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Tecnociencia

Venenosas, rápidas y de largas patas

Ni los guías ni los visitantes prestaban atención a las arañas marrones (Loxosceles adelaida) de las cavernas del Parque Estadual y Turístico del Alto Ribeira (Petar), situado en el sur del estado de São Paulo –incluso porque no sabían que se trataba de arañas marrones. Pequeñas –de no más de dos centímetros–, con sus patas largas y finas, ágiles y reacias a la luz, parecían ser inofensivas. Pero un equipo del Instituto Butantan descubrió que en la entrada, en las grietas, en las paredes internas e incluso en las profundidades de las cavernas del Petar hay efectivamente representantes de esa especie, a la cual se le debe dar la debida importancia, pues suelta un veneno bastante tóxico, que puede causar serias complicaciones.

Y lo que es peor: su picadura es indolora, no siempre se ve a la araña en el momento, pues ésta huye con rapidez, y la lesión que causa surge días después y puede confundirse con una infección de origen bacteriana, dificultando así su rápido tratamiento. Con el apoyo del Centro de Toxinología Aplicada (CAT) del Butantan, un equipo coordinado por Denise Vilarinho Tambourgi y Rute Maria Gonçalves-de-Andrade elaboró un folleto de orientación que ha comenzado ha a ser distribuido el día 17 en Iporanga, una de las localidades que intergran el Petar, visitado anualmente por unas 15 mil personas. Se recomienda entre otras cosas mayor atención al poner la mano sobre las rocas o al levantar la mochila para cargarla en la espalda.

Otra especie del mismo género, la Loxosceles intermedia, es bastante común en la región sur y puede encontrársela incluso dentro de los departamentos. Se estima que estas arañas causan 3 mil accidentes con picaduras por año solamente en el estado de Paraná. Por suerte, otro descubrimiento importante indica que el suero antiaracnídico del Butantan logra también neutralizar el efecto del veneno de las Loxosceles adelaida halladas en las cavernas del Petar.

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