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Energía

Centrales solares flotantes

Plantas instaladas en lagos y represas se erigen como alternativas sostenibles con la mira puesta en incrementar la generación de electricidad en Brasil

Los paneles fotovoltaicos de la mayor usina solar flotante de Europa, en funcionamiento desde 2019 en Piolenc, en el sur de Francia

Gerard Julien / AFP via Getty Images

La capacidad instalada de generación de energía con paneles solares fotovoltaicos representa alrededor de un 11 % de la matriz eléctrica brasileña. Este porcentaje tiene un gran potencial de crecimiento con la instalación de estos sistemas en techos, galpones, terrenos y plataformas sobre superficies acuáticas. Un estudio realizado en el país muestra que, si se cubrieran tan solo el 1 % de los cuerpos de agua de los embalses artificiales con centrales solares instaladas sobre bases flotantes, ello le permitiría a Brasil generar la suficiente energía eléctrica limpia y renovable como para cubrir un 16 % del consumo de electricidad del país. Esto equivale al suministro proporcionado por la central hidroeléctrica de Itaipú, la segunda en tamaño en el mundo.

La generación eléctrica no es el único beneficio que proporcionan los llamados sistemas fotovoltaicos flotantes, lo que en la jerga de los expertos locales se conoce por las siglas SFVF. También son capaces de reducir la evaporación del agua de las represas, transformándose en un refuerzo hídrico para aquellas localidades que no tienen asegurado el abastecimiento, como la región del semiárido brasileño en el nordeste del país.

Estas constataciones estuvieron a cargo del equipo del Programa de Planificación Energética (PPE) del Instituto Alberto Luiz Coimbra de Posgrado e Investigación en Ingeniería, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Coppe-UFRJ). Dos artículos con los resultados de estos trabajos se publicaron en revistas científicas internacionales. El estudio del potencial técnico de generación de electricidad mediante SFVF salió publicado en la edición de enero de 2022 de la revista Renewable Energy.

El otro trabajo, centrado en la capacidad de los SFVF para evitar la evaporación del agua en los embalses del semiárido, fue presentado inicialmente como tesis doctoral defendida en el PPE por la ingeniera agrónoma Mariana Padilha Campos Lopes, bajo la supervisión de Marcos Aurélio Vasconcelos Freitas y David Castelo Branco, ambos del Coppe. Posteriormente, un artículo con los resultados de la tesis se publicó en el Journal of Cleaner Production, en noviembre de 2020.

“Cualquier tipo de cobertura sobre el agua interfiere en las variables que generan la evaporación, tales como la incidencia directa de la radiación solar sobre la superficie, la velocidad del viento y la temperatura ambiente”, explica Padilha Campos Lopes. “Los SFVF, además de reducir la evaporación, generan energía que puede utilizarse para alimentar bombas de agua y sistemas de riego o incluso para inyectar energía en la red de distribución”.

El trabajo de la investigadora utilizó como estudio de caso las 618 represas de la cuenca de Apodi-Mossoró, en Rio Grande do Norte, donde anualmente se evapora, en promedio, el 45 % de la capacidad volumétrica de los embalses. Esto lleva a que las represas periódicamente alcancen volúmenes considerados críticos, lo que obliga a los gestores públicos a transportar agua de otras localidades mediante camiones cisterna para el abastecimiento local.

Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

La instalación de SFVF tan solo en la superficie ocupada por el volumen muerto de las represas de la cuenca de Apodi-Mossoró sería suficiente como para cubrir la demanda de energía eléctrica de 1,33 millones de hogares, es decir, podría abastecer holgadamente a la totalidad de los habitantes del estado de Rio Grande do Norte, con sus 1,23 millones de viviendas. El volumen muerto es la reserva de agua más profunda, cuyo nivel se encuentra por debajo de las tuberías de captación. El estudio señaló que el agua ahorrada anualmente ascendería a 20,6 millones de metros cúbicos (m3), unas tres veces el volumen de la laguna Rodrigo de Freitas, de Río de Janeiro. Si las centrales solares cubrieran el 50 % de la superficie de las represas de la cuenca de Apodi-Mossoró, la generación de energía sería suficiente para abastecer a 5 millones de hogares y el agua ahorrada llenaría 13 veces la laguna Rodrigo de Freitas.

La tecnología empleada en los SFVF no difiere de la utilizada en las centrales en tierra o en los sistemas instalados en techos y galpones, que se han vuelto comunes en todo el país, excepto por la necesidad de montar los paneles sobre una plataforma flotante y fijarla mediante un sistema de anclaje (véase la infografía). La Empresa de Investigación Energética (EPE, por sus siglas en portugués) del Ministerio de Minería y Energía (MME) publicó en 2020 una nota técnica: “Expansión de la generación – Solar fotovoltaica flotante”, en la que calcula que los flotadores y el sistema de anclaje pueden representar un adicional de un 25 % sobre los costos de instalación de una central fotovoltaica en tierra. Cuando se tienen en cuenta todos los factores implicados –entre ellos el valor de adquisición y adecuación de un predio para la instalación de una central en tierra– la EPE estima que los sistemas flotantes implican un costo un 18 % superior.

En la misma nota técnica, la EPE también informa que los sistemas flotantes pueden ser más eficientes en la generación de energía. Las celdas de silicio de los paneles fotovoltaicos pierden eficiencia con el aumento de la temperatura. La instalación de los módulos sobre el agua permite una temperatura operativa entre un 5 % y un 20 % inferior a la registrada en tierra, dependiendo del clima de cada región. Sin embargo, los expertos internacionales en la materia no han arribado a un consenso en cuanto al volumen del incremento de la eficiencia. Los estudios experimentales muestran resultados diferentes, que van desde beneficios irrelevantes hasta resultados superiores a un 20 %. Las estimaciones más corrientes apuntan ganancias que van de un 9 % a un 15 %.

El geógrafo Vasconcelos Freitas, del Coppe, juzga que el costo de la inversión inicial frena un avance mayor de los SFVF en el país. “Las usinas flotantes tienen un gran potencial, pero todavía no marcan tendencia entre los inversores”, dice. “Brasil dispone de grandes áreas para la implementación de centrales fotovoltaicas en tierra, una operación ya conocida y probada”. Otro obstáculo radica en que aún no existen estudios sobre el impacto de los SFVF sobre los ecosistemas acuáticos en el país, como así tampoco sobre los procedimientos de licencia y permisos establecidos por la Agencia Nacional de Aguas (ANA) para el uso de los espejos de agua con fines de generación de energía.

A nivel mundial, la generación eléctrica procedente de los SFVF alcanzó en 2020 los 2,6 gigavatios pico de potencia (GWp), un valor que representa el pico de producción, es decir, la generación máxima de energía de las centrales en el momento de máxima insolación. Este dato forma parte de una recopilación realizada por los autores del artículo publicado en Renewable Energy. Los países en donde el uso de esta tecnología está más difundido son Japón y Corea del Sur, debido a su escasa disponibilidad de superficie terrestre para la instalación de centrales, y China, que utiliza el sistema flotante principalmente sobre los espejos de agua de las represas mineras. En países tales como Australia, España, India, Irán, Jordania, Chile y Estados Unidos, la inversión en este sistema prioriza las regiones áridas y semiáridas con el propósito de reducir la evaporación del agua y aumentar la seguridad hídrica. Otro país donde ya se emplea este sistema es Portugal.

Brasil presenta un potencial prometedor para la instalación de SFVF, según Padilha Campos Lopes, dada la variedad y cantidad de cuerpos de agua disponibles en su territorio. Hay unos 241.000 cuerpos de agua catalogados por la ANA, entre los embalses de las centrales hidroeléctricas, lagos, lagunas, embalses, represas, ríos y cuencas. Los cuerpos de agua artificiales, incluidos en el estudio del Coppe, suman 174.500, entre las represas de las hidroeléctricas, los estanques de las pequeñas usinas hidroeléctricas y otros reservorios de agua para riego y consumo humano. Como no son reservas naturales, sino creadas por el hombre, su utilización presenta un impacto ambiental menor.

Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

El estudio consideró que la instalación de paneles solares sobre el 1 % de la superficie de los cuerpos de agua artificiales, que correspondería a una superficie de 45.500 kilómetros cuadrados (km2), generaría 79.377 gigavatios hora (GWh) de electricidad por año, procedentes de una potencia instalada de 43.276 megavatios pico (MWp). Ello representaría alrededor de un 12,5 % de la generación total de electricidad en Brasil, mientras que Itaipú provee el 12,7 %. La energía generada con los SFVF sería suficiente como para abastecer a unos 41 millones de hogares.

Los embalses de las centrales hidroeléctricas son los principales espejos de agua artificiales disponibles para la instalación de usinas fotovoltaicas. Según el estudio, por sí solos representan el 73 % del potencial total del país. Vasconcelos Freitas pone de relieve que estas represas cuentan con una ventaja competitiva importante para los proyectos SFVF, ya que la generación conjunta, hidroeléctrica y solar podría aportar sinergias, como el uso compartido de la red de transmisión de energía.

Para Rodrigo Sauaia, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (Absolar), las usinas flotantes tienen características interesantes, principalmente el aprovechamiento de áreas inundadas, lo que reduce la demanda de terrenos, una mayor eficiencia en la generación y la disminución de la evaporación en los reservorios. “Esta sumatoria de atractivos despierta el interés de los inversores. Tenemos varios asociados buscando información”, dice.

Según Sauaia, lo que les faltaba a los SFVF era una regulación adecuada, que llegó con la Ley nº 14.300, de enero de 2022. Entre otras definiciones, esta legislación ha incluido a las centrales flotantes en la misma categoría de las micro y minigeneradoras de energía (hasta 5 MW) y extendió a ellas los beneficios fiscales del Régimen Especial de Incentivos para el Desarrollo de Infraestructura (Reidi).

En noviembre, la capacidad de generación de energía solar en Brasil alcanzó los 22 gigavatios (GW) sumando las centrales de gran porte en tierra, que aportan 7 GW, y los sistemas de generación propia en tejados, sobre galpones y en predios pequeños, que proporcionan otros 15 GW. “La generación solar es la que más ha crecido en el país y las centrales flotantes fotovoltaicas ofrecen un gran potencial para expandir aún más la generación de energía renovable”, dice Sauaia.

La experiencia brasileña
La primera central flotante comercial de Brasil se construirá en Fernando de Noronha

Gerard Julien / AFP via Getty ImagesUna de las centrales flotantes experimentales brasileñas, en el embalse de la central hidroeléctrica de Sobradinho, en BahíaGerard Julien / AFP via Getty Images

El país solamente cuenta con usinas fotovoltaicas flotantes experimentales. La compañía Centrais Elétricas Brasileiras (Eletrobras) mantiene una generación de 5 megavatios (MW) en la central hidroeléctrica de Balbina, en el estado de Amazonas, y una generación de 1 MW en el embalse de la usina hidroeléctrica de Sobradinho, en el estado de Bahía. En tanto, la empresa Cesp (Companhia de Energia de São Paulo) produce 50 kilovatios (kW) en su central de Rosana, en São Paulo.

En el archipiélago de Fernando de Noronha, en Pernambuco, el grupo empresario Neoenergia y la empresa Companhia Pernambucana de Saneamento (Compesa) anunciaron en octubre del año pasado la construcción de una usina fotovoltaica flotante en el espejo de agua de la represa de Xaréu, una superficie de 4.900 m2. Se estima que el sistema proveerá una generación anual de 1.238 megavatios hora (MWh) y suministrará más del 40 % del consumo de energía eléctrica en la isla. El cambio de la generación térmica por la solar supondrá una disminución de 1.600 toneladas de dióxido de carbono (CO2) anuales de emisiones en Fernando de Noronha. La inversión estimada es de 10 millones de reales.

Según Ana Christina Mascarenhas, superintendente de eficiencia energética de Neoenergia, la instalación de la central en la represa de Xaréu, responsable de alrededor de un 25 % de la provisión de agua de la isla, es importante por lo limitado de las tierras disponibles para la instalación de sistemas fotovoltaicos en Fernando de Noronha. “La posibilidad de evitar la evaporación y retener el agua en el embalse también ha influido para esta decisión, pese a no haber sido el motivo principal”, dice Mascarenhas.

Artículos científicos
LOPES, M. P. C. et al. Technical potential of floating photovoltaic systems on artificial water bodies in Brazil. Renewable Energy. 18 ene. 2022.
LOPES, M. P. C. et al. Water-energy nexus: Floating photovoltaic systems promoting water security and energy generation in the semiarid region of Brazil. Journal of Cleaner Production. 10 nov. 2020.

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