El cardiólogo Mike Lauer, vicedirector de la principal agencia de financiación de la investigación biomédica de Estados Unidos –los Institutos Nacionales de Salud (NIH)–, publicó en el sitio web de la institución una guía de recomendaciones para prevenir un tipo de conflicto muy habitual en los laboratorios y las universidades: las disputas por la definición de los autores de un artículo científico. Estas desavenencias entrañan diversos problemas. Es muy común, apuntó Lauer, que los jóvenes investigadores denuncien haber sido excluidos de la lista de firmantes porque consideran que su contribución fue inestimable y hubiera merecido reconocimiento, o también, que se quejen por la inclusión de personas cuya colaboración fue mínima.
El orden de las firmas es otra fuente de insatisfacción. Por lo general, el primer nombre y el último son los responsables de haber concebido el trabajo, de la producción de los datos y la redacción del texto, pero el resto de los puestos de la lista a menudo genera competencia y búsqueda de un reconocimiento. También hay investigadores que figuran como autores que piden que se retire su nombre tras la publicación del artículo, incluso aunque hayan participado activamente en el estudio. Esto sucede porque no concuerdan con las conclusiones, o bien porque no fueron consultados sobre su contenido. “A veces, las desavenencias no pueden subsanarse”, escribió el vicedirector. “Se las debe tratar de manera cuidadosa y apropiada. Cuando no es así, eso puede tener serias consecuencias para las personas y para investigaciones implicadas”.
Entre las recomendaciones, Lauer propone que todo laboratorio, departamento o grupo de investigación cuente con su propio comité de publicación, responsable de definir y negociar con antelación las reglas que rigen los temas vinculados con la autoría. “Los comités también pueden abordar cuestiones que surgen cuando cambian las circunstancias de un proyecto en curso. Por ejemplo, cuando uno de los miembros del proyecto desiste de su participación”, dice. Otra sugerencia consiste en dejar sentado por escrito cuáles son las políticas y los procedimientos para definir quiénes serán los autores. “Estas políticas pueden revisarse a lo largo del tiempo, a medida que el personal o las circunstancias se modifican”, dijo. Un tercer frente consiste en garantizar que todos los investigadores implicados confirmen que están de acuerdo con lo que está siendo publicado y con la lista de autores. “Solo debe presentarse un manuscrito si todos están de acuerdo. Las instituciones pueden establecer políticas y procedimientos tendientes a asegurarse de que todos los investigadores entiendan y cumplan este requisito”.
Republicar