaugural al acuerdo firmado por el gobierno brasileño con una organización estadounidense para la puesta en marcha de reformas en el sistema educativo del país. Según refiere Rolim Capelato, esa clase se transformó en un texto que fue publicado por la revista del gremio de la FFLCH y circuló por las universidades del país durante las semanas posteriores.
La historiadora se exilió en Estados Unidos en 1969, y en 1973, empezó a dar clases de historia de América Latina en Yale, cargo que desempeñó hasta 1999. “Su carrera académica en el exterior posibilitó la formación de investigadores estadounidenses que devinieron en importantes brasileñistas, entre los que se encuentran John French y Barbara Weinstein, investigadora a la que, actualmente, consideramos una embajadora de los historiadores brasileños en Estados Unidos”, relata Rolim Capelato. Emília Viotti también fue directora del Programa de Estudios de la Mujer y del Consejo de Estudios Latinoamericanos en Yale.
Barbara Weinstein, de la NYU, también recuerda que, en Estados Unidos, Emília tuvo que adaptarse a un nuevo mundo académico en donde no contaba con el mismo prestigio que ostentaba en Brasil. “Tardé en comprender los retos a los que ella se enfrentaba. Desde mi perspectiva, ella era tan brillante y carismática que me era imposible pensar en ella como una persona vulnerable. Cuando Viotti ingresó en Yale, el Departamento de Historia era un club de varones y no había mujeres entre los docentes titulares”.
Sylvia Bassetto considera que Emília Viotti construyó su carrera académica en Estados Unidos a contrapelo de un panorama desfavorable. Eso abarcaba la amenaza del desempleo, los problemas de visado, la angustia por separarse de su familia y, sobre todo, la infinita soledad y el sentimiento de desarraigo que sufren los exiliados.
El filósofo Jézio Gutierre, presidente del directorio de la Fundación Editorial de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), considera que una de las preocupaciones centrales de la historiadora fue la comprensión de las cuestiones contemporáneas de Brasil a partir de los aspectos del pasado. “A ella le fastidiaban los historiadores que analizaban la historia antigua sin tener en cuenta las consecuencias sobre la vida contemporánea”, afirma.
Otro gran aporte historiográfico de Emília Viotti, según explica Rolim Capelato, es el libro Coroas de glória, lágrimas de sangue. A rebelião dos escravos de Memerara en 1883, que en primera instancia se publicó en inglés, en 1994, y en 1998 fue editado en Brasil por la editorial Companhia das Letras. “A partir de esta obra, Emília se convirtió en una referente en historia de Brasil, pero también de la historia de otros países de América Latina”, subraya.
En su trabajo más reciente en Brasil, Emília Viotti publicó O Supremo Tribunal federal e a construção da cidadania, en 2001, procurando ubicar al Poder Judicial en primer plano al analizar la historia política de Brasil. “Reacia a encuadrarse en esquemas teóricos rígidos, inspiró innumerables direcciones a los estudiosos de la esclavitud, señalando lagunas históricas y temas poco explorados”, dice Sylvia Bassetto.
Republicar