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Carta de la editora | 232

Acciones integradas

Durante los últimos cinco años (2010-2014), en Brasil se registró un promedio anual de 881 mil casos de dengue, un aumento del 126% con relación al promedio anual del quinquenio anterior (338 mil casos). Sólo durante los cuatro primeros meses de 2015, se detectaron casi 750 mil casos en el país, el 66% de ellos en la región sudeste. El reportaje que aparece en la portada de esta edición muestra que no existe una sola solución para evitar nuevas epidemias. Una política pública eficaz en la erradicación de esta enfermedad deberá basarse en una acción coordinada, que combine instrumentos ya existentes con los resultados de investigaciones científicas y tecnológicas. Nuevos abordajes que comprenden vacunas preventivas, el uso de nuevos insecticidas y mosquitos transgénicos para la disminución de la población de insectos transmisores de la enfermedad pueden ser eficaces, especialmente si se apoyan en una vasta información recabada por agentes públicos y privados.

La identificación de las alteraciones en la estructura y en el funcionamiento del cerebro que caracterizan su maduración sana es un objetivo preliminar de un amplio estudio multidisciplinario y multicéntrico. Una de las hipótesis del mismo apunta que, en la transición de la infancia a la adolescencia, las transformaciones por las cuales pasa el cerebro de un joven sano son distintas a las que se producen en personas más propensas a padecer problemas psiquiátricos. Uno de los objetivos de largo plazo consiste en reunir un conjunto de alteraciones que se configuren como indicadoras de un desarrollo cerebral atípico y lleven al establecimiento de marcadores de riesgo de trastornos mentales. Al detectar las señales antes de que la enfermedad se instale, se espera desarrollar, en el futuro, medios para reposicionar al cerebro en su trayectoria normal de desarrollo.

Una expedición a la zona de Vale do Ribeira, en el sur del estado de São Paulo, muestra de qué manera se organizan los descendientes de quilombolas o cimarrones para asegurar la ocupación productiva de las tierras reconocidas después de 1997. Dichas tierras, propiedad de asociaciones locales y ocupadas por esos agricultores, se dividen entre los cultivos de subsistencia y los de mayor interés comercial, tales como la banana y el chontaduro o pejibaye. La población local procura equilibrarse entre sus tradiciones de uso de la tierra y las restricciones que impone la legislación, en el uso de las quemas y la caza, por ejemplo. Acompañamos a investigadores que actúan en la región y estudian las formas de uso del territorio, con acciones de recolección y preservación de tipos de semillas, sumadas a la elaboración del inventario cultural de los quilombos o palenques, y presenciando una cosecha comunitaria con derecho a baile al final. Una galería de fotos se encuentra disponible en revistapesquisa.fapesp.br.

Un estudio reciente sobre la infraestructura de investigación existente en Brasil muestra que las inversiones han redundado en la existencia de laboratorios pequeños y con equipamientos modestos. El enfoque no ha recaído sobre las grandes estructuras de investigación o en las facilities, los laboratorios multiusuarios con aparatos sofisticados que dan cuenta de demandas amplias.

Por último, una buena demostración de investigación científica que hace avanzar al conocimiento con aplicación económica, además de suscitar el interés y la curiosidad, puede leerse en el reportaje sobre ácaros de aves. La identificación de los arácnidos microscópicos que afectaron la producción de pollos en el interior paulista resolvió un problema práctico y produjo un avance en un área poco explorada de la zoología. Es una alegría compartir con los lectores ésta (mi primera) edición.

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