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Buenas prácticas

Dar crédito a quienes se lo merecen

Bernardo França

Un panel de expertos y editores de periódicos del área reunido por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos divulgó un conjunto de recomendaciones tendientes a mejorar la transparencia en la atribución de autoría de artículos científicos. Las orientaciones se publicaron en febrero en un artículo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), y su principal novedad es la propuesta de difundir una metodología creada en 2014, capaz de reconocer 14 diferentes tipos posibles de contribución que un individuo puede hacer a un paper, aunque la ayuda haya sido pequeña y su responsable no llegue a firmar el artículo. Las categorías incluyen la escritura, la recolección de datos, la realización de experimentos, el desarrollo de software o algoritmos, la administración del proyecto y la obtención de recursos, entre otros. Denominado CRediT (Contributor Roles Taxonomy), ese sistema fue propuesto por un consorcio de expertos de Estados Unidos y del Reino Unido y ya ha empezado a adoptárselo en varios periódicos, como los de la plataforma de revistas científicas PLOS, Cell, Neuron y American Journal of Human Genetics.

“Una descripción más sistemática de las contribuciones de autores es un prerrequisito para el crédito debido a roles que son instrumentales en el proceso científico, especialmente aquéllos que frecuentemente son ignorados o desvalorizados”, escribió en su blog la bióloga Veronique Kiermer, editora ejecutiva de las revistas PLOS y una de las autoras del estudio. “Recabar datos, hacer curaduría, compartir un conjunto de informaciones y desarrollar un abordaje metodológico que puede ser reutilizado por otros investigadores son contribuciones clave que no siempre aseguran la posición de primer autor, pero que tienen aplicaciones que van más allá del artículo y merecen reconocimiento.”

De acuerdo con el trabajo, no basta con difundir la taxonomía. También es necesario garantizar que las informaciones sobre todas las contribuciones estén disponibles en los metadatos de cada artículo, que son las descripciones de las informaciones clave del paper capaces de orientar su clasificación. Complementariamente, se sugiere combinar esa estrategia al uso del identificador Orcid (sigla para Open Researcher and Contributor ID), una firma digital e individual de 16 números que permite distinguir la producción científica de cada investigador, sin riesgo de confundirlo con un homónimo. La asociación del CRediT con el Orcid, según el grupo, ayudaría a recuperar de forma precisa y confiable el conjunto de contribuciones de los investigadores a las publicaciones científicas, aunque no hayan sido incluidos en el listado de autores. Esta combinación requiere, empero, nuevos desarrollos, pues los datos de la taxonomía del CRediT todavía no son transmisibles a los registros del Orcid. De acuerdo con el panel de expertos, las agencias de fomento podrían ayudar, exigiendo o estimulando el uso de esos métodos en los proyectos que financian.

Este trabajo es resultado de un workshop organizado por la Academia Nacional de Ciencias en febrero de 2017 y tiene como autora principal la geofísica Marcia McNutt, actual presidenta de la Academia y exeditora de la revista Science. Las recomendaciones no se limitan a la incorporación de las metodologías. Según el texto, todas las revistas científicas deberían adoptar una declaración estándar definiendo los tipos de contribución que califican a un individuo a firmar un artículo (concepción y diseño del trabajo, recolección, análisis e interpretación de los datos y creación de los software utilizados en el estudio, entre otros). Esa declaración también debe estipular que todos los autores aprobaron el texto remitido, concordaron con la participación que les fue atribuida y aseguraron que fueron resueltas eventuales cuestiones relacionadas a la integridad del trabajo detectadas antes de la publicación, aunque no se refieran a su participación individual.

Un blanco preferencial de las recomendaciones es la figura del autor corresponsal, aquél que asume la responsabilidad global sobre el artículo y se presenta como interlocutor para la revista. Según las sugerencias, debe incluirse entre las obligaciones del autor corresponsal asegurarse de que todos los autores aprueben el texto remitido y tengan acceso a datos registrados, análisis y referencias de la literatura utilizados en la investigación. Pero los editores no deben contentarse con ello. En el caso de la adjudicación de autoría, deben ellos mismos contactar a todos los individuos que firmaron un artículo y asegurarse de que reconozcan el tipo de participación que les fue atribuida.

Para desestimular lo que en el trabajo se denomina “autoría fantasma”, se define como obligación del autor corresponsal informar si el texto se escribió con la ayuda de algún profesional u oficina de redacción científica: si la participación de un ghost writer llega a haber sido decisiva, se sugiere añadirlo a la lista de autores. La preocupación del panel es, con todo, con los conflictos de interés. Si una empresa u organización con interés en la divulgación de los datos ayudó a redactar el artículo, esto debe ser declarado. En el caso de que el nombre de algún autor haya sido suprimido en versiones anteriores del manuscrito, eso también debe comunicarse para prevenir la existencia de “autores huérfanos”, aquéllos que contribuyeron, pero fueron olvidados en la elaboración del artículo.

Las instituciones de investigación y de educación superior deben juntarse al esfuerzo, discutiendo políticas sobre atribución de autoría y asegurándose de que todos sus investigadores sigan los criterios predefinidos. La Academia creó un sitio web, intitulado “Transparencia en la contribución de autores en la ciencia”, donde informa cuáles periódicos científicos han adoptado ya las recomendaciones. Los publicados por el grupo Nature y por la Public Library of Science (PLOS) se encuentran entre los que siguen esos criterios.

Artículo científico
MCNUTT, M. et al. Transparency in authors’ contributions and responsibilities to promote integrity in scientific publication. PNAS. feb. 2018.

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