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TRAYECTORIAS

Bajo los reflectores

La capacidad de expresarse en público puede ser de ayuda para el desarrollo de la carrera científica

Carreiras-246_Ilustra-final_SiteDaniel AlmeidaLa presentación de los resultados de una investigación científica en las reuniones de departamento de la universidad, seminarios o conferencias forma parte del calendario de actividades de la mayoría de los posgraduandos. De todos modos, expresarse en público puede resultar un desafío para muchos investigadores. No es raro que las presentaciones se basen en gráficos que a primera vista resultan confusos y diapositivas con textos extensos y herméticos que podrían comprometer la calidad de la presentación, así como la comprensión de su contenido ante la audiencia. El aprendizaje para llevar a cabo una presentación buena y equilibrada, ya sea ante colegas de una misma área o para el público en general, aporta valor al trabajo y puede resultar de importancia para el desarrollo de la carrera del investigador.

Una buena oratoria en público requiere práctica, opina el biólogo y comunicador científico Atila Iamarino, posdoctor, titulo otorgado por el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP) y presentador del canal Nerdología, en YouTube, donde presenta debates científicos y temáticas de la cultura pop. Una buena forma de prepararse consiste en dedicarse a divulgar sus trabajos fuera del ambiente académico, por medio de textos en blogs, videos o podcast. “Eso podría ayudar a los investigadores a contar con mayor desenvoltura a la hora de hablar sobre aquello en lo que están trabajando ante un público más especializado”, sugiere. Otra posibilidad, según él, radica en el estudio de conferencias tales como las TED Talks y podcast tales como el This Week Virology, que presentan temas científicos en forma amena.

“Una forma de realizar una buena presentación no es más que relatar una historia, con un comienzo, un nudo y una conclusión”, sostiene Mauro de Freitas Rebelo, del Instituto de Biofísica Carlos Chagas Filho en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Además de presentarse en eventos científicos como investigador, Rebelo también se desempeña como divulgador científico. Según él, para lograr atenuar el nerviosismo y la ansiedad, en algunos casos se puede iniciar la presentación con el relato de una breve anécdota. “Siempre apelo a contar una historia personal y, entonces, pongo a la ciencia en el medio”.

También resulta fundamental ubicar el contenido de la presentación dentro de un contexto más amplio de investigación, haciendo hincapié en su importancia para el área antes de introducirse en el contenido que va a presentarse.

Para que eso funcione, explica la psicóloga Ana Arantes, del Laboratorio de Aprendizaje Humano, Multimedia Interactiva y Educación Informatizada de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), es importante que el científico se prepare con antelación y conozca cuál es el público ante el cual va a exponer. “SE necesita establecer previamente el objetivo de la presentación: definir un concepto, explicar un método o presentar algunos datos”, recomienda. “A partir de allí, puede definirse la mejor manera de transmitir el mensaje”.

De modo general, es recomendable que las presentaciones sean breves, con una duración máxima de 20 minutos. Hoy en día, según Iamarino, existen en internet varias plataformas que pueden ayudarles a los investigadores a elaborar una presentación visualmente dinámica y con apariencia amigable. Ese es el caso de Keynote y de Prezi, ejemplos de software que permiten la creación de presentaciones más atractivas. “Algunos de los preceptos básicos a tener en cuenta para la elaboración de una presentación son: evitar animaciones y textos extensos, tener cuidado con los colores y el tamaño de la fuente, por ejemplo”, concluye.

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