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Carta del editor | 76

De los fósiles a la Xanthomonas

El descubrimiento de fósiles que ayudan a revelar una de las transiciones más importantes en la larga evolución del reino animal sobre la tierra, sucedida hace cerca de 210 millones de años, suele dejar excitados a los paleontólogos de cualquier lugar del mundo. Estamos hablando de la transición de los reptiles a los mamíferos, entre los cuales nos encontramos nosotros, la especie humana. De allí quizás surja parte de la enorme fascinación de ese paso incluso más allá de los lindes del área de los especialistas, ya que la misma nos podría suministrar explicaciones sobre nuestro propio origen.

Pues bien: una nueva razón para dejar inquietos a los paleontólogos, e interesados a los que buscan nuevas pistas sobre el origen de las diferentes clases del reino animal, surge ahora en Brasil, más precisamente en la región sur del país: allí, investigadores de la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS) y del Museo Argentino de Ciencias Naturales identificaron dos nuevos cinodontes con características anatómicas que los apuntan como los ancestros más próximos de los mamíferos primordiales. Sus nombres provisorios son: Brasiliterio, que significa mamífero de Brasil, y Brasilodonte, palabra resultante de la articulación entre diente (odon) y, lógicamente, Brasil. A decir verdad, estos no aún eran rigurosamente mamíferos, pero su evolución estaba claramente orientada en esa dirección, por eso el bautismo.

Los cinodontes brasileños, de acuerdo con el relato del periodista Marcos Pivetta, que aparece en el hermoso reportaje de la portada de esta edición, fueron identificados a partir del análisis de fragmentos fósiles de pequeños reptiles, no mayores que un bolígrafo, rescatados durante los dos últimos años en la región gaúcha de Santa Maria. Y si alguno de éstos no es un ejemplar de la especie que dio el último paso para inaugurar el reino de los mamíferos, sus descubridores están convencidos de que ambos son piezas importantes en el intrigante rompecabezas filogenético que están armando.

Otra buena noticia sobre la investigación científica hecha en Brasil, divulgada recientemente en la prensa nacional, pero que merece ser destacada en esta edición, debido a su importancia, tiene su origen en São Paulo: investigadores que integran la red de laboratorios ONSA (Organization for Nucleotides Sequencing and Analysis) – formada a partir del proyecto de secuenciamiento de la Xylella fastidiosa, que en 1997 generó el programa Genoma-FAPESP y proyectó internacionalmente a la investigación genómica brasileña tres años después, apuntaron en un artículo publicado en la edición del 23 de mayo de la respetada revista científica Nature nuevos caminos en el combate contra la Xanthomonas citri, y además, presentaron los resultados del secuenciamiento de la Xanthomonas campestri. Cabe señalar que este nuevo trabajo, presentado casi un año y medio después de la conclusión del secuenciamiento de la X. citri por el mismo grupo (Pesquisa FAPESP 60, diciembre de 2000), podría tener impacto sobre todas las investigaciones de patógenos agrícolas, pues el estudio detallado de cien genes de la citri para definir caminos para combatirla en la citricultura, en donde ésta provoca el chancro cítrico, fue hecha en comparación con su prima, la X. campestri, que tiene una característica muy favorable para la investigación, que es la de infectar a la Arabdopsis thaliana, una planta modelo para estudios genéticos. En realidad, el conocimiento generado con este trabajo podrá beneficiar no solamente a la citricultura, sino también a las principales plantas que sirven de alimento al ser humano, porque el género Xanthomonas está constituido por 20 especies que atacan a 392 vegetales, entre ellos, el fríjol, el arroz, la mandioca o yuca, el algodón, el maíz, la caña de azúcar, el trigo y la soja.

En tecnología, vale la pena destacar los avances realizados por un grupo de investigadores de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) en la investigación con materiales vitrocerámicos, con posibilidades extraordinariamente grandes de uso, desde en los telescopios hasta en los huesos artificiales. Pero hay mucho más para descubrir en esta edición, que viene junto con una cuidadosa edición especial con motivo de los 40 años de fecunda vida de la FAPESP. Buena lectura entonces.

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