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Centros multinacionales brasileños

DANILO ZAMBONISi las multinacionales extranjeras han traído sus centros de investigación y desarrollo a Brasil, multinacionales brasileñas también están haciendo el camino inverso – aunque todavía de manera tímida y limitada –, al abrir unidades de I&D en el exterior. Para comprender las dimensiones de este fenómeno, es necesario recordar que el proceso de internacionalización de empresas brasileñas es reciente. Cobró impulso en los años 1990, con la apertura del mercado brasileño a los productos importados, entre 1990 y 1992, y se intensificó en la actual década, según explica Afonso Fleury, docente del Departamento de Ingeniería de Producción de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP) y coordinador del proyecto temático intitulado Gestión empresarial para la internacionalización de empresas brasileñas, financiado por la FAPESP, que concluyó en mayo de este año. “Históricamente, nuestra industria creció bajo el paradigma de la sustitución de importaciones. A partir de la década de 1990, con la apertura del mercado, se produjo una intensificación de la entrada de subsidiarias de multinacionales en el país, lo que ocasionó una depuración de las compañías nacionales. Las que tenían competencia se mantuvieron y se volvieron competitivas”, dice. “Al ser más competitivas, tuvieron que jugar con las multinacionales en los mercados globales, y así se produjo una intensificación del proceso de internacionalización de nuestras empresas.”

Este proceso, destaca el investigador, empezó por los países del Mercosur y de América Latina. En la década de 1990, por ejemplo, alrededor de 300 empresas brasileñas operaban en Argentina. Posteriormente las mismas se esparcieron hacia otros mercados, como el asiático y el norteamericano, en los cuales las posibilidades de aprendizaje son grandes. “Pocas multinacionales brasileñas van a Europa, debido a su postura más proteccionista”, afirma Fleury.

La salida de empresas brasileñas al exterior se vio acompañada en algunos casos por la internacionalización de sus áreas de investigación y desarrollo. Una particularidad de este proceso, subraya Simone Galina, docente de la Facultad de Economía, Administración y Contabilidad de Ribeirão Preto de la USP, consiste en que las multinacionales brasileñas regularmente se instalan en el exterior sólo con unidades de desarrollo de productos (DP), y no precisamente con centros de I&D. “La investigación, cuando existe, se mantiene centralizada en las matrices. Este movimiento – de hacer el desarrollo de los productos en el exterior – es reciente, incluso porque el proceso de internacionalización de las compañías brasileñas también tiene poco tiempo”, destaca la investigadora. Para entender este panorama, es necesario considerar que, en general, las empresas brasileñas, incluso las internacionalizadas, provienen de sectores en los cuales la innovación tecnológica no es la prioridad. “No se caracterizan por ser empresas innovadoras en    tecnología. Por eso los centros de I&D son realmente pocos en Brasil”, afirma.

Simone y la profesora Geciane Porto, también de la USP de Ribeirão Preto, fueron responsables de uno de los siete subproyectos, denominado “Internacionalización de I&D”, en el marco del proyecto temático coordinado por el profesor Fleury. Investigaron pormenorizadamente el proceso de internacionalización de I&D de multinacionales brasileñas, entre ellas la fábrica de carrocerías de ómnibus Marcopolo, la industria de motores eléctricos WEG, la siderúrgica Gerdau, la fábrica de tubos y conexiones Tigre, la empresa de automación industrial Smar y la productora de compresores Embraco, que recientemente fue adquirida por la estadounidense Whirlpool, que fabrica los productos Brastemp y Consul. Con base en este muestreo, procuraron delinear los factores que más influyen en las empresas brasileñas para la internacionalización de sus unidades de desarrollo de productos y las ventajas que adquieren al concretar tal iniciativa.

Un puesto avanzado
Uno de los principales motivos para la apertura de centros de I&D afuera es la posibilidad de tener acceso a recursos tecnológicos inexistentes o de difícil adquisición en Brasil. Éste fue el objetivo de Smar, proveedora de equipos de automación para la industria de azúcar y alcohol, cuya matriz está emplazada en la localidad de Sertãozinho, interior de São Paulo, y que decidió abrir un centro de I&D en Estados Unidos. La demora en la adquisición de componentes electrónicos necesarios para el montaje de sus prototipos era un obstáculo que la empresa enfrentaba en territorio nacional. La internacionalización, que se inició a mediados de los años 1980, cuando uno de sus investigadores se mudó a Nueva  York, permitió que la empresa adquiriese componentes en dicho país y fabricase prototipos allá. “En esa oportunidad, nos dimos cuenta de que necesitábamos tener un puesto avanzado de investigación para tener acceso a las nuevas  tecnologías. Se lo abrió para desarrollar la actividad de I&D junto con las oficinas comerciales y de producción de la empresa en Estados Unidos”, subraya Libânio Carlos de Souza, director de la División de Desarrollo de Smar, empresa que obtuvo una facturación de 80 millones de dólares en 2009. Según él, las tecnologías creadas en el exterior se incorporan a los proyectos de la empresa. “Por ejemplo, utilizamos los chips controladores de comunicación desarrollados en Nueva York en la línea de transmisores y en los controladores de la empresa. Ya hemos suministrado más de dos millones de esos controladores de comunicación al mercado mundial”, afirma. La experiencia en Nueva  York fue tan positiva que la empresa abrió otra unidad de I&D en Houston, Texas. Durante los últimos 15 años, se invirtieron alrededor de 10 millones de dólares en el mantenimiento de ambos centros, que cuentan con ocho empleados, todos brasileños. “La empresa es uno de los mejores ejemplos de internacionalización de I&D de multinacionales brasileñas”, apunta Simone.

Otra situación que lleva a una multinacional brasileña a tener un sector de investigación y desarrollo en el exterior es cuando compra una subsidiaria extranjera que posee un área de I&D. Eso sucedió con la acería Gerdau, empresa líder en producción de aceros largos en Brasil y presente con unidades de producción en    14 países, con una facturación de 30 mil millones de reales en 2009. En 2006, la empresa compró una fábrica en España, que contaba con un departamento de investigación y desarrollo con alrededor de 30 empleados. Para Simone, la existencia del centro de I&D pesó favorablemente para la realización del negocio. “Ese centro de la subsidiaria española acumula conocimiento en todas las etapas del proceso productivo, y además mantiene asociaciones en Europa con automovilísticas o con proveedores de la industria automovilística para el desarrollo y el suministro de productos especiales”, señalaron Simone Galina y Paulo Guilherme Moura en el libro Multinacionais brasileiras, publicado por Artmed Editora. Una situación parecida se dio con Marcopolo, que mantuvo en actividad en su subsidiaria de Colombia el sector de ingeniería de desarrollo para la creación de nuevos productos y el perfeccionamiento de los existentes. La empresa facturó dos mil millones de reales en 2009, y la producción en sus unidades de Brasil y del exterior resultó en 13.007 autobuses.

DANILO ZAMBONITrabajo conjunto
La adaptación de productos para los mercados del exterior en los cuales las subsidiarias actúan también es un motivo relevante para la inversión en un área de I&D afuera. Fue lo que sucedió con la fábrica de motores eléctricos WEG, cuya sede queda en la localidad de Jaraguá do Sul, estado de Santa Catarina, y cuenta con una  subsidiaria en Portugal. Esa unidad no solamente adapta los productos para satisfacer mejor la demanda local, sino que también contempla la necesidad de adecuación a las normas del mercado europeo. El foco de la subsidiaria es una línea especial de motores, de mayor valor agregado. “Nuestra unidad portuguesa tenía la capacidad para fabricar ese tipo de producto y cooperó con la matriz en el desarrollo de una nueva línea de productos para áreas de riesgo”, informó la empresa mediante un comunicado. De acuerdo con la profesora Simone, es ventajoso para WEG, una empresa con una facturación de 5 mil millones de reales en 2009 el hecho de mantener una unidad de I&D en Europa, pues los productos comercializados en el continente deben contar con la certificación de laboratorios de la región. “En lugar de desarrollar el producto en Brasil y enviarlo para su certificación en Europa, la subsidiaria de WEG se hace responsable de su adecuación, fabricación y posterior certificación”, comenta.

La búsqueda de mano de obra especializada escasa o inexistente en Brasil también constituye una motivación para la internacionalización de la actividad de I&D por parte de las multinacionales brasileñas. Un buen ejemplo sucede con Embraco, que está estructurando su área de I&D en China para valerse de la gran cantidad de graduandos y posgraduandos de ingeniería que hay en dicho país. Según la investigadora de la USP, la tendencia que se detecta en las multinacionales brasileñas analizadas en su estudio consiste en centralizar la mayoría absoluta de las actividades de desarrollo, delegándoles a las unidades del exterior tareas específicas, bajo la coordinación de la matriz. De cualquier modo, la investigadora ve con buenos ojos el movimiento de internacionalización de I&D por parte de nuestras multinacionales. “Es fundamental que esas empresas se preocupen con la innovación tecnológica, para que puedan mantener la competitividad en el mercado global”, dice. “Como cualquier otra operación de la empresa, la internacionalización de I&D – o de parte de la misma – debe formar parte de la planificación estratégica de la compañía. Si para que la empresa sea más competitiva internacionalmente debe internacionalizar su centro de I&D, lo debe hacer. Las multinacionales de los países desarrollados descubrieron eso hace ya algún tiempo y aprovechan esa posibilidad para obtener ventajas comparativas”, concluye.

El proyecto
Gestión empresarial para la internacionalización de las empresas brasileñas (organizado en  7 subproyectos) (nº 2004/10231-0). Modalidad Proyecto Temático; Coordinador Afonso Carlos Fleury – USP; Inversión R$ 491.098,42 (FAPESP)

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