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FOTOGRAFÍA

Analizan en estudios la actuación de los fotógrafos italianos en Brasil entre los siglos XIX y XX

Estos profesionales hoy en día casi olvidados generaron un gran impacto en los albores de la fotografía nacional

Mulheres descansando em banco de praça (c. 1910), fotografía tomada por Vincenzo Pastore en São Paulo

Vincenzo Pastore / Instituto Moreira Salles

Decenas de fotógrafos italianos trabajaron en Brasil durante el Imperio y la Primera República, pero la mayor parte esa obra no ha sobrevivido o no está disponible hoy en día. En la actualidad, no es posible localizar en los museos y archivos brasileños más que una decena de fotografías de la mayoría de estos profesionales, según refiere la investigadora Livia Raponi, directora del Instituto Italiano de Cultura de Río de Janeiro. La escasez de estos registros contrasta con la abundancia numérica de las colecciones de otros extranjeros, como los franceses Victor Frond (1821-1881), Augusto Stahl (1828-1877) y Marc Ferrez (1843-1923). Sin embargo, los italianos estuvieron presentes en todas las regiones del país, recibieron premios en exposiciones nacionales y títulos oficiales del Imperio, registraron obras públicas y transformaciones urbanas y fueron pioneros de la exhibición cinematográfica.

Nueve de estos fotógrafos han sido reunidos en el libro intitulado Italianos detrás da câmera [Italianos detrás de la cámara] (editorial Unesp, 2022), organizado por Raponi y el historiador de la fotografía Joaquim Marçal Ferreira de Andrade, curador del portal Brasiliana Fotográfica de la Biblioteca Nacional. Los criterios de selección fueron la disponibilidad de imágenes digitalizadas en Instituciones dedicadas a la memoria y la representación de diferentes regiones del territorio brasileño, desde el sur hasta la Amazonia. El volumen, financiado por la embajada de Italia en Brasil y acompañado por la muestra Fotógrafos italianos no florescer da fotografia brasileira [Fotógrafos italianos en los albores de la fotografía brasileña], realizada en el Centro Cultural Banco do Brasil (CCBB) de Río de Janeiro, en octubre y noviembre de 2022, y en Brasilia, de marzo a junio pasado, apunta a promover la investigación sobre estos artistas.

La escasa disponibilidad de imágenes refleja el olvido relativo en el que han caído la mayoría de los fotógrafos italianos pioneros de este campo en el país. En 2005, en su artículo “Preámbulo de una cultura urbana en Brasil entre finales del siglo XIX y principios del XX”, la arquitecta e historiadora del arte Maria Pace Chiavari, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), escribió: “La producción de los fotógrafos franceses, alemanes e ingleses que trabajaron en Brasil ha inspirado innumerables publicaciones; sin embargo, faltan estudios sobre los italianos que se dispersaron por el país y dejaron una importante documentación de su paso”. Para Marçal, esta laguna persiste y el estudio de estos profesionales sigue siendo “un campo completamente abierto”.

Marçal compara el legado de los italianos con el de los franceses, que dejaron su huella en Brasil con la llegada de la Misión Artística Francesa en 1816. Los italianos arribaron al país en condiciones diferentes. Había inmigrantes que buscaban ganarse la vida, ingenieros que fotografiaban su trabajo y profesionales de otras áreas que también se dedicaban a registrar imágenes. “Los italianos no vinieron con el mismo apoyo institucional que los franceses. Vinieron a trabajar. Y cuando miramos más de cerca la historia de la fotografía brasileña, vemos que los fotógrafos locales en buena medida tuvieron maestros italianos. Muchos de los viajeros que retrataban a la gente de las ciudades y pueblos más pequeños eran italianos”, dice Marçal. A veces, la existencia de estos individuos quedó registrada casi exclusivamente en menciones y anuncios en la prensa local.

Virgilio Calegari / Colección Fotográfica, Museo de la Comunicación Hipólito José da Costa Registro sin fecha de Virgilio Calegari de la sala de exposición de su propio estudio, situado en Porto AlegreVirgilio Calegari / Colección Fotográfica, Museo de la Comunicación Hipólito José da Costa

Entre esos itinerantes se cuentan nombres tales como Nicola Maria Parente (1847-1911), nacido en la región de Basilicata, en el sur de Italia. Parente, que también era odontólogo, instaló atelieres en ciudades como Goiana (Pernambuco) y João Pessoa (Paraíba), ganándose la vida con la venta de tarjetas de visita y retratos familiares. En 1897, al regresar de un viaje a Francia, trajo una copia del cinematógrafo de los hermanos Lumière, con el que realizó la primera función de cine en la capital paraibana ese mismo año. En mayo de 1911, cuando vivía en la ciudad de Abaeté, actual Abaetetuba (Pará), el fotógrafo murió en un accidente: estaba experimentando con un generador de oxígeno que había inventado para su trabajo como dentista cuando el artificio explotó.

En la actualidad, uno de los nombres más populares entre los antiguos fotógrafos italianos es Vincenzo Pastore (1865-1918), quien mantuvo varios estudios de fotografía en São Paulo desde 1894 y, durante algunos años, en Potenza y Bari (Italia). Su obra más famosa es una serie de imágenes de trabajadores urbanos tomadas en las décadas de 1900 y 1910, actualmente patrimonio del Instituto Moreira Salles (IMS). Pero no siempre fue así. Estas imágenes, guardadas en una caja de zapatos, permanecieron olvidadas durante casi todo el siglo XX y solo alcanzaron su notoriedad actual gracias a la donación que el pianista Flavio Varani, nieto del fotógrafo, realizó al IMS en 1996.

Las fotografías muestran a lustrabotas, lavanderas y porteadores circulando por la ciudad, que empezaba a modernizarse y a crecer. El conjunto presenta una particularidad: en su época, las fotografías no se comercializaban, sino que se estampaban en trozos de papel fotográfico y quedaban expuestas en las paredes de su atelier en São Paulo. Pastore era conocido como retratista y tuvo un gran éxito comercial, según la historiadora Fabiana Beltramim, investigadora de estudios visuales y autora del libro Entre o estúdio e a rua: A trajetória de Vincenzo Pastore, fotógrafo do cotidiano [Entre el estudio y la calle. La trayectoria de Vincenzo Pastore, fotógrafo de la vida cotidiana] (Edusp, 2016). La obra se basa en la tesis doctoral que defendió el año anterior en el Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP).

“Estas imágenes no forman parte de una tradición que retrataba el exotismo y la esclavitud de Brasil para satisfacer la curiosidad de los turistas extranjeros”, dice Beltramim. La investigadora sostiene que Pastore, en sus fotografías de trabajadores liberados de la esclavización e inmigrantes europeos tomadas después de la abolición de la esclavitud, abundó en un estilo conocido en Italia como arte per via (arte callejero), que muestra a las personas en sus quehaceres cotidianos. Según Beltramim, las escenas urbanas de Pastore movilizan esta tradición de un repertorio visual de tipos y costumbres, pero a él le interesaban las contradicciones de la vida urbana en São Paulo. “Estaba atento a la sociabilidad de las clases populares, que hacían de la calle su ámbito de vida y de trabajo. Y comprendía las ambigüedades de nuestra modernidad. Por su mirada atenta al trabajo informal, le puse el mote de ‘fotógrafo de la vida cotidiana’”, dice.

Guido Boggiani / Sistema Museale Dell'università Degli Studi di Firenze Índia Caduveo (Mbayá), imagen sin fecha tomada por Guido Boggiani en Mato Grosso do SulGuido Boggiani / Sistema Museale Dell'università Degli Studi di Firenze

En algunos otros estados, los registros son más abundantes. Es el caso de Rio Grande do Sul, según la historiadora del arte Zita Rosane Possamai, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS). En la misma época, los italianos también ocupaban un lugar destacado en las imágenes urbanas de otra capital que se modernizaba: Porto Alegre. Con el cambio de siglo, surgió cierta rivalidad entre el fotógrafo italiano Virgilio Calegari (1868-1937) y Jacintho Ferrari (?-1935), hijo de italianos. Calegari – quien aparece en el libro editado por Raponi y Marçal – registró las transformaciones que vivió la ciudad en la primera década del siglo XX, cuando los antiguos bloques de edificaciones coloniales dieron paso a la metrópolis republicana.

“Calegari se radicó en Porto Alegre, donde vivió hasta el final de su vida. Acompañó todo el proceso de modernización de la ciudad”, dice Possamai, quien ha publicado varios artículos sobre la obra del fotógrafo. “Por esa razón, él plasmó en su obra una mirada que refleja esta metamorfosis. Sus imágenes contienen elementos nuevos, como los desembarcos en el muelle del puerto, que remiten a la presencia de la multitud, una novedad en aquel entonces”. El resultado es el álbum Porto Alegre, realizado entre 1908 y 1912. Según Possamai, el autor se inspiró en otros conjuntos de imágenes urbanas de la época: en su biblioteca había un álbum sobre Nueva York. “Virgilio Calegari y Jacintho Ferrari eran los dos principales fotógrafos de la ciudad. Competían por los clientes, de la clase dominante principalmente, que tenían recursos para contratarlos”, comenta Possamai.

También era italiano uno de los primeros fotógrafos de los que se tiene registro en Porto Alegre. Se trata de Luís Terragno (1831-1891), un genovés que se instaló en la capital en 1853 y recorrió varias ciudades de la entonces provincia de São Pedro. Además de registrar imágenes, Terragno estudió los procesos químicos de la fotografía e incluso llegó a crear una emulsión a partir de la mandioca, el sulfomandiocato de hierro. Y trató de adaptar las técnicas fotográficas a las condiciones climáticas de Brasil, según Marçal.

El fotógrafo fue el autor de las imágenes del emperador Pedro II (1825-1891) y de su yerno, Gastão de Orléans, el conde d’Eu (1842-1922), vestidos de gauchos. Las fotografías, de corte promocional, fueron tomadas en 1865, durante el paso del ejército brasileño por Rio Grande do Sul camino a la Guerra del Paraguay (1864-1870). En ese momento, Terragno le habría solicitado permiso al emperador para acompañar a las tropas al frente y registrar las batallas. Como a todos los demás fotógrafos, su petición le fue denegada. “Como gran promotor de la fotografía, el emperador era muy consciente del poder de las imágenes y no quería que quedara ningún registro del conflicto”, dice Marçal.

Italianos detrás da cámara también destaca la producción de imágenes de dos autores más conocidos por su trabajo en otro campo. Se trata de Ermanno Stradelli (1852-1926) y Guido Boggiani (1861-1902), quienes realizaron trabajos etnográficos en el siglo XIX. El primero fue objeto de la tesis doctoral de Raponi, defendida en el Departamento de Letras Modernas de la FFLCH en 2018.

Ermanno Stradelli / Archivo Fotográfico Della Società Geografica ItalianaGente do tuxaua Antonio (Apurinã) y maloca do Marané (1889), fotografía realizada por Ermanno Stradelli en AmazonasErmanno Stradelli / Archivo Fotográfico Della Società Geografica Italiana

Stradelli, nacido en el seno de una familia acomodada de Piacenza, fue influenciado por la mentalidad romántica de su época, que le infundió el gusto por las exploraciones. Se interesó por las tradiciones y cosmologías de los pueblos indígenas de la Amazonia y organizó, incluso sin apoyo institucional, expediciones que perseguían tanto objetivos geográficos – cartografiar los ríos, por ejemplo – como antropológicos. Su obra más conocida es el diccionario Vocabulário português-nheengatu – Nheengatu-português, un idioma desarrollado a partir de las lenguas indígenas y ampliamente hablado en el Brasil colonial. Fue publicada póstumamente, en 1929, en la Revista do Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro. Desde 2014, el libro forma parte del catálogo de Ateliê Editorial. El antropólogo, historiador y folclorista Luís da Câmara Cascudo (1898-1986), decía que dicha obra era “una verdadera enciclopedia amazónica”. Para Raponi, el interés manifiesto de Cascudo, que lo llevó a publicar el libro Em memória de Stradelli (Livraria Clássica, 1936), fue lo que mantuvo vivo el recuerdo del fotógrafo explorador.

El piamontés Boggiani, por su parte, era un reconocido pintor en Italia, donde vivió hasta los 27 años. Amigo del escritor Gabriele d’Annunzio (1863-1938), fue incitado por el mismo espíritu aventurero de Stradelli a viajar a Sudamérica sumándose a expediciones que exploraron el norte de Argentina, Paraguay y el oeste de Brasil. Tomó fotografías y escribió sobre las etnias Chamacoco y Kadiwéu, lo que le valió ser citado por el antropólogo Darcy Ribeiro (1922-1997), quien llevó a cabo estudios etnográficos en la misma región.

Como contaba con tecnologías de revelado más avanzadas que las de Stradelli, Boggiani pudo realizar retratos notables, sobre todo porque captan aspectos singulares de sus modelos, que parecen hallarse a gusto frente a la cámara, particularmente las mujeres, dice Raponi. Su avezada mirada como pintor realzaba elementos tales como la pintura facial y corporal y los vestidos femeninos. En algunas de sus imágenes, los indígenas sonríen, algo que no era habitual en los retratos del siglo XIX.

Pese a esa complicidad y quizá debido a ella, Boggiani tuvo una muerte temprana, violenta y misteriosa. Sus restos mortales fueron hallados en la región del Chaco paraguayo en 1904, con el cráneo destrozado y su cámara fotográfica enterrada a cierta distancia. El motivo del asesinato a manos de los indígenas que tanto lo habían fascinado no pudo esclarecerse. “Hay varias especulaciones, que van desde un episodio de celos por haberse involucrado con mujeres indígenas hasta una reacción ante la propia cámara fotográfica, por su poder de ‘robar el alma’”, dice Raponi.

El acceso aún limitado a las fotografías ayuda a explicar la queja de Chiavari al respecto de la escasez de estudios históricos sobre los fotógrafos italianos en Brasil. Las imágenes sobrevivientes de Stradelli se conservan en el Archivo Fotográfico de la Sociedad Geográfica Italiana. Las de Boggiani se encuentran en colecciones europeas, tanto públicas como privadas. Según señala Possamai, muchas de las fotografías de Terragno, Calegari y Ferrari forman parte de colecciones privadas en Rio Grande do Sul.

Marçal espera que puedan encontrarse otras imágenes en poder de sus herederos. Recuperarlas sería una manera de reescribir la historia de los italianos que se radicaron en Brasil. “Vean lo que ha ocurrido con Pastore: cuando sus descendientes donaron sus fotografías, se convirtió en un monumento”, concluye el historiador.

Libros
ANDRADE, J. M. F. y RAPONI, L. Italianos detrás da câmera: Trajetórias e olhares marcantes no florescer da fotografia no Brasil. São Paulo: editorial Unesp, 2022.
BELTRAMIM, F. Entre o estúdio e a rua: A trajetória de Vincenzo Pastore, fotógrafo do cotidiano. São Paulo: Edusp, 2016.
RAPONI, L. (coord.) A única vida possível: Itinerários de Ermanno Stradelli na AmazôniaSão Paulo: editorial Unesp, 2016.

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