La bióloga Fernanda Abra tenía 27 años cuando decidió crear una consultora ambiental dedicada al cuidado de la fauna silvestre en carreteras, vías férreas y aeropuertos de Brasil. Elaboró un proyecto y se lo presentó a dos amigas. Juntas, lanzaron ViaFauna. El camino hacia la startup empezó en la universidad Sagrado Corazón en la localidad Bauru, São Paulo, ciudad natal de Abra.
Desde que se recibió, trabaja en ecología vial, una rama dedicada al análisis de los impactos de las carreteras en la biodiversidad local. Cuando estaba haciendo una pasantía en el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama), la bióloga descubrió su vocación. “Actué en la concesión de licencias de una obra en una carretera de la región y me espanté cuando vi los datos de atropello de animales silvestres”.
Entonces decidió dedicarse al asunto. Su tesina de grado evolucionó hacia una maestría, que defendió en el Instituto de Biociencias de la USP (IB-USP). Estructuró un sistema de monitoreo de pasajes, que fueron instalados por debajo de las laderas de una carretera en el interior de São Paulo, y registró cuáles animales los utilizaban.
Su trabajo fue el inicio de una experiencia aún incipiente en Brasil. “Como resultado, el día de la defensa de la disertación, recibí una propuesta para trabajar en una consultoría de gestión ambiental para proyectos de infraestructura”, recuerda. Ella aceptó ser coordinadora de proyectos de manejo de vida silvestre en la sección norte de la avenida que circunvala la ciudad de São Paulo.
Poco tiempo después, ya estaba trabajando como consultora para el Banco Interamericano de Desarrollo en dos proyectos de Estrada Parque, en Río de Janeiro. Una de sus funciones era evaluar los proyectos para la implementación de pasajes de fauna en las carreteras.
“Me di cuenta de que había un nicho aún inexplorado en el país”, recuerda. Fue entonces cuando empezó a estructurar la idea de la startup. Lanzada en julio de 2014, ViaFauna realiza levantamientos y monitoreo de la fauna, gestión de riesgos para los animales y usuarios de la red de transporte, y desarrolla estudios para identificar especies con potencial para causar accidentes, así como medidas para evitarlos.
En el caso de los aeropuertos, el desafío es transformar el medio ambiente que los rodea en algo poco atractivo para los animales, especialmente para las aves, que pueden ofrecer un riesgo de colisión con los aviones. “En las carreteras, la estrategia es diferente”, explica Abra. “Las principales soluciones utilizadas hoy en día para reducir el atropello de animales son la instalación de vallas o barreras en los márgenes de las rutas y la construcción de pasajes subterráneos.”
Entre 2005 y 2014, 38.000 mamíferos salvajes de tamaño mediano y grande fueron atropellados en las carreteras bajo concesión del Estado de São Paulo. Los carpinchos son las principales víctimas. ViaFauna ya desarrolló proyectos en carreteras de varios Estados brasileños. “Recientemente, hemos firmado contrato para una consultoría en un ferrocarril que atraviesa Mato Grosso y Mato Grosso do Sul”, dice.
Debido a su compromiso con la causa, Abra fue galardonada con el Premio Future For Nature 2019, ofrecido por Future For Nature Foundation, en Arnhem, Holanda. La bióloga recibirá 50.000 euros, que serán utilizados en otros proyectos de conservación en los cuales opera. Hoy en día ella concilia sus actividades laborales con el doctorado que está desarrollando en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de la USP. Está estudiando el impacto de la construcción de carreteras en las comunidades de mamíferos y las implicaciones para su conservación.
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