Bajo el calor tórrido y seco de Serra do Cabral, en Minas Gerais, el delgado brote con flores de color lila translúcidas se destaca sobre la blanca arena. La visión resulta poética, pero la Philcoxia minensis recurre a trucos para sobrevivir. Uno de ellos consiste en mantener sus hojas enterradas, protegidas del sol, que de todos modos es suficiente para concretar la fotosíntesis. El segundo, comprobado por el ecólogo Rafael Oliveira y su alumno Caio Pereira, consiste en atraer gusanos subterráneos, que hacen las veces de suplemento alimentario, dada la pobreza del suelo. Su digestión se realiza por medio de las fosfatasas secretadas por las glándulas, que pueden verse en la foto de la izquierda, en el microscopio electrónico de barrido.
Foto enviada por Rafael Oliveira
Universidad Estadual de Campinas (Unicamp)
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