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Carta del editor | 66

Acerca del cerebro, la ciencia y la innovación

A menudo, los investigaciones sobre el cerebro humano y los nuevos conocimientos que de éstas surgen son fascinantes para quienes siguen con interés los temas científicos -quizás por la sencilla razón de que cualquier pista que nos ayude a comprender porqué, al fin y al cabo, somos como somos, es bienvenida. En la medida en que el cerebro, hasta que se demuestre lo contrario, es la base física en la que radican nuestros pensamientos y emociones, nuestros talentos creativos y reflexivos, nuestros sueños y angustias, nuestra formidable capacidad de crear cultura y civilización y, a veces, también de intentar destruirlas -en síntesis, como tomamos el cerebro, físicamente, como el lugar de todo aquello que más fuertemente señala la singularidad de lo humano inmerso en el reino animal-, cualquier pequeño paso rumbo a la comprensión de la fisiología y de las disfunciones cerebrales parece acercarnos al anhelo nunca realizado del desciframiento del enigma humano. Es ciertamente el tratamiento de uno de esos pasos lo que el reportaje de tapa de esta edición de Pesquisa FAPESP propone. Dicho reportaje aborda una investigación que demuestra que el cerebro es capaz de identificar si la muerte de un mismo grupo de neuronas fue producto de una actividad eléctrica anormal en esas células o de la obstrucción de una de las arterias que irrigan el órgano, y a partir de allí, efectuar diferentes reordenamientos neuronales, originando enfermedades con características muy distintas, como las epilepsias o los derrames. Ese resultado, una especie de memoria de la causa original de la agresión a un grupo de neuronas, arroja luz sobre un misterio que hace tiempo intrigaba a los neurólogos: por qué dos cerebros con lesiones prácticamente idénticas pueden desarrollar enfermedades diferentes.

En un campo muy diferente, se muestran los estimulantes resultados económicos producto de la inversión en innovación tecnológica, en el reportaje sobre la recuperación y modernización de 108 empresas del polo cerámico de Porto Ferreira, en el interior de São Paulo, llevadas a cabo con el apoyo del Centro Multidisciplinario para el Desarrollo de Materiales Cerámicos, uno de los diez Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepids) que apoyados por la FAPESP desde el año pasado.

En el marco de la Tecnología para las Humanidades, una entrevista con el autor de una rigurosa y exhaustivamente comentada traducción al portugués de la más polémica obra de Galileo – el Diálogo sobre los Dos Máximos Sistemas del Mundo – permite una inmersión filosóficamente orientada en los fundamentos de la ciencia moderna y en la saludable actitud de desafío a la celosa autoridad de la Iglesia que los creadores de esa ciencia tuvieron que adoptar para que la misma se estableciera.

En el ámbito de la Política Científica y Tecnológica, esta edición de la revista suministra noticias de la Conferencia Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación que el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Brasil y la Academia Brasileña de Ciencias coordinan para su realización en Brasilia entre los días 18 y 21 de septiembre. Este evento nacional, cuyo propósito es definir directrices y estrategias para el sector para los próximos diez años, será precedido por reuniones regionales que se realizarán durante los días 16 y 17 de agosto, entre las cuales se destaca la Conferencia Regional de São Paulo, que presentará una serie de propuestas para el debate, como así también el plan nacional.

Finalmente, algunas novedades que aparecen ya en la portada de esta edición: un cambio en el logotipo de la revista, dando prosecución al perfeccionamiento de su proyecto gráfico, y la dirección del nuevo sitio de Pesquisa FAPESP.

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