El aceite de las semillas de la Moringa oleifera, un árbol originario de la India y común en el nordeste de Brasil, podría utilizarse para la producción de biodiésel, y el extracto de sus hojas, para la producción de aditivos antioxidantes que retardan la degradación química del combustible. Tal es la conclusión a la que arribaron investigadores de la Universidad Federal de Uberlândia (UFU), en Minas Gerais. En un estudio publicado en la edición del 15 de abril de la revista Fuel, los científicos elaboraron biodiésel de moringa con propiedades fisicoquímicas dentro de las especificaciones de los organismos regulatorios. El biodiésel de moringa presentó una estabilidad oxidativa superior a la de la mayoría de los combustibles que se producen en el país. La estabilidad oxidativa alude al período en que el combustible logra mantener ciertas propiedades antes de degradarse. Esa reacción química, denominada oxidación, conduce a la producción de compuestos que pueden corroer las piezas del motor y obstruir el sistema de inyección. Así, cuanto más demora un combustible en oxidarse, mejores son su calidad y su eficiencia. En el estudio, los investigadores agregaron un extracto de la hoja del árbol a las muestras de biodiésel elaborado con soja, maíz, colza y girasol. Con ello se elevó la estabilidad oxidativa de esos combustibles. “Nuestros resultados evidencian el potencial antioxidante del extracto de las hojas de la M. oleifera como aditivo para el biodiésel”, dice el químico Rodrigo Muñoz, principal autor del estudio.
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