IntelA los 48 años, Fernando Martins es ‒desde 2010‒ presidente y director general en Brasil de Intel, el mayor fabricante de chips del mundo. El camino hacia la presidencia de la empresa empezó en los años 1980, cuando seguía la carrera de ingeniería eléctrica y de computación en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo. “Hice varias pasantías en empresas de distintos sectores, desde el textil hasta el farmacéutico”, dice Martins. “Para alguien como yo, que pensaba en trabajar en la industria, resulta fundamental salir al campo tempranamente, al tiempo que uno sigue estudiando”. Martins recomienda que ya durante el tercer año de la carrera los alumnos empiecen a buscar vacantes de pasantías.
Recién recibido y ya con un empleo, Martins logró conciliar su trabajo de ingeniero con su maestría. Su interés como investigador en el área de informática siempre se orientó a los medios digitales (procesamiento de imágenes, computación gráfica y codificación de videos), lo que lo llevó al doctorado en la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos. Allí trabajó en proyectos de codificación y transmisión de videos. “Yo estaba en uno de los mayores centros mundiales de innovación y empecé a tener ideas de cómo utilizar cada vez más las imágenes digitales y los videos en internet cuando esa tecnología recién estaba en mantillas.”
“Durante ese período, a mediados de los años 1990, tuve el primer contacto con
Intel. Y en 1997 me habían contratado. Creamos tecnologías de compresión para reproducir videos en la computadora vía internet, lo que permitió la creación de programas tales como Skype y YouTube”. Martins trabajó durante siete años en los laboratorios hasta cambiar de rumbo en la propia empresa.
Pasó al sector de planificación estratégica de Intel –se convirtió en responsable de la elección de las tecnologías de los laboratorios vinculadas con los nuevos productos de la empresa– y empezó a ver a los consumidores de manera diferente. Planificar, según él, requiere una amplia evaluación de los escenarios disponibles y algún futurismo para intentar saber acerca de lo que vendrá.
En los últimos años, Intel evaluó que Brasil cuenta con reales posibilidades de transformarse en un importante centro de innovación, y Martins fue el elegido para comandar la empresa en el país. “Invertiremos 300 millones de reales en investigación y desarrollo en cinco años con el enfoque en software, educación, transporte y energía”, dice. “Y trabajaremos con investigadores y técnicos del país.”
Con 40 artículos publicados y 24 patentes, a Martins lo que en verdad le gusta es ver la reacción de los usuarios. “Es algo incomparable transformar la vida de la gente con alguna tecnología que creamos”. Para él, el investigador que tiene la mira en la industria debe mantener un ojo en el laboratorio y el otro en los deseos de los consumidores.
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