En algunas ciudades, en ciertas ocasiones, se puede observar en el horizonte la polución concentrada, e inmediatamente encima de ese cúmulo de aire parduzco, un cielo azul libre de nubes. El esmog es tan distinto que parece existir una fina línea transparente separando la atmósfera. Esa concentración de contaminantes aparece, generalmente, cuando ocurre una inversión térmica. Esto sucede cuando la humedad del aire es baja y el cielo prácticamente no presenta nubes ni viento.
Es más común durante el invierno en el sur, sudeste y centro-oeste de Brasil. En el nordeste ocurre prácticamente todo el año.
Cuando hay inversión térmica, el aire frío (más denso) queda aprisionado cerca del suelo, comprimido por una capa de aire cálido (más liviano). La falta de viento y de humedad también impide la dispersión del aire. De tal manera, las partículas contaminantes emitidas por vehículos e industrias se van acumulando entre alrededor de uno y tres kilómetros por encima de la superficie.
A este fenómeno se le dio el nombre inversión térmica porque el aire próximo al suelo es, generalmente, caliente, y no frío. Cuando no ocurre inversión térmica, el aire realiza un movimiento cíclico en la atmósfera terrestre: el aire frío desciende, se calienta cerca del suelo, se torna más liviano y asciende caliente. Los vientos y las nubes colaboran para que ocurra este movimiento y, de esa manera, los contaminantes se diluyen en la atmósfera, y no quedan aprisionados en las cercanías de la ciudad.
Maria Assunção Faus da Silva Dias
Universidad de São Paulo (USP)
