El zumo de sisal, que se descarta en el proceso de producción de fibras, sogas e hilos que se emplean para fines agrícolas o náuticos, está siendo utilizado por investigadores de Embrapa Agroindustria de Alimentos, estatal con sede en Río de Janeiro, y Embrapa Agroindustria Tropical, de Fortaleza, en el estado de Ceará, para la producción de celulosa bacteriana. Algunas especies de bacterias, tales como la Acetobacter xylinum y la Gluconacelobacter hansenii, que se hallan en las frutas en descomposición, cuando se las cultiva en un ambiente propicio son capaces de producir la celulosa. Al ser inerte, biodegradable y con alta capacidad de absorción de líquidos, el biopolímero puede utilizarse en la industria del alimento, de cosméticos, textil, de pinturas y, principalmente, en el área biomédica, como auxiliar en el proceso de reconstitución de la piel en casos de quemaduras o heridas. La investigación con el jugo de sisal derivó en la producción de 4 gramos de celulosa bacteriana por litro, algo considerado un buen resultado por los investigadores. Pero para mejorar la escala y transformar al biopolímero en un producto comercial, todavía se necesita evaluar varios factores, tales como la temperatura y la fuente más adecuada de nitrógeno, que resultarán en un medio de cultivo ideal para las bacterias. La película, similar a un filme plástico, ya fue probada para su utilización en envases de alimentos, principalmente para quesos de los tipos brasileños coalho y frescal.
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