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POLÍTICAS PÚBLICAS

Brasil invierte primero en un programa de viviendas

La iniciativa habitacional prevé que las personas en situación de calle deben contar en primera instancia con un lugar para vivir antes de tener acceso a los servicios de atención psicosocial y de calificación laboral

Uno de los núcleos de viviendas transitorias de la alcaldía de São Paulo

Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP

Creado en la década de 1990 por el psicólogo estadounidense Sam Tsemberis, de la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla), el programa Vivienda Primero fue adoptado por las alcaldías de las ciudades estadounidenses durante ese decenio para acoger a personas con problemas de salud mental que vivían en las calles. Al pasar el tiempo, dicha iniciativa empezó a incluir a otras personas sin techo. Este tipo de programas prevé que el primer paso para sacar a alguien de la calle es ofrecerle una vivienda. A partir de la interlocución con investigaciones y experiencias realizadas en el exterior, el “Plan Calles Visibles” de Brasil, dirigido a la población en situación de calle, tiene como una de sus principales apuestas un programa dentro de la línea de Vivienda Primero, denominado Vivienda Ciudadana. “Las ciudades ahora pueden registrarse para presentar sus proyectos y acceder a líneas de financiación”, informa Roberto Rocha Coelho Pires, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea), qur actualmente asesora al Ministerio de Derechos Humanos y Ciudadanía (MDHC).

El “Plan Calles Visibles” fue lanzado por el gobierno federal brasileño en 2023 para poner en práctica medidas de asistencia social, salud, ciudadanía, educación, vivienda, trabajo e ingresos, previstas por la Política Nacional para la Población en Situación de Calle. La antropóloga Taniele Cristina Rui, de la Universidad de Campinas (Unicamp), explica que históricamente las iniciativas nacionales destinadas a la población que habita en la calle prevén el acceso a la política de vivienda como última etapa de un largo proceso, en el que primero es necesario encontrar un trabajo, dejar las drogas y el alcohol y restablecer los vínculos familiares. “Sin embargo, los estudios y experiencias realizados en diversos países muestran que es necesario invertir el camino. Con la garantía de un lugar en donde vivir, el individuo se estabiliza y los servicios de atención psicosocial, las calificaciones laborales y educativas funcionan mejor”, alega la antropóloga.

Con graduación en derecho y administración pública, Juliana Reimberg realiza su doctorado en la Cardiff Business School, en el Reino Unido, y explica que, en los programas del tipo Vivienda Primero, el individuo puede vivir en un lugar privado donde tiene, por ejemplo, autonomía para cocinar y libertad para ir y venir. “Es una situación diferente al modelo de centros de albergue que está actualmente vigente en Brasil”, compara. Esto se debe a que estas estructuras pueden recibir hasta a 50 personas en cada dormitorio, tienen horarios de entrada y salida restringidos y le ofrecen comida preparada a quienes allí residen, comprometiendo su autonomía. Además, existen pocos albergues en condiciones de recibir familias, por lo que muchas veces es necesario separar a los niños de sus padres. “La gente entra en ese tipo de servicios y no puede más salir. En mi investigación conocí personas que estaban hacía 10 años en los centros de albergue. El modelo actual no proporciona resultados eficaces”, afirma Reimberg.

La investigadora estudió la situación de las mujeres en albergues en São Paulo durante su maestría, defendida en 2023 en el Centro de Estudios de la Metrópolis de la Universidad de São Paulo (CEM-USP). Del total de 3.600 mujeres en situación de calle, según el censo municipal de 2021, 1.700 se encontraban ese año en centros de albergue, de acuerdo con Reimberg. En el estudio, la investigadora identificó que muchas de estas mujeres fueron enviadas a albergues luego de sufrir violencia doméstica y no necesariamente porque estaban en la calle. “Algunas nunca han pasado ni un día durmiendo en un espacio público”, comenta. En el caso de las madres que viven en albergues con sus hijos, enfrentan grandes dificultades para conseguir trabajo, ya que muchos de esos espacios no permiten que los niños estén solos allí. “Para incentivar a las madres a obtener alguna fuente de ingresos, algunos centros de albergue han comenzado a permitir que otra mujer cuide a los niños durante algunas horas”, relata.

Brianna Soukup / Portland Press Herald via Getty ImagesUna persona mayor en un departamento del programa Vivienda Primero de la ciudad de Portland, en Estados UnidosBrianna Soukup / Portland Press Herald via Getty Images

Con una reflexión similar, Rui cita el ejemplo de las mujeres embarazadas en situación de calle que, tras dar a luz en el hospital, pierden la custodia de sus hijos. “Como la calle no es un lugar adecuado para un recién nacido, éste es trasladado al servicio de albergue, si es que no hay nadie en la familia que lo adopte”, explica la antropóloga. Por tal motivo, ella aboga por el desarrollo de diferentes modelos de albergues para personas sin hogar que contemplen, por ejemplo, la posibilidad de que las mujeres embarazadas permanezcan allí unos meses con sus bebés tras dar a luz. “La trayectoria de estas mujeres suele estar signada por las sucesivas pérdidas de la custodia de sus hijos, lo que puede tener efectos devastadores en su salud mental”, sostiene Rui, quien coordina el grupo de investigación Maternidades Violadas, financiado por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq).

Los programas del tipo Vivienda Primero constituyen ahora un elemento central de las acciones dirigidas a las personas sin hogar en algunas partes de Europa. El documento elaborado en 2016 por un equipo de investigadores y responsables de políticas públicas de 13 países europeos, entre ellos el Reino Unido, España y Finlandia, presenta los resultados de algunas de estas iniciativas. En 2013, el 70 % de los usuarios de servicios en Ámsterdam, Países Bajos, por ejemplo, redujo su consumo de drogas, mientras que el 89 % relató mejoras en su calidad de vida. Ese mismo año, en el programa Casas Primero, de Lisboa, el 80 % de los participantes informó una disminución en su nivel de estrés.

Inspirándose en estas experiencias, en junio de 2022, la ciudad de São Paulo creó un programa de viviendas transitorias que ofrece unidades de vivienda modulares para acoger a habitantes en situación de calle. La trabajadora social María Caetano, coordinadora del Núcleo de Desarrollo Social de la alcaldía paulistana, explica que la prioridad del proyecto consiste en atender a familias con niños menores de 6 años y con ancianos, así como a mujeres víctimas de violencia doméstica.

Para solicitar el ingreso al programa, primero es necesario recuperar la autonomía para realizar tareas de la vida diaria, como cocinar, además de tener a los niños vacunados e inscritos en la escuela, entre otros requisitos. Las personas seleccionadas podrán permanecer hasta dos años en las viviendas transitorias, con posibilidad de prórroga según la evaluación del equipo técnico. Durante este lapso de tiempo participan en cursos de capacitación y pueden ser incluidas en el Programa Operación Trabajo (POT), con posibilidad de dedicarse a actividades administrativas, agrícolas y de cuidado de calles y plazas, entre otras funciones. El objetivo es prepararlas para lograr una plena autonomía, incluida la económica, al final de su período de vivencia en la iniciativa.

Reimberg considera positiva la idea, pero acota: “A diferencia de los proyectos de Vivienda Primero, que funcionan como residencia permanente, el programa de São Paulo inicialmente establece un plazo para que las personas salgan del lugar. Creo que dos años es un período de tiempo muy corto como para reorganizar una vida”, sostiene.

Proyectos
1.
Los efectos duraderos de la pandemia de covid-19 en la vida de las familias vulnerables en Brasil: apuntes para pensar la desigualdad, las políticas públicas y el cotidiano (nº 22/03051-4); Modalidad Ayuda de Investigación ‒ Proyecto Inicial; Investigadora responsable Taniele Cristina Rui (Unicamp); Inversión R$ 201.592,66.
2. Centro de Estudios de la Metrópolis (CEM) (nº 13/07616-7); Modalidad Centro de Investigación, Innovación y Difusión (Cepid); Investigador responsable Eduardo Cesar Leão Marques; Inversión R$ 21.556.283,69.
3. Institucionalizados: entre calles, manicomios, cárceles y albergues (nº 17/24602-0); Modalidad Ayuda de Investigación ‒ Regular; Investigadora responsable Taniele Cristina Rui (Unicamp); Inversión R$ 5.856,00.

Artículos científicos
SEGATTO, C. I. et al. Inequalities and the Covid-19 pandemic in Brazil: Analyzing un-coordinated responses in social assistance and education. Policy and Society. v. 41, n. 2, p. 306-20. jun. 2022.

Documentos
NATALINO, M. y CARVALHO, A. A população em situação de rua nos números do Cadastro Único. Río de Janeiro: Ipea, 2024.
NATALINO, M. Estimativa da população em situação de rua no Brasil (2012-2022). Ipea, 2023.
The 2023 Annual Homelessness Assessment Report (AHAR) to Congress, The U.S. Department of Housing and Urban Development, 2023.
Housing First Peer review in social protection and social inclusion. Bélgica: European Programme for Employment and Social Innovation, 2016.

Libro
ARBIA, A. A. et al. (comp.). Atendimento à população em situação de rua: Reflexões e práticas no Brasil e na Europa. Juiz de Fora: editorial UFJF/Selo Serviço Social, 2023. (No se traduce “Sello Servicio Social”??).

Capítulos de libro
FREHSE, F. The historicity of the refiguration of spaces under the scrutiny of the pre-Covid São Paulo homeless pedestrians. En: MILLION, A. C. et al. (ed.). Spatial transformations. Oxford: Routledge, 2021.
FREHSE, F. “On the spatialities of the homeless’ street in Covid-19” – São Paulo. En: LEPIK, A. y TALESNIK, D. (ed.). Who’s next? Homelessness, architecture and cities. Múnich: Architangle, 2021.

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