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Tecnociencia

Vivir en la gran ciudad

Las hormigas también sufren el agobio por vivir en la ciudad. Para investigar la idea de que, debido al mayor calor de los lugares edificados y asfaltados, los animales deben ser aclimatados a las altas temperaturas, el norteamericano Michael Angilleta Jr., de la Universidad del Estado de Indiana (Estados Unidos), se asoció al biólogo Carlos Navas, de la Universidad de São Paulo (USP), y su alumno Pedro Ribeiro (PLoS One). El grupo recolectó hormigas cortadoras o jardineras en São Paulo (en el campus de la USP y en el Instituto Butantan) y fuera de la ciudad, a lo largo de la carretera de los Bandeirantes. En placas de vidrio, tanto las hormigas del campo como las de ciudad fueron expuestas y mantenidas a una temperatura de 42 ºC, mientras que otras fueron congeladas y depositadas patas arriba a temperatura ambiente. El tiempo que demoraron las hormigas sometidas a calor en ya no poder moverse, y el demorado para que las congeladas se girasen y salieran caminando, reveló que las hormigas de ciudad resisten en mayor medida el calor, pero no difieren de las campestres en su capacidad para soportar el frío.

Según Ribeiro, el trabajo se basó en datos publicados y no midió la temperatura exacta de la región de los hormigueros. Asimismo, los autores norteamericanos creen que la única explicación posible para la diferencia encontrada puede ser la aclimatación a condiciones de vida diferentes. “El próximo paso”, Ribeiro cuenta, “es criar hormigas de campo y de ciudad en cautiverio, bajo condiciones similares, para verificar si las diferencias son genéticas”.

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