Elisa CararetoLa revista Nature Plants utilizó un editorial en su edición del mes de junio para comentar un artículo firmado por el biólogo Patrice Dunoyer, investigador del Instituto de Biología Molecular de Plantas del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia. Con todo, dicho editorial no abordaba el hallazgo consignado en el paper –la descripción del mecanismo del que se vale un virus que ataca al cacahuete– sino que justificaba la aceptación del manuscrito para su publicación en la revista. El caso es que el grupo del CNRS al que Dunoyer pertenecía hasta 2015, comandado por Olivier Voinnet, se vio involucrado en un escándalo de duplicación y manipulación de imágenes que condujo a la retractación de ocho artículos científicos en revistas tales como Science, The Embo Journal y Plant Cell, y a correcciones en otros 20 papers. Voinnet fue suspendido del CNRS por dos años y se lo condenó a pasar tres años sin financiación de la Fundación Nacional de Ciencia de Suiza. Dunoyer, que era el primer autor de tres de los artículos retractados, fue suspendido por un mes y perdió su laboratorio, aunque el CNRS alega que la desactivación no tuvo relación con el caso de manipulación.
El editor en jefe de Nature Plants, Chris Surridge, comparó en su editorial a la manipulación de datos con el doping en el deporte, explicó el proceso que condujo a la sanción ya cumplida por Dunoyer e informó que la revista no tomó recaudos extras con el artículo del biólogo francés más allá de los usuales para todos los artículos que se aceptan para su publicación: cuatro expertos del área analizaron el manuscrito en dos ruedas de revisión y los datos brutos utilizados para elaborar los gráficos quedaron disponibles junto con el artículo. “Las resoluciones en cuanto a la publicación se toman basándose en la investigación remitida a la evaluación por pares”, expresó Surridge en la revista The Scientist. “No es tarea nuestra investigar la mala conducta científica o aplicar sanciones. Nuestra función consiste en garantizar que los manuscritos remitidos y publicados sean tan correctos y confiables como sea posible, independientemente de quién sea el autor”.
La publicación del editorial revela que no existe un consenso entre los editores de revistas sobre qué hacer ante una eventualidad tal como ésa. En 2011, la Sociedad Americana de Microbiología le prohibió al médico Ramón Cisterna, del Hospital Barsuto, en Bilbao, España, publicar artículos en sus revistas durante dos años, luego de que éste admitiera haber plagiado un artículo del brasileño Arnaldo Lopes Colombo, docente de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).
El editor en jefe del Embo Journal, Bernd Pulverer, declaró a The Scientist que no dejaría de recibir un manuscrito como el de Dunoyer, pero tomaría recaudos adicionales, tal como un análisis extra a la evaluación de rutina y la exigencia de presentar los datos brutos de la investigación, algo que no es obligatorio en esa publicación.
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