José Medeiros / Colección Abdias Nascimento / Ipeafro Nascimento en el papel protagónico de Otelo, de Shakespeare, en la década 1940José Medeiros / Colección Abdias Nascimento / Ipeafro
El 8 de mayo de 1945, mientras la Alemania nazi firmaba los términos de su rendición que pondría fin a la Segunda Guerra Mundial, Brasil también vivía una jornada histórica. En Río de Janeiro, el escenario del Teatro Municipal recibía por primera vez una propuesta teatral cuyo protagonista y la mayoría del elenco eran negros, rompiendo un paradigma de las artes escénicas nacionales. La obra El emperador Jones, del dramaturgo estadounidense Eugene O’Neill (1888-1953), con Aguinaldo Camargo (1918-1952) en el rol protagónico, narraba la historia de un afroamericano que, tras cometer un asesinato, huye a una isla del Caribe, donde es coronado emperador.
El suceso marcó el debut del Teatro Experimental do Negro (TEN), compañía fundada un año antes en Río de Janeiro por el dramaturgo, actor y director paulista Abdias Nascimento (1914-2011). “Así llegaba a su fin la etapa del negro como sinónimo de payaso en la escena brasileña”, recordaría el intelectual cinco décadas más tarde, en un artículo publicado en 1997 en Revista do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional. Se refería a la costumbre tradicional de la dramaturgia nacional de reservar para los negros solamente papeles menores o caricaturales, “ridículos, pícaros y con connotaciones peyorativas”. En los roles de mayor protagonismo predominaba hasta entonces el blackface, una caracterización en la que un actor blanco salía a escena con el rostro pintado de negro.
Desde entonces, el TEN contribuyó a la formación y consagración de actrices y actores que se convertirían en figuras destacadas del teatro brasileño, como Ruth de Souza (1921-2019) y Léa Garcia (1933-2023). Uno de los momentos paradigmáticos de la compañía se plasmó en la Fiesta Shakespeariana, en 1949 en el Teatro Fênix (Río de Janeiro). En aquella ocasión, una escena de la obra Otelo, de William Shakespeare (1564-1616), fue representada por dos actores negros, De Souza y Nascimento, en los roles de Desdémona y Otelo.
“La presencia negra en la escena teatral brasileña debe estudiarse y analizarse más”, comenta Leda Maria Martins, profesora jubilada de la Facultad de Letras de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). “En el siglo XVIII, los negros interpretaban cualquier personaje que fuera en el teatro, ya que la profesión del actor y la actriz estaba muy desprestigiada. Los negros empiezan a ser excluidos de la escena principal a partir del siglo XIX, y pasan a interpretar papeles secundarios sumamente estereotipados”.
Según la investigadora, la compañía fundada por Nascimento contribuyó a la modernización del teatro brasileño, pero su participación en ese proceso ha sido escasamente reconocida. “Abdias innovó, por ejemplo, incorporando a los espectáculos gestos performáticos de matrices negras, principalmente de rituales como el candomblé”, dice Martins, autora de la tesis doctoral intitulada “La escena en sombras. Expresiones del teatro negro en Brasil y en EE. UU.”, defendida en la UFMG en 1991, y uno de los primeros trabajos académicos sobre el TEN.
José Medeiros / Instituto Moreira SallesEnsayo del Teatro Experimental do Negro, en 1944, con el actor Grande Otelo, en el centro, con corbataJosé Medeiros / Instituto Moreira Salles
A falta de una dramaturgia que reflejara la situación de los negros en Brasil, la compañía empezó a encargar, recibir y producir textos brasileños, como por ejemplo, O filho pródigo [El hijo pródigo] (1947), de Lúcio Cardoso (1912-1968), O anjo negro [El ángel negro] (1946), de Nelson Rodrigues (1912-1980), y Sortilégio, mistério negro [Sortilegio, misterio negro] (1951), del propio Nascimento. Las nueve obras escritas para el TEN fueron recopiladas en la antología intitulada Dramas para negros e prólogo para brancos [Dramas para negros y prólogo para blancos], publicada originalmente en 1961 y ahora reeditada por la editorial Temporal.
“Muchas de las obras escritas para el TEN muestran el anhelo de los protagonistas negros de blanquearse. Sucede que, cuanto más blancos fuesen, mayores eran sus posibilidades de ascenso en la pirámide social. También había un gran énfasis en las relaciones interraciales”, relata Martins, autora del prólogo del libro. “Puede parecer contradictorio, pero se trata de un tema que formaba parte de aquel contexto en el que la eugenesia seguía expandiéndose por todo el país. En el siglo XX, el ideal de la nación era volverse blanca, algo que puede verse expresado en los textos de notables y respetados intelectuales como Monteiro Lobato [1882-1948]”.
La propuesta de valorar un elenco negro en el teatro brasileño no era inédita: dos décadas antes, por ejemplo, el actor, director y dramaturgo bahiano De Chocolat (1887-1956) había creado en Río de Janeiro la Companhia Negra de Revistas, que se mantuvo activa entre 1926 y 1927. Sin embargo, ninguna de ellas tuvo tanto impacto como el TEN. A pesar de los escasos recursos económicos, sus actividades incluyeron, entre otras, cursos de alfabetización y cultura para la población negra, a los que asistían obreros y empleadas domésticas.
Asimismo, el TEN inspiró el surgimiento de otras iniciativas, como el Teatro Experimental do Negro de São Paulo (TENSP), creado en 1945 por el profesor y periodista Geraldo Campos de Oliveira. “El TEN y el TENSP pudieron existir gracias al intervalo democrático entre el final del Estado Novo [1937-1945] y el golpe militar de 1964. No fue casual que, a partir de 1964, ambas compañías se diluyeran”, señala el sociólogo Mário Augusto Medeiros da Silva, de la Universidad de Campinas (Unicamp), estudioso del movimiento negro. “La dictadura militar [1964-1985] sofocó este tipo de iniciativas porque consideraba subversiva que la lucha antirracista era subversiva.”
José Medeiros / Colección Abdias Nascimento / Ipeafro De izquierda a derecha, escenas de los espectáculos El imperador Jones (1945), con Aguinaldo Camargo (de pie), y O filho pródigo (1947), con Ruth de SouzaJosé Medeiros / Colección Abdias Nascimento / Ipeafro
El estreno del TEN en el Teatro Municipal de Río de Janeiro fue un punto de inflexión en la trayectoria de Nascimento. Tan solo dos años antes, en abril de 1943, estaba preso en la Casa de Detención de São Paulo [Carandiru]. A los 29 años, había terminado allí tras oponer resistencia en un incidente racista que vivió junto a su amigo Sebastião Rodrigues Alves, en la década de 1930. Por entonces, ambos prestaban el servicio en el Ejército, se les había prohibido ingresar por la puerta principal de un club nocturno de São Paulo y acabaron envueltos en una trifulca con un comisario del Departamento de Orden Político y Social del Estado de São Paulo (Deops-SP).
Por este motivo, en la década 1930 Nascimento fue expulsado del Ejército y en 1941 viajó a la Amazonia y a Perú con el grupo Santa Hermandad de la Orquídea, integrado por intelectuales argentinos y brasileños, del cual era miembro. En suelo peruano, asistió a una representación de El emperador Jones, protagonizada por un blanco pintado de negro. Ahí fue que se le ocurrió la idea de fundar una compañía de teatro negro en Brasil. Sin embargo, al regresar al país, se enteró de que había sido condenado en ausencia por el episodio de la reyerta.
En Carandiru, con unos compañeros de reclusión, creó el Teatro do Sentenciado, un grupo compuesto exclusivamente por presos condenados que representó un total de seis piezas teatrales. Todavía en prisión, Nascimento escribió Submundo: Cadernos de um penitenciário [Submundo: cuadernos de un presidiario], una especie de diario en el que registra la historia de otros presos famosos de aquella época, como Lino Catarino, conocido como el lampião paulista, y habla de los retos que enfrenta su proyecto teatral. En 2023, el manuscrito fue publicado por la editorial Zahar.
“Desarrollaron una dramaturgia propia y se ocuparon de todas las fases de la producción, desde el vestuario hasta la iluminación”, dice Viviane Becker Narvaes, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Unirio). “El Teatro do Sentenciado promovió el debate sobre la raza dentro de la prisión, reivindicando la figura del abolicionista José do Patrocínio [1853-1905]”, prosigue la investigadora, cuya tesis doctoral sobre el grupo, defendida en 2020 en la USP, será publicada durante este primer semestre del año por la editorial Hucitec.
En 1968, con la promulgación del Acto Institucional nº 5 (AI-5) y la profundización de la represión política perpetrada por la dictadura militar, Nascimento decidió quedarse en Estados Unidos, donde se encontraba merced a una beca de estudios que le había concedido la Fairfield Foundation. “En Oakland, fue recibido por Panteras Negras, cuando ya se lo consideraba una figura central del panafricanismo, movimiento social internacional para la defensa de las cuestiones de los pueblos negros”, dice Gilberto Alexandre Sobrinho, del Instituto de Artes de la Unicamp, quien durante una pasantía posdoctoral en la Universidad de Nueva York, realizada entre 2021 y 2022 con el apoyo de la FAPESP, investigó la estadía de Nascimento en Estados Unidos. El intelectual vivió en el país hasta 1981, pero pasó una temporada en Nigeria entre 1976 y 1977.
Colección MASP | Elisa Larkin Nascimento / Colección Abdias Nascimento / IpeafroAbdias Nascimento dando un discurso en Serra da Barriga (Alagoas), en 1983, y, al lado, el lienzo Okê Oxóssi (1970), de su autoríaColección MASP | Elisa Larkin Nascimento / Colección Abdias Nascimento / Ipeafro
En la década de 1970, Nascimento se convirtió en profesor de la Universidad del Estado de Nueva York en Búfalo. Allí creó la cátedra de Culturas Africanas en el Nuevo Mundo. Como no dominaba el idioma inglés, daba sus clases en portugués con la ayuda de traductores. En simultáneo, se dedicó a la pintura, produciendo imágenes relacionadas con los orishas y la cultura religiosa africana en Brasil. “Nascimento formó parte de la escena artística latinoamericana de Harlem, en la zona norte de Manhattan, y conoció a varios artistas del Black Arts Movement”, dice Sobrinho. “No estaba interesado en venderle sus pinturas a las galerías, sino en crear una imagen colectiva que sirviera a las aspiraciones de los negros brasileños”.
Al regresar a Brasil, en 1981, fundó el Instituto de Investigaciones y Estudios Afrobrasileños (Ipeafro), actualmente presidido por su viuda, la socióloga Elisa Larkin Nascimento. A partir de la década de 1980, se involucró en la política partidaria. Fue elegido diputado federal (1983-1987) por el Partido Democrático Laborista (PDT), y en la década de 1990 también fue suplente de Darcy Ribeiro (1922-1997) en el Senado, por el mismo partido. Al morir el antropólogo, Nascimiento asumió el escaño en su reemplazo hasta 1999.
Durante el período en que se desempeñó como legislador, presentó propuestas como la adopción de medidas compensatorias para la población negra. Los proyectos de Nascimento resultaron aprobados en todas las comisiones legislativas, pero no llegaron a tratarse en las reuniones plenarias. Antes de morir en 2011, en Río de Janeiro, a los 97 años, pudo ver que algunas de sus ideas se hicieron realidad gracias a la iniciativa de otros parlamentarios. “Lo que ahora nosotros conocemos como políticas de reparación, o políticas afirmativas, ya formaba parte de la agenda en el Teatro Experimental do Negro. El TEN llegó a plantear incluso algo similar a los cupos raciales”, culmina diciendo Sobrinho.
Este artículo salió publicado con el título “Escenario de lucha” en la edición impresa n° 349 de marzo de 2025.
Proyecto
El afroperspectivismo y la creación artística: lucha, pensamiento e imágenes en Abdias Nascimento (n° 19/22573-9); Modalidad Becas en el exterior – Investigación; Investigador responsable Gilberto Alexandre Sobrinho (Unicamp); Inversión R$ 83.266,96.
Artículos científicos
SOBRINHO, G. A. O legado do Teatro Experimental do Negro (TEN): Lições de estética, política e comunicação. Conceição/Conception. 2023.
SOBRINHO, G. A. Abdias Nascimento no século XXI e o trânsito de suas obras e ideias nos circuitos da diversidade. Brasiliana: Journal for Brazilian Studies. 2024.
SILVA, M. A. M. O Teatro Experimental do Negro de São Paulo, 1945-66. Novos Estudos Cebrap. 2022.
