Una investigación realizada en Recife en el área de Nutrición mostró que la comodidad excesiva puede volverse en contra del consumidor moderno. Las frutas peladas y listas para comer son expuestas a una temperatura inadecuada en las góndolas de los supermercados. La profesora Karla Suzanne Damasceno, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), decidió evaluar al melón español, de gran producción en Pernambuco. “Compré un melón como consumidora y realicé análisis microbiológicos, físicoquímicos y sensoriales”, dice Damasceno, que defendió su tesis sobre el tema en la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE). La conclusión de los análisis mostró que a la temperatura a la que es expuesta en el supermercado, 15ºC, la fruta pierde frescura, color, sabor y se deteriora en 24 horas. Lo ideal es la exposición a 4ºC. A esa temperatura, el melón puede durar hasta cinco días. “Estudios realizados en el exterior, donde la práctica de exponer fruta preparada para su consumo existe hace 30 años, arribaron a la misma conclusión”, cuenta Karla. Pese a mostrar alteraciones en algunas de sus características, no fueron detectados microorganismos nocivos a la salud humana en el alimento. Como Karla estudió tan solo un tipo de fruta, no puede afirmar con precisión que los otros alimentos frescos deben tener la misma temperatura. “De cualquier manera, la temperatura media correcta no debe salirse de los 4º C o 5º C, en lugar de los 15ºC habituales, como ocurre, por lo menos, en los supermercados investigados en Pernambuco”, dice.
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