Aquéllos que suelen hacer viajes largos o manejar durante mucho tiempo ya deben haber sentido alguna vez las molestias que causa tal actividad. Al margen de sufrir debido a los dolores en el cuello, producto de la inmovilidad de la cabeza necesaria para mantener la atención en el camino, es necesario además encontrar un lugar para descansar los brazos. Solamente los automóviles y camionetas de lujo cuentan con apoyabrazos instalados originalmente por los fabricantes.
El objetivo de estos dispositivos es disminuir el trabajo de la musculatura cervical, evitando así más dolores y molestias que pueden perjudicar el reflejo del conductor. Para minimizar el problema, el profesor Jorge Sérgio Pérez Gallardo, de la Facultad de Educación Física de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), desarrolló (y se encuentra en proceso de obtención de patente) un brazo de silla removible para automóviles, ómnibus y camiones.
El dispositivo es constituido por un tubo metálico que se encaja entre el asiento y el respaldo del conductor, y dos brazos articulados. En la posición de utilización, éstos permanecen en la horizontal y permiten al chofer apoyar los brazos durante la conducción. Cuando no desea usarlo, basta con rebatirlos hacia una posición semivertical, junto al respaldo. “Este invento es de fácil instalación y va sujeto al asiento del conductor con una correa de hilo sintético ajustada en la parte trasera por una hebilla”, dice Gallardo. Para mayor comodidad del motorista, el tubo metálico puede ir recubierto con gomaespuma. “Es un equipamiento muy sencillo y eficiente. Lo probé en un viaje de 15 mil kilómetros hasta Chile, cuando crucé la cordillera de los Andes y que duró un mes. Con los brazos articulados instalados en los asientos de mi coche se hizo mucho más cómodo manejar”, recuerda Gallardo.
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